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Por Laurie Segall, CNNMoney

(CNNMoney) — Miju Han vive en San Francisco, trabaja como gerente de producto y comparte un departamento encantador con su prometido. Pero hay una razón por la que su historia de amor es un poco diferente: también tiene otras tres relaciones. Además de su prometido, Han ha estado saliendo con una mujer por dos años (recientemente se dijeron “te amo”), y también sale con otros dos hombres.

Han, de 27 años, dice que nunca ha sido buena para seguir las reglas. Creció en el Sur de Estados Unidos, se sentía atraída por las mujeres y le fascinaba la programación. En 2010 se mudó a San Francisco y desde entonces ha trabajado para importantes empresas de tecnología. Declinó dar el nombre de su empleador actual.

Conoció a su prometido cuando él tenía 21 años y ella 23. Se enamoraron, pero no estaban listos para despojarse de sus otras opciones.

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“Él no había salido con muchas mujeres y yo también quería explorar”, explicó.

Han dice que el término para su situación amorosa es poliamor, lo que significa muchos amores. La gente que se considera poliamorosa a menudo tiene varias relaciones románticas. Los acuerdos varían, pero el punto en común es la ausencia de exclusividad.

Han y su prometido tienen un estilo jerárquico de poliamor. Su prometido, quien pidió mantenerse en anonimato, es su pareja principal, lo que significa que las demás relaciones son secundarias o más informales. Pasan entre cinco y seis noches a la semana juntos; planean casarse en 2016 y tener hijos en algún momento. El prometido de Han también sale con otras tres mujeres.

Han compara la forma en que lleva su relación con la experimentación que se desarrolla en San Francisco, meca de los empresarios que cuestionan la forma en la que las cosas funcionan.

“Creo que en el mundo de la tecnología, la gente tiene una mayor avidez de correr riesgos”, dice Miju Han. “Abrir tu relación es realmente arriesgado, un tanto similar al gran riesgo de iniciar una empresa”.

De hecho, es parte de una rica historia de exploración sexual en San Francisco que precede por mucho al boom de la tecnología.

“Los tabúes culturales aún rodean a las relaciones abiertas y al poliamor”, dice PollySuperstar Whittaker, quien fundó un club sexual privado llamado Mission Control en 2001. “Esta es una ciudad que acepta las estructuras alternativas”.

Chris Messina, empresario famoso por concebir el uso del hashtag [#] en Twitter, lo pone en cifras.

“Somos una cultura que depende mucho de los datos, así que si tratas de desarrollar un producto (para hacer una analogía) y falla el 50% de las veces, tal vez quieras pensar en el diseño y en formas de mejorarlo”, dice Messina.

Messina, de 34 años, dice que su estatus romántico está entre no monógamo y “algo parecido a monógamo”.

“Es una conversación constante, en evolución, abierta y transparente entre nosotros”, dice respecto a su relación actual.

Sin embargo, una de las cuestiones más difíciles a las que se enfrentan las parejas no monógamas es menos analítica: el amor es irracional y la gente es propensa a sentir celos.

“Al principio tuvimos que trabajar para superar los celos”, dice Han. “Tuvimos que superar la irracionalidad del ‘oh, cielos. Podrías abandonarme. ¿Cómo puede gustarte esta otra persona?’”.

Según un estudio de la Universidad de Michigan, el 5% de las parejas de Estados Unidos se consideran no monógamas, así que sigue siendo una comunidad reducida. Pero la explosión de la tecnología está dejando a la vista estas estructuras atípicas.

Messina dice que Reddit y una aplicación llamada Secret son dos de los muchos sitios en internet en los que la gente habla abiertamente de las relaciones alternativas.

“Hay comunidades en las que se habla de estas cosas y tratan de descubrir qué son… con cierto grado de consciencia de que no existían antes”, dice Messina. “Es como decir: ‘vaya, no soy tan raro después de todo. Puedo encontrar en internet una comunidad de 100,000 personas, mientras que hace un par de años habría sentido que era el único que hacía esto’”.

La cultura de San Francisco (incluso hay una comunidad llamada Monoga-maybe, [tal vez monógamo]), facilita más la apertura. Han dijo que como es una empleada del sector tecnológico que tiene un ingreso sólido y seguridad laboral, no sufre las repercusiones como la gente de ciudades y sectores más tradicionales.

“Ciertamente hay una desventaja: la gente poliamorosa se enfrenta a una auténtica discriminación”, dice Han. “Puedo darme el lujo de hablar abiertamente del poliamor porque, para ser franca, trabajo en la tecnología y podría encontrar otro empleo si algo me pasara como consecuencia del estilo de vida que elegí”.

Pero la cosa más difícil para Han en este momento es el tiempo.

“Mi calendario de citas está muy apretado y tengo un empleo muy absorbente”, dice Han, quien recurre a Google Calendar para programar sus citas. “Es difícil equilibrar las relaciones en las que quiero profundizar con todas las exigencias de mi vida”.