Por Ben Brumfield
(CNN) – Los gritos de los familiares y musulmanes horrorizados son claros: llámenlo como es, un crimen de odio.
Ellos dicen que Craig Stephen Hicks odiaba la religión y que lo exasperaba ver a sus vecinos musulmanes, dos de ellas jóvenes que utilizaban hiyabs.
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Cuando presuntamente mató a Deah Shaddy Barakat, de 23 años; a Yusor Mohammad, de 21, y a Razan Mohammad Abu-Salha, de 19, tenía el sello de una ejecución sumaria: disparos en la cabeza de las víctimas.
Sin embargo, la policía de Chapel Hill, Carolina del Norte, dice que el tiroteo del martes por la noche pareció ser impulsado por rabia a causa de un espacio de estacionamiento. La esposa de Hicks expresa que fue una disputa entre vecinos.
Algunos afirman que aquí hay una doble moral en juego. Ellos comentan que si la situación fuese a la inversa, la policía y los medios de comunicación no dudarían en decir que esto fue un crimen de odio o un acto terrorista.
¿Cuándo se trata de un crimen de odio?
Es un crimen de odio cuando la violencia se mezcla con la discriminación.
El FBI lo define como “una ofensa tradicional como asesinato, incendio provocado o vandalismo con un elemento agregado de prejuicio”.
Ese prejuicio puede ir, entre otras cosas, contra la raza, el género, la orientación sexual o la discapacidad.
“Para calificarlo como un crimen de odio, todo lo que importa es que el crimen fue motivado, en su totalidad o en parte, por el prejuicio del agresor”, dijo el analista legal de CNN, Sunny Hostin.
También aplica en casos de identidad equivocada: por ejemplo, si alguien ataca a una persona porque él piensa que es gay, pero no lo es.
Después de los ataques del 11 de septiembre, confundieron a algunos hombres sij, quienes utilizan turbantes, por musulmanes y los atacaron.
¿Existe una diferencia legal?
En el sistema judicial, el viejo dicho de que las palabras nunca pueden lastimarte está muy equivocado.
Calificar algo de “crimen de odio” puede hacer que la ley se aplique con más rigor sobre un acusado. Esto agrega otro cargo grave que puede venir acompañado de una fuerte sentencia adicional.
En 2013, un juez de Misisipi sentenció a Deryl Dedmon —un hombre blanco que mató a James Craig Anderson, un afroamericano, en lo que claramente fue un ataque racista— a dos cadenas perpetuas simultáneas.
Él y sus amigos habían salido expresamente una noche para hostigar a personas negras, profiriendo insultos raciales y gritando “poder blanco”.
Aunque como regla general son los estados los que procesan los crímenes de odio, las autoridades federales pueden intervenir e impulsar aún más su investigación y proceso judicial.
Consideremos el ejemplo de Dedmon nuevamente.
Él también fue blanco de la ira del gobierno federal. El martes, fue sentenciado a 50 años en una prisión federal.
“Los acusados se dirigieron a personas afroamericanas que consideraron vulnerables, para realizar ataques atroces y violentos ––crímenes de odio–– motivados solamente por la raza, que sacudieron a toda una comunidad y cobraron la vida de un hombre inocente”, explicó en una declaración Eric Holder, el secretario de Justicia de Estados Unidos.
Finalmente, incluso si un acusado es absuelto a nivel estatal, el Departamento de Justicia puede procesar un caso como un “crimen de odio”.
Ejemplo específico: en 2011, un tribunal federal condenó a dos hombres de Pensilvania por un crimen de odio luego de que el estado los absolviera de asesinato.
Derrick Donchak y Brandon Piekarsky habían pateado repetidamente a un hombre mexicano en la cabeza mientras le gritaban insultos raciales. El hombre murió.
¿Qué pasa con la etiqueta de ‘terrorismo’?
Eso también tiene repercusiones legales y no se aplica a la ligera.
La policía tiene una definición muy específica de cuándo algo es un acto de terrorismo interno.
Tiene que tener tres características: un acto que se lleva a cabo en Estados Unidos, que atenta contra la vida humana y que tiene el propósito de intimidar a los civiles o afectar la política del gobierno por medio de “destrucción masiva, asesinato o secuestro”.
Quizás el mejor ejemplo sea el tiroteo de Fort Hood en el 2009. Para las víctimas en la base militar de Texas fue un acto terrorista cuando el comandante Nidal Hassan abrió fuego sobre sus compañeros de servicio.
Pero las autoridades federales nunca utilizaron la etiqueta de “terrorismo”. Si bien reunía ciertos requisitos, fue una decisión legal. Evitar el término hizo que les fuera más sencillo buscar la pena de muerte.
¿Por qué no aplica aquí la etiqueta de ‘crimen de odio’?
No hay mucha evidencia concreta de que exista un prejuicio, dice la policía de Carolina del Norte. Ellos están revisando la computadora de Hicks y hasta ahora no han encontrado nada que apunte en esa dirección, le dijo a CNN un agente con conocimiento de la investigación.
Ripley Rand, el fiscal del distrito medio de Carolina del Norte, dijo que no se estaba llevando a cabo una investigación federal, y que aparentemente se trataba de un incidente aislado y no de una campaña organizada en contra de musulmanes en el estado.
La esposa de Hicks, quien está en medio de un procedimiento de divorcio, le dijo a los periodistas que está convencida de que la religión no tuvo nada que ver con eso. Rob Maitland, su abogado de divorcio, comentó que el tiroteo “destaca la importancia de que haya acceso a servicios de salud mental”.
Él se negó a proporcionar detalles acerca del historial de salud mental del sospechoso, pero dijo que “obviamente el hecho de que alguien le dispare a tres personas por problemas en el estacionamiento no está en el rango de un comportamiento normal”.
Entonces, ¿por qué dicen que se trata de un ‘crimen de odio’?
En lo que se cree que es su página de Facebook, Hicks es bastante abierto en relación a su ateísmo. Y quienes afirman que se trata de un crimen de odio están circulando una publicación que se le atribuye:
“Cuando se trata de insultos, tu religión inició esto, no yo. Si tu religión mantuviera su bocota cerrada, yo también lo haría”. CNN no puede confirmar la autenticidad de la publicación.
Por sí sola, no tiene peso, explicó el analista legal de CNN, Mark O’Mara.
Es “una pieza de evidencia que sugiere que sentía odio o desagrado hacia la comunidad musulmana, posiblemente. Para ser honesto, si esa fuera la única pieza de evidencia, no creo que sea suficiente”, añadió.
Compara este caso con el tiroteo ocurrido en Kansas City el año pasado, cuando Frazier Glenn Cross supuestamente abrió fuego en dos centros judíos de Kansas. Las tres personas que mató eran cristianas.
Las organizaciones que rastrean a grupos de odio describieron a Cross, a quien también lo conocen como Frazier Glenn Miller, como un supremacista blanco desde hace mucho tiempo. Otro indicio de su mentalidad fueron las palabras que gritó desde el sillón trasero de la patrulla luego de su arresto: “Heil Hitler”.
Poco después, el jefe de la policía de Overland Park, John Douglass, dijo que los investigadores habían “determinado sin lugar a dudas… que esto era un crimen de odio”.
¿Qué viene después?
Mohammad Abu-Salha, quien perdió a sus dos hijas en el ataque, está seguro de que los hiyabs de las mujeres tuvieron algo que ver con eso.
Cuando su yerno vivía solo en el condominio, la familia nunca tuvo problemas. Pero una vez se mudó su hija, iniciaron los problemas al ver que ella utilizaba un velo que claramente la identificaba como musulmana, dijo Abu-Salha.
“Papi, creo que él nos odia por quienes somos”, recuerda Abu-Salha que su hija Yusor Mohammad le comentó.
Han pasado dos días desde los ataques y la investigación dista mucho de estar completa.
A medida que aún surgen detalles sobre el caso, persisten muchas preguntas. El FBI está ayudando a la policía. Y las autoridades de Chapel Hill no están descartando ninguna opción.
“Entendemos las preocupaciones sobre la posibilidad de que esto haya sido motivado por odio y agotaremos todas las pistas para determinar si ese es el caso”, dijo el jefe de la policía de Chapel Hill, Chris Blue.
Pero al final, ¿importa realmente el motivo?
Barry Saunders, lo puso una mejor forma, al escribir para el News and Observer.
“Si las muertes se produjeron a causa de un crimen de odio, es una tragedia internacional”.
“Si las muertes ocurrieron simplemente porque un hombre estaba consumido por un odio general hacia toda la humanidad… vaya, eso sigue siendo una tragedia internacional, porque las personas de todo el mundo ahora han sido privadas de los servicios que Deah, Yusor y Razan les habrían ofrecido”.
Jason Carroll de CNN contribuyó con este reportaje.