CNNE 156464 - beyonce-concierto

Por Lisa Respers France

(CNN) — Querido mundo: Beyoncé no es “perfecta”. Supérenlo.

La publicación de lo que parecen ser unas fotos sin retocar de Beyoncé ha atizado a la colmena (BeyHive, un juego de palabras entre el nombre de la artista y hive, que significa colmena). En las fotos, la piel de Beyoncé está manchada y poco se parece a la lisa cara de portada que se presenta usualmente.

En otras palabras, Beyoncé es humana. Pero, ¿por qué habría de importarnos?

Como escribió Jacob Weisberg en Slate: “La explicación más obvia es que los humanos disfrutan viviendo vicariamente a través de aquellos en nuestra especie que son más ricos, más famosos, atractivos y sexualmente deseables que el resto de nosotros”.

“Sea expresada en términos de envidia, admiración o burla, la fascinación con las celebridades empieza como un ejercicio de imaginar cómo sería llevar una vida más placentera y libre de preocupaciones”, escribió Weisberg. “La otra cara de la fantasía de la fabulosidad irresponsable esschadenfreude –el placer que nos da la desgracia de otros”.

Es por ello que los seguidores de celebridades han alabado y ridiculizado por turnos las fotos de Beyoncé. Una mujer espectacular, la cantante sigue siendo atractiva en las imágenes.

La respuesta al Bey-gate se desvió de los gritos de empoderamiento femenino que siguió a una imagen recientemente publicada de la supermodelo Cindy Crawford de una sesión de fotos de 2013 para la revista Marie Claire México y Latinoamérica.

La imagen muestra a Crawford luciendo imperfecciones, incluida la celulitis. Los fans se manifestaron alrededor de la modelo y la alabaron por dejar todo al descubierto, a pesar de que Crawford parece no tener nada que ver con la publicación de la imagen. Su esposo, Rande Gerber, subió a Instagram una foto mucho más favorecedora de su esposa luciendo torneada en un traje de baño de dos piezas –aparentemente respondiendo al alboroto.

No tan rápido, dice Isha Aran de Fusion. Aran encuentra la celebración de la “fortalecedora” foto de Crawford un poco falsa.

“Por un lado, el estándar por el que elogiamos a la modelo por imponerse con las fotos no retocadas es el mismo estándar que usamos para avergonzar a celebridades como Uma Thurman y Renée Zellweger por atreverse a cambiar su apariencia”, escribió Aran.

“El estándar que equipara belleza y dignidad en el envejecimiento. Si una mujer no ‘envejece agraciadamente’ o si está claro que ‘le han hecho trabajos´, acusaciones de debilidad de carácter y ‘querer colgarse desesperadamente a la juventud’ son juego limpio de repente”.

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Mientras que la frase “¡Las estrellas son como nosotros!” puede ser una franquicia popular para los tabloides que también aman publicar notas sobre celebridades sin maquillaje, parecería que los famosos de hecho no tienen permitidos ser personas normales. Después de todo, las personas normales no son tan admiradas como las celebridades.

“Parte de nuestra curiosidad es un modo de aprender qué hace grandes a los grandes en nuestra propia búsqueda de conocimiento, fama y fortuna”, escribió la autora Sheila Kohler en un blog acerca de nuestra fascinación con celebridades para Psychology today. “Le copiamos a los famosos, compramos vestidos que son similares o incluso el mismo, peinamos nuestro cabello de la manera que nuestro ídolo lo hace en un intento de capturar el glamur que admiramos”.

Pero al menos algunos fans están satisfechos con poder tener una vista menos refinada de una estrella que es conocida por tener una imagen fuertemente controlada y cuyo publicista supuestamente demandó que se retiraran las imágenes poco favorecedoras de su presentación durante el medio tiempo del Super Bowl.