Por Barry Neild, CNN
(CNN) — Con todo respeto para Copenhague, Ámsterdam se ha considerado desde hace mucho la capital del ciclismo en Europa, pero ahora hay un nuevo personaje en escena.
Sevilla.
Hasta hace poco, la ciudad del sur de España había sido una contendiente improbable por la corona.
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Si te remontas 10 años en el pasado, casi nadie tenía una bicicleta, ya no hablemos de que alguien anduviera en una.
Ahora, la historia es diferente.
La compacta ciudad está rodeada con ciclovías pintadas de color verde.
Sus bulevares centrales se cerraron al tránsito y se reservaron para bicicletas, tranvías y taxis. Un sistema de alquiler de bicicletas que opera en toda la ciudad ofrece 2.600 bicicletas en 260 estaciones.
Actualmente se usan hasta 70.000 bicicletas diariamente en la ciudad. No es una cifra enorme, hay que reconocerlo, pero es una diferencia abismal respecto a las 6.000 que había hace unos años.
Entonces ¿es prematuro proclamar el triunfo ciclista de Sevilla sobre Ámsterdam, ciudad en la que 800.000 personas usan sus bicicletas a diario?
Veamos las pruebas:
Las ciclovías
Si analizamos las cifras en este rubro, Sevilla empezó mal.
Tiene tan solo 160 kilómetros de carriles para bicicletas, a diferencia de Ámsterdam, que tiene 500.
Pero Ámsterdam es una capital extensa que tiene una superficie 30% mayor que la de Sevilla.
Las cifras no muestran que Sevilla tiene un laberinto de callejones estrechos en el centro de la ciudad antigua por donde los ciclistas pueden circular sin que los autos los molesten, ya que son demasiado anchos.
Además, como mencionamos líneas arriba (y seguiremos mencionando), Sevilla apenas empieza con esto.
El caso es que ha creado muchas ciclovías en muy poco tiempo y eso es bastante sorprendente.
Los carriles en sí son buena competencia para sus similares holandeses.
Están separados del tránsito con postes y banquetas; están cubiertos con una superficie suave de color verde. Hay semáforos y letreros claros.
Resultado: Sevilla gana por empeño. Puntos adicionales porque nada supera al brioso placer de andar en bicicleta sobre las naranjas caídas del árbol.
Las bicicletas
Nadie puede culpar a las clásicas bicicletas urbanas holandesas: monturas a prueba de cataclismos que se han moldeado tras años de andar en bicicleta por la plana Holanda.
Los cacharros usados que abundan en Sevilla componen una flota variopinta si se la compara con la holandesa, pero son queridos de todas formas. Como se usan en un terreno igualmente plano, en una cultura sin prisas, las bicicletas de Sevilla parecen haberse elegido con base en el precio y no en la calidad o la velocidad, particularmente porque están expuestas a los robos.
“Me han robado cinco o seis bicicletas”, dice la periodista independiente Candela González, quien está de pie sobre una bicicleta aparentemente oxidada.
“Incluso se robaron esta, pero la encontré en venta en un mercado y exigí que me la devolvieran. No quiero volver a perderla, la quiero mucho”.
Sevilla triunfa con su red de alquiler de bicicletas, Sevici, que tras ocho años de uso intensivo empieza a mostrar desgaste, es muy fácil de usar tanto para la gente local como para los visitantes.
Tras dejar un depósito de 13.33 euros por una suscripción de una semana, puedes usar las bicicletas por períodos de 30 minutos y la hora adicional te cuesta poco más de un dólar.
Resultado: Sevilla gana. Las bicicletas subestimadas y oxidadas siempre se ganan a la gente.
La cultura de la bicicleta
¿Mencionamos que hace menos de una década casi nadie andaba en bicicleta en Sevilla?
Sí, lo hicimos, pero es importante.
Para los arquitectos de la red de Sevilla (el director de planeación urbana, José García Cebrian, y el activista social Ricardo Marques Sillero) fue una lucha para vencer a la oposición.
“Nos enfrentamos a una lucha para obtener los carriles para bicicletas”, recuerda el arquitecto de la red, Manuel Calvo, mientras guiaba a CNN por un paseo por su creación.
“Decían que Sevilla no era una ciudad para bicicletas, que no era parte de nuestra cultura y que nunca nos acostumbraríamos”.
“Sin embargo, fue un éxito, así que tuvieron que callarse”.
Se nota la diferencia con Ámsterdam, en donde la cultura de la bicicleta ha existido desde hace tanto tiempo que los edificios más antiguos probablemente se caerían dentro de los canales si no fuera por el gran peso de las bicicletas apoyadas sobre sus costados.
Tras haber creado una cultura de la bicicleta en donde virtualmente no existía, Sevilla se considera un ejemplo para otras ciudades que buscan combatir la congestión vial.
Una vez dicho eso, no se puede negar que una de las razones del éxito de la campaña ciclista de Sevilla es la difícil situación económica a la que la ciudad se enfrenta tras la reciente crisis de la zona euro.
El desempleo es alto, particularmente entre los jóvenes, así que muchas personas han optado por la bicicleta como una forma barata de moverse.
Resultado: Fue una carrera cuesta arriba, pero Sevilla lo logró.
La infraestructura para las bicicletas
En Ámsterdam, los ciclistas saben que el gobierno de la ciudad los apoya.
Hay tiendas de bicicletas por todas partes y ofrecen alquiler, reparaciones y refacciones.
Hay una sorprendente infraestructura para estacionar las bicicletas: en barcazas, en las calles o en estacionamientos para bicicletas de varios pisos construidos ex profeso bajo tierra o en la superficie.
En Sevilla, surgen tiendas de alquiler y venta de bicicletas casi cada semana, pero les ha costado mantenerse. “No tenemos bicicletas en este momento, lo que es asombroso”, dice Jaime Jowers Sánchez-Cervera, empleado de una sucursal de la tienda de bicicletas Centerbici (Espronceda 5, esquina con Boteros, Sevilla; +34 954 211 044).
“Antes solo les rentábamos a extranjeros, pero ahora es mayormente gente de Sevilla”.
El gobierno de la ciudad instaló varios soportes marcados para asegurar las bicicletas, pero no alcanzan para satisfacer la demanda.
Resultado: Ámsterdam. Sitios para asegurarlas y disponibilidad.
La etiqueta en bicicleta
A pesar de que Ámsterdam tiene reputación de ciudad relajada, es un campo de batalla para los ciclistas.
Sentimos lástima por el pobre turista que se atreva a ir demasiado lento (o incluso a detenerse) en una de las ciclovías atestadas de la ciudad y retrase por un momento a los impacientes ciclistas locales.
Hasta ahora, el ambiente en Sevilla parece increíblemente relajado: los ciclistas, automovilistas y peatones coexisten en relativa armonía.
Hay algunos problemas con las nuevas ciclovías, ya que los habitantes de más edad las siguen usando como banquetas, según dicen algunos ciudadanos.
En Santa Cleta (Calle Fray Diego de Cadiz, 24, Sevilla; +34 622 77 01 03), una tienda independiente que está cerca del elegante distrito de Alameda de Hércules, se dan clases para andar en bicicleta a los adultos mayores que nunca antes han tocado una.
De acuerdo con el diseñador de ciclovías, Manuel Calvo, los opositores están tratando de argumentar que existe un conflicto entre los ciclistas y los peatones, cosa que hasta ahora ha fracasado.
Resultado: Sevilla gana fácilmente al tomárselo con calma.
El ambiente ciclista
Salvo en pleno verano, época en la que las temperaturas en Sevilla son tan altas que se podría freír un huevo, es difícil comparar los 300 días de sol con el clima más húmedo y frío de Ámsterdam.
Resultado: Sevilla es candente en la actualidad.
El futuro del ciclismo
Se anunció un presupuesto de 500 millones de dólares para la infraestructura para bicicletas en toda Holanda, así que no cabe duda de que en Ámsterdam están comprometidos.
En Sevilla, a pesar de los avances recientes, el futuro del ciclismo en la ciudad no está garantizado.
No hay un consenso político respecto a las bicicletas, así que la infraestructura de Sevilla ya pide más recursos.
Pero como existen planes de conectar a la ciudad con una red más amplia de rutas ciclistas en toda Andalucía y se está integrando una red de ciclovías al sistema de caminos, es difícil imaginarse que Sevilla pueda dar marcha atrás.
Resultado: Ámsterdam va a la cabeza por unos cuantos cuerpos, pero el sol brilla y Sevilla tiene el viento a favor, por lo que algún día podría llevar la delantera.