Por Devon M. Sayers
(CNN) – Desde el caso de Lena Baker, una afroamericana condenada por asesinato en el condado de Randolph, Georgia no había ejecutado a una mujer. El estado tiene programado romper esa racha de 70 años el miércoles.
En febrero de 1997, Kelly Renee Gissendaner, de 47 años, fue declarada culpable por un complot de asesinato para matar a su esposo en los suburbios de Atlanta.
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Gissendaner se encontraba en una relación sentimental con Gregory Owen y conspiró con el hombre de 43 años de edad para matar a su esposo, Douglas Gissendaner, según un testimonio de la corte. Owen quería que Kelly Gissendaner solicitara el divorcio, pero a ella le preocupaba que su esposo no la “dejara tranquila si simplemente se divorciaba”, afirman los documentos de la corte.
Los Gissendaner ya se habían divorciado en una ocasión, en 1993, y se volvieron a casar en 1995.
Una porra y un cuchillo de caza
Los detalles del crimen, según lo indicado en el juicio y según lo planteado por el Fiscal General de Georgia, Sam Olens, son los siguientes:
Owen y Kelly Gissendaner planificaron el asesinato durante meses. El 7 de febrero de 1997, ella llevó a Owen a su casa, le dio una porra y un cuchillo de caza, y se fue a bailar con sus amigas.
Douglas Gissendaner también pasó la noche fuera de casa, fue a la casa de un amigo de la iglesia para trabajar, reparando autos. Owen esperó a que regresara.
Cuando Douglas Gissendaner llegó a casa, alrededor de las 11:30 de la noche, Owen lo obligó a punta de cuchillo a subir a un auto y lo llevó a una zona remota del condado de Gwinnett.
Allí, Owen ordenó a su víctima que entrara al bosque, tomó su reloj y billetera para que pareciera un robo, le golpeó en la cabeza con la porra y lo apuñaló en el cuello de ocho a diez veces.
Kelly Gissendaner llegó justo cuando se produjo el asesinato, pero no bajó de inmediato de su auto. Ella se aseguró de que su esposo estaba muerto, luego Owen la siguió en el coche de Douglas Gissendaner para recuperar una lata de queroseno que Kelly Gissendaner había dejado para él.
Owen incendió el auto de Douglas en un esfuerzo por ocultar la evidencia y dejó la escena con Kelly Gissendaner.
La historia se desenreda
La policía descubrió el automóvil quemado la mañana después del asesinato, pero no encontraron el cuerpo. Las autoridades iniciaron una búsqueda.
Por su parte, Kelly Gissendaner salió en la televisión local pidiéndole al público que diera información sobre el paradero de su esposo.
La historia que ella y Owen planificaron comenzó a desmoronarse después de una serie de entrevistas con la policía. El 20 de febrero, el cuerpo de Douglas Gissendaner fue encontrado boca abajo aproximadamente a una milla de su auto. Una autopsia determinó que la causa de muerte había sido por herida de arma blanca en el cuello, pero el médico forense no pudo determinar cuál de las heridas había matado a Douglas Gissendaner porque los animales habían devorado su piel y el tejido blando del lado derecho de su cuello.
El 24 de febrero, Owen confesó el asesinato e implicó a Kelly Gissendaner, quien al día siguiente fue detenida y acusada.
Mientras esperaba su juicio en la cárcel, Kelly Gissendaner se enfureció cuando se enteró que Owen había recibido una condena de 25 años por su participación en el asesinato. (Owen está cumpliendo cadena perpetua en una prisión en el estado de Washington, según los registros del Departamento de Correccionales de Georgia).
Ella comenzó a escribir cartas para contratar a una tercera persona quien daría una confesión falsa, diciendo que la había llevado a la escena del crimen a punta de pistola.
Le pidió a su compañera de celda, Laura McDuffie, que buscara a alguien dispuesto a hacer el trabajo por 10.000 dólares, y McDuffie les entregó las cartas de Kelly Gissendaner a las autoridades a través de su abogado.
Este martes, se considerará petición de clemencia
Kelly Gissendaner ha agotado todos los recursos estatales y federales, dijo el fiscal general en un comunicado. La Junta de Indultos y Libertad Condicional considerará una solicitud de clemencia este martes.
Para su última comida, ella solicitó un menú extravagante: dos Whopper con queso (con todo) de Burger King, dos órdenes de papas fritas grandes, palomitas de maíz, pan de maíz, una opción de suero de leche y una ensalada con tomates, pimientos, cebollas, zanahorias, queso, huevos duros y aderezo de suero de leche de Paul Newman, según informó la afiliada de CNN, WGCL-TV en Atlanta. También pidió un vaso de limonada y helado de cereza y vainilla como postre.
Kelly Gissendaner actualmente es la única mujer que se encuentra en el corredor de la muerte de Georgia. Ella sería la primera mujer ejecutada en el estado desde el caso de Baker en 1945. Solamente 15 mujeres han sido ejecutadas en Estados Unidos desde 1977, según el Centro de Información sobre la Pena de Muerte.