Por Michael Pearson

(CNN) — Niños, nuestros sueños de los Supersónicos, 007 y Iron Man se están acercando un poco más a la realidad.

El fabricante de mochilas voladoras Martin Aircraft de Christchurch, Nueva Zelanda, empezó a cotizar el martes en la bolsa de valores de Australia. El valor de las acciones se disparó, porque ¿quién no quiere tener una mochila voladora?

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Luego de recaudar 21 millones de dólares en su oferta pública inicial, la compañía promete entregar su primer modelo en 2016: un artilugio que cuenta con unos supuestos 30 minutos de tiempo de vuelo a una velocidad máxima de casi 74 kilómetros por hora y a altitudes de hasta 914 metros.

El fundador de la compañía, Glenn Martin, creó el diseño durante 30 años de trabajo de noche y fines de semana en su garaje.

“Las mochilas voladoras comerciales ya no se limitan al dominio de la ciencia ficción”, dijo el director ejecutivo de la compañía, Peter Coker, en una declaración. “El sueño de Glenn Martin de crear una mochila voladora comercial está a punto de concretarse”.

La compañía aún debe trabajar en asuntos regulatorios y de seguro, informó el periódico Sydney Morning Herald.

Y como bien sabemos, muchos inventores y compañías han prometido mochilas voladoras, autos voladores, criadas robot y todo el equipo del futuro, sin que se vean resultados prácticos.

Sin embargo, Martin permanece impávido.

“Siempre supe que desarrollar una mochila voladora portátil sería un proceso largo”, le dijo Martin al periódico. “El ejército de Estados Unidos había invertido mucho dinero en efectivo en grandes empresas en los años cincuenta y sesenta que no lograron nada práctico, y ahí estaba yo, un neozelandés en un garaje con un hobby”.

La compañía está tomando depósitos de 5.000 dólares por una mochila voladora personal, pero su primer producto comercial será una versión de socorrista diseñada para las brigadas contra incendios, los servicios de búsqueda y rescate, la seguridad fronteriza y otros clientes corporativos y gubernamentales.

Esa versión se venderá en alrededor de 200.000 dólares, además de la personalización.

Solo una pregunta: ¿cuántos campeones hay?