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Por Stephen Collinson

(CNN) — El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, advirtió este martes que un proyecto de acuerdo entre las potencias mundiales e Irán es “un mal negocio” que no detendría al gobierno iraní de obtener armas nucleares, sino que más bien le abriría camino a conseguir más y amenazaría la existencia del Estado judío.

En un discurso dramático para el Congreso de Estados Unidos, en lo que dijo era una encrucijada “fatídica” de la historia, Netanyahu se alineó abiertamente con los republicanos que critican al presidente Barack Obama, y provocó una reacción inmediata y furiosa de la Casa Blanca, en un momento en el que las relaciones entre Washington y Jerusalén se cimbran.

“Hemos dicho que ningún acuerdo es mejor que un mal acuerdo. Bueno, esto es un mal negocio. Es un muy mal negocio. Estamos mejor sin él”, dijo Netanyahu al explicar que Irán no solo está empeñado en el desarrollo de armas nucleares, sino también a “devorar” a países indefensos en un intento de dominio amplio del Medio Oriente.

“Se nos ha dicho que la única alternativa a este mal negocio es la guerra. Esto no es cierto. La alternativa a este mal trato es un trato mucho mejor”, dijo Netanyahu entre los aplausos ensordecedores en la Cámara de Representantes, luego de hacer una firme advertencia de que Israel podría estar solo si es necesaria la defensa del pueblo judío.

La respuesta de la Casa Blanca no se hizo esperar y ni siquiera intentó disimular la ira contra Netanyahu, que ha estado en el centro de una disputa pública con Obama durante casi toda su administración y ha intensificado sus críticas mientras las conversaciones entre las potencias mundiales e Irán siguen sobre un acuerdo que llega a su fase crucial.

Un alto funcionario del gobierno dijo, en un lenguaje extraordinariamente fuerte teniendo en cuenta la larga alianza entre Estados Unidos e Israel, que el discurso no contenía “literalmente ni una sola idea nueva; ni una sola alternativa concreta; todo retórica, ninguna acción”.

El funcionario dijo que a pesar de la dura retórica de Netanyahu, las alternativas a la búsqueda de un acuerdo con Irán eran mucho peores, y que la acción militar o sanciones económicas más estrictas no limitarían el programa nuclear iraní tanto como un acuerdo que evite la adopción de medidas definitivas hacia el alto a un arsenal atómico durante una década.

“Sin un acuerdo, Irán seguramente avanzará su programa. La instalación de centrifugadoras avanzadas, alimentando su reactor de plutonio y reduciendo o eliminando su conteo regresivo. Eso nos dejaría la opción de aceptar un umbral nuclear de Irán o tomar una acción militar”, dijo el funcionario.

Netanyahu no estaba en Washington por invitación de Obama, pero el líder republicano en la Cámara baja, John Boehner, le pidió que diera el discurso, un movimiento que expone a la alianza Estados Unidos-Israel en el traicionero fuego cruzado partidista.

El hecho de que Netanyahu enfrenta a un voto de reelección dura dentro de dos semanas también alimentó sospechas entre los funcionarios de la administración de que el primer ministro estaba usando el gran escenario de un discurso ante el Congreso como un pago político.

Su discurso también atrapó a muchos demócratas entre su apoyo a largo plazo al acérrimo de Israel y su propio presidente, lo que parecía ser una experiencia dolorosa.

“Yo estaba a punto de llorar en todo el discurso del primer ministro, entristecida por el insulto a la inteligencia de Estados Unidos como parte de las naciones P5 +1”, dijo Nancy Pelosi, líder de los demócratas en la Cámara, en referencia al grupo de potencias mundiales de negociación con Teherán.

“Y entristecida por la condescendencia hacia el conocimiento de la amenaza planteada por Irán y nuestro compromiso más amplio para la prevención de la proliferación nuclear”.

La senadora demócrata Dianne Feinstein describió el discurso de Netanyahu como “poderoso”, pero dijo que no había podido diseñar una solución que Israel encontrara “agradable”. Pero también señaló la inquietud con el plan del gobierno de un acuerdo con Irán que dure 10 años, 15 o 20 años.

“Una de las cosas que he visto en mi vida es que el tiempo pasa muy rápido, y los 10 años no es mucho tiempo”, dijo Feinstein.

El discurso contó con múltiples ovaciones de pie, pero fue boicoteado por más de 50 legisladores demócratas. Netanyahu advirtió que el acuerdo propuesto daría tiempo de arranque a Irán —el necesario para fabricar un arma nuclear— que es mucho más corto que el año en que el gobierno de Estados Unidos lo haría.

Tras feroces advertencias de funcionarios estadounidenses, sin embargo, parecía no llegar a revelar detalles intrincados de las conversaciones entre las potencias mundiales e Irán que según Washington podrían acabar con la esperanza de un acuerdo.

El primer ministro comenzó diciendo que lamentaba profundamente que su discurso estaba siendo visto como una estrategia política. Afirmó que iba a “estar siempre agradecido” con el presidente Barack Obama por su apoyo a Israel, incluyendo el que nunca será conocido por razones de seguridad nacional.

El argumento implícito de Netanyahu fue que el tamaño del programa de enriquecimiento que Irán podría tener permitido bajo el acuerdo, según los informes, es de alrededor de 6.000 centrifugadoras, y su demanda de mantener un programa de investigación y desarrollo de tecnología nuclear más avanzada podría reducir el tiempo que se tardaría para obtener una bomba a menos de un año si decidiera hacerlo.

El gobierno de Obama dice que su objetivo es congelar el programa de Irán para asegurarse de que el tiempo sea más de un año y que el mundo tenga  tiempo para actuar.

El vocero de la Casa Blanca, Josh Earnest, advirtió este lunes que cualquier revelación utilizando información sensible sería “traicionar la confianza entre nuestros aliados”.

“Eso sería cierto incluso si estas fuentes fueran a reclamar que habían obtenido la información de otro lugar”, dijo Earnest.

Obama dijo sin rodeos este lunes que Netanyahu se había equivocado acerca de su iniciativa diplomática antes, pues dijo a Reuters que Netanyahu ha hecho en el pasado “todo tipo de acusaciones” sobre el acuerdo y que “nada de eso se ha hecho realidad”.

Elise Labott, Dana Bash y Jim Acosta contribuyeron en este reporte.