Por Sturt Manning
Nota del editor: Sturt W. Manning es director del Instituto Cornell de Arqueología y Estudios de Materiales y director del Departamento de Estudios Clásicos de la Universidad de Cornell.
(CNN)— Confucio dijo: “estudia el pasado si quieres definir el futuro”. En Iraq, el pasado es glorioso y extenso.
Aquí es donde se construyeron las primeras ciudades del mundo y donde la escritura y gobierno organizado se desarrollaron por primera vez hace más de 5.000 años. Esta es la tierra que dio al mundo su primera gran obra literaria, la Epopeya de Gilgamesh, rey de la ciudad de Uruk, más de 1.000 años antes de Homero, y más de 2.000 años antes de Cristo.
ISIS, como tantos grupos extremistas iconoclastas a través de la historia, busca destruir el registro del pasado. En la última semana, un video ha circulado mostrando figuras bien vestidas empuñando mazos y destruyendo objetos arqueológicos en el Museo de Mosul.
El espectáculo sería ridículo y patético si no fuera tan trágico.
Aunque hay indicios de que algunos objetos destruidos son sólo copias, muchos se dice que son objetos únicos e irremplazables que habían sobrevivido miles de años, hasta ahora.
ISIS ha estado muy ocupado tratando de dañar la famosa entrada Puerta Nergal de la antigua ciudad de Nínive —una localidad con una historia que se remonta a miles de años— y más recientemente parece que se encuentra arrasando el sitio de Nimrud, capital del reino asirio del Siglo 9 antes de Cristo de Asurbanipal II, y la fuente de los famosos marfiles de Nimrud. Estos marfiles fueron limpiados primero por nada menos que Agatha Christie mientras acompañaba a su marido, el arqueólogo Max Mallowan, durante su excavación.
Todos los ataques a los sitios arqueológicos y los artefactos son brutales asaltos en nuestra memoria colectiva humana. Nos privan de la evidencia de los esfuerzos y los logros humanos.
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La destrucción elocuentemente habla de la locura humana y la violencia sin sentido que impulsa a ISIS. El grupo terrorista está destruyendo la evidencia de la gran historia de Iraq; tiene que hacerlo, ya que la historia da fe de una alternativa rica a su nihilismo bárbaro.
Peor aún, estos actos de destrucción, supuestamente en nombre de la religión, son deshonestos e hipócritas: el mismo ISIS también está ocupado en saquear sitios arqueológicos para apoyar su próspero comercio ilegal de antigüedades, causando más daños incalculables.
Los artefactos rotos del Museo de Mosul y la destrucción de Nínive y Nimrud hablan de una amplia ignorancia de la arqueología y el significado de los artefactos que los arqueólogos recuperan, el estudio y la preservación. Estos objetos son el registro material de la humanidad. No son solo para los estudiosos, sino para todos. Son el texto del pasado que ayuda a definir nuestro futuro.
Los arqueólogos claramente necesitan hacer más para ampliar la comprensión global y aprecio por la herencia del pasado. Pero no se trata sólo de los maestros, profesores y conservadores de museos; es necesario que haya mayor conciencia y protección del pasado en toda la sociedad, en Iraq, en Estados Unidos y alrededor del mundo, desde el gobierno hasta la gente.
Necesitamos más educación de arqueología a nivel mundial; no solo en Iraq y en otros países afectados por el ISIS, sino también entre las personas de todo el mundo con el fin de ayudar a las comunidades —desde los niños— para comprender la fragilidad del registro arqueológico y su importancia fundamental para la comprensión de la historia humana.
La Antigua Mesopotamia, actual Iraq, está en el corazón de la historia humana: el hogar de las primeras ciudades, estados e imperios. El Código de Hammurabi, rey de Babilonia hace más de 3,700 años, es el primer gran texto legal del mundo; comienza un patrimonio que lleva a la Carta Magna y la Declaración de Derechos.
El patrimonio de Iraq es nuestra herencia también. ¿Qué podemos hacer en respuesta a este asalto a nuestra herencia?
Proporcionar oportunidades de educación y empoderamiento a las comunidades para aprender más sobre sus culturas e historias, y las de los demás, es una de las mejores maneras de erradicar el odio y la violencia destructiva.
Las opiniones expresadas en este comentario son únicamente las del autor.