(CNN Español) – Brasil salió a la calle para manifestar su disconformidad con el gobierno de Dilma Rousseff.
Son médicos, profesores, informáticos, vendedores, dueños de comercios, abogados propietarios de negocios o estudiantes que ven a la corrupción como el eje de los problemas en el país.
La credibilidad del gobierno ha estado minada por los escándalos de corrupción y una economía que ha perdido el empuje que hace unos años atraía miradas y los dólares de todo el mundo.
Así, el gobierno de Rousseff enfrenta la tormenta perfecta.
La emblemática avenida contigua a la playa de Copacabana en Río de Janeiro se vio este domingo cubierta por una multitud de manifestantes que critican las políticas económicas que, según ellos, son las responsables de la inflación, la caída de la bolsa de Sao Paulo y el favorecimiento a corruptos.
Más de un millón de personas salieron a las calles, según la Policía de Brasil.
La masiva movilización es sin duda un llamado de atención al gobierno brasileño.
Para los organizadores, es el principio de un proceso imparable. Muchos piden un juicio político a Rousseff y la salida del poder del Partido de los Trabajadores; otros, incluso, sugieren la llegada de un gobierno militar.
Con información de Francho Barón desde Río de Janeiro