Por Ben Brumfield
(CNN) — Los diagramas evolutivos usualmente vinculan a monos y humanos con ancestros primates en común, pero ahora, los científicos dicen que hay un eslabón perdido que merece un lugar en ese árbol familiar… nuestras bacterias, hongos y virus.
Aunque la mayoría de nuestros genes provienen de ancestros de los primates, muchos de ellos se introdujeron en nuestro ADN gracias a microbios que viven en nuestro cuerpo, dice el investigador británico Alastair Crisp.
Esto se llama transferencia horizontal de genes. Los científicos conocen ejemplos de este fenómeno desde hace mucho tiempo: las bacterias se transfieren genes una a la otra y esto las ayuda a evolucionar. Los científicos han identificado insectos que recogen genes bacterianos que les permiten digerir ciertos alimentos.
Algunos investigadores han discutido si los microbios han intercambiado genes con las células de animales complejos, tales como los humanos. Pero un nuevo estudio en la Universidad de Cambridge indica que esto probablemente ha sucedido muchas veces.
Los humanos pueden tener cientos de los así llamados genes ajenos que han adquirido de los microbios.
“Sorprendentemente, lejos de ser un extraño incidente, parece ser que esto (la transferencia horizontal de genes) ha contribuido a la evolución de muchos animales —quizá de todos— y ese proceso es continuo, lo cual significa que podríamos necesitar evaluar de nuevo nuestra teoría de la evolución”, dijo Crisp.
Abarrotados de microbios
Puede ser que esto no sorprenda a los microbiólogos.
Nosotros los humanos y otros animales complejos estamos llenos de microbios, tenemos una cantidad infinita de ellos. Las personas tenemos muchísimas células microbianas que viven en nuestros cuerpos, las cuales superan infinitamente en número a nuestras propias células.
Un cuerpo tiene alrededor de 10 billones de células humanas, dice el microbiologo Rob Knight. Las células microbianas que viven en nuestro interior rondan los 100 billones. Esa es una proporción de 10 a uno. La gran mayoría se encuentra en nuestro intestino.
La mayoría son útiles y tendríamos serias dificultades si viviéramos sin ellas.
Su material genético hace que el nuestro se vea pequeño. El genoma humano llega a los 20.000 genes. El conjunto de genomas de las distintas variedades de microbios en nuestros cuerpos suman entre 2 y 20 millones, dice Knight.
No es de sorprenderse ante la probabilidad de que algunos de ellos se hayan estado filtrando en nuestro ADN a lo largo de millones de años. Esto ha ayudado a diversificar nuestra evolución, dicen los investigadores de Cambridge.
Mosca, gusano, humano
En las décadas recientes, los científicos han determinado los genomas –una detallada descripción de la secuencia de genes– para todo tipo de especies, incluyendo a los humanos.
Los investigadores de Cambridge compararon los genomas de varias especies de moscas de fruta, gusanos y primates, incluyendo los humanos.
Ellos determinaron similitudes y diferencias entre los genes de estas especies en busca de aquellos que sobresalían y que no parecían parte de un claro linaje evolucionario, sino que en vez de eso, posiblemente se metieron en algún momento.
Encontraron 128 genes “ajenos” anteriormente no identificados en humanos, y confirmaron 17 que habían sido previamente reportados. La mayoría de estos participan en la digestión. Pero los científicos también encontraron que el gen que determina el tipo de sangre –A, B y O– es “ajeno”.
Algunos genes “ajenos” que se transfirieron de los microbios ayudan al sistema inmune de nuestro cuerpo a defenderse contra infecciones microbianas como bacterias y hongos.
Los investigadores dicen que puede existir una oscura probabilidad de que los genes “ajenos” entraran a nuestro ADN como resultado de una casualidad evolutiva, pero también dicen que su explicación es la más lógica y probable.
Los microbios lo hicieron.