Por Saeed Ahmed y Greg Botelho, CNN
(CNN) - Debra Milke pasó 22 años en el corredor de la muerte, condenada por conspirar junto a otros dos hombres para matar a su hijo presuntamente con el fin de cobrar un seguro.
Este lunes, un juez dictaminó que la mujer de Arizona es inocente y desestimó todos los cargos en su contra.
Milke es la segunda mujer en ser declarada inocente en Estados Unidos tras haber sido condenada a muerte.
Lo más importante es que la decisión del juez finalmente exonera a Milke luego de años de una batalla legal en un caso en el que ella categóricamente ha mantenido que es inocente.
Un aspecto clave para la desestimación del caso fue la mala conducta de la fiscalía, principalmente la de un detective, Armando Saldate, quien dijo que Milke le confesó el crimen a él… aunque no hubo testigos ni grabaciones.
Los fiscales ocultaron del jurado los antecedentes laborales de Saldate, los cuales contenían reportes de mala conducta en otros casos, como por ejemplo mentir bajo juramento.
Los dos hombres junto con los que Milke estaba acusada de conspirar fueron juzgados por separado y aún están en el corredor de la muerte.
El asesinato
Un día después de ver a Santa Claus en un centro comercial el 1 de diciembre de 1989, el pequeño Christopher Milke le preguntó a su madre si podía ir a verlo de nuevo.
La pareja de la mujer, James Styers, se llevó al niño; luego llamó a Milke para decir que Christopher había desaparecido.
En lugar de eso, Styers y un amigo llevaron al pequeño a las afueras del pueblo a un barranco solitario donde Styers le disparó a Christopher tres veces en la cabeza, dijeron los fiscales.
Styers y el amigo fueron declarados culpables de asesinato y fueron sentenciados a muerte.
El papel de Milke
Milke se vio implicada en base al supuesto testimonio del amigo de Styer, Roger Scott.
El detective Saldate mencionó que Scott le había dicho que Debra Milke estaba involucrada en el complot para matar a su hijo. Y durante su juicio, los fiscales mencionaron un posible motivo: una póliza de seguro de vida de 5.000 dólares que cubría al niño.
Pero ni Scott ni Styers testificaron sobre el complot en el tribunal.
Ningún otro testigo o evidencia directa vinculan a Milke al crimen, aparte del testimonio de Saldate.
La ‘confesión’ de Milke
Saldate también dijo que Debra Milke le confesó su papel en la conspiración para el asesinato durante el interrogatorio y que le dijo que fue una “mala decisión”.
No se grabó el interrogatorio, no había nadie más en la habitación ni había alguien observando desde un espejo polarizado, y Saldate dijo que él se deshizo de sus notas poco después de completar su informe.
Milke ofreció una versión completamente distinta del interrogatorio y negó que hubiera confesado haber participado de cualquier forma.
El juicio se convirtió en un asunto de él dijo/ella dijo entre los dos.
Al final, el jurado le creyó al detective y condenó a Debra Milke de asesinato.
El pasado de Saldate
Lo que los fiscales no le dijeron al tribunal fueron los antecedentes que el detective tenía, como mentir bajo juramento y de mala conducta.
Saldate había sido suspendido cinco días por tomarse “libertades” con una conductora y mentir sobre ello a sus supervisores. Cuatro confesiones o acusaciones habían sido desestimadas porque Saldate había mentido bajo juramento. Los jueces suprimieron o ignoraron otras cuatro confesiones porque Saldate había violado los derechos constitucionales de los acusados.
En 2013, tras más de 20 años en prisión, un tribunal de apelaciones revocó la condena de Milke.
“La Constitución exige un juicio justo”, escribió el magistrado Alex Kozinski de la sala 9 del tribunal de circuito de apelaciones. “Esto nunca ocurrió en el caso de Milke”.
“El estado conocía la evidencia [sobre Saldate] que estaba en su archivo personal y tenía la obligación de presentar los documentos”, dijo Kozinski. “… No puede haber duda de que el estado no cumplió con su obligación constitucional”.
Milke fue puesta en libertad bajo fianza y el tribunal dijo que no podrá ser juzgada de nuevo.
El estado apeló la decisión de la Corte Suprema de Arizona.
El final
La semana pasada, la Corte Suprema de Arizona no quiso estudiar la apelación. Y este lunes, todos los cargos en contra de Milke fueron desestimados finalmente.
Le quitaron el brazalete de tobillo que llevaba puesto mientras estuvo en libertad bajo fianza y Debra Milke salió de la sala, llorando en señal de alivio.
Ahora, el caso está cerrado. Debra Milke finalmente es una mujer libre.