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Por Bryony Jones

(CNN) —- Con sus montañas nevadas y pintorescas aldeas desiertas, el valle donde cayó el avión de Germanwings este martes es un lugar increíblemente hermoso, pero escasamente poblado.

Pequeños pueblos se encuentran dispersos a lo largo del lugar, que tiene huertas de manzanas y peras y grises caminos de piedra del fondo del valle a una altura de más de 2.000 metros sobre el nivel del mar.

Muchos de estos pueblos, que fueron bulliciosas comunidades en el siglo XIX, ahora yacen abandonados o permanecen con un puñado de habitantes.

Un camino sin salida, la carretera D107, serpentea a través de la zona, pasando iglesias y un lugar de acampada que ofrece un espacio de paz para los excursionistas de verano.

Pero la lejanía —que atrae a un pequeño número de turistas que buscan caminar a través de las verdes colinas— puede hacer difícil el llegar al lugar del accidente de Germanwings.

El capitán Benoit Zeisser, de la Gendarmería en Digne, la mayor ciudad cercana, dijo a CNN que el sitio de la caída está en “terreno difícil”.

La policía francesa en la región ha pedido a los lugareños y los visitantes a permanecer lejos del sitio, instándolos a “no estorbar las carreteras” para que circulen los vehículos de emergencia.