Por Peter Shadbolt para CNN

(CNN) – ¿Alguna vez has tenido un dolor de cabeza tan fuerte que te han dado ganas de hacerte un agujero en la cabeza para dejar que el dolor salga por allí?  

En el período neolítico, se creía que la trepanación –o la perforación de un agujero en el cráneo– era una cura para todo, desde la epilepsia hasta las migrañas.

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Incluso podría haber sido una forma de cirugía de emergencia para heridas de batalla.

Sin embargo, aunque todavía existen conjeturas acerca de los motivos reales detrás de ese misterioso procedimiento, lo que se conoce es que el artefacto frecuentemente utilizado para llevar a cabo la primitiva cirugía estaba hecho de una de las sustancias más duras que se encuentran en la naturaleza… la obsidiana.

Borde cortante  

La obsidiana –un tipo de cristal volcánico– puede producir bordes afilados que muchas veces son más finos que incluso los mejores bisturíes de acero.

Con 30 angstromos –una unidad de medida equivalente a cien millonésimas de centímetro– un bisturí de obsidiana puede rivalizar con el diamante en cuanto a la precisión de su borde.

Cuando consideras que la mayoría de las hojas de afeitar domésticas tienen de 300 a 600 angstroms, la obsidiana todavía puede cortarlas con los materiales más afilados que la nanotecnología puede producir.

Incluso hoy, un pequeño número de cirujanos están utilizando una tecnología ancestral para realizar incisiones finas que según dicen, dejan cicatrices mínimas en su proceso de curación.

El Dr. Lee Green, profesor y presidente del Departamento de Medicina Familiar de la Universidad de Alberta, dice que de manera rutinaria utiliza navajas de obsidiana.

“La mayor ventaja de la obsidiana es que tiene el borde más afilado que existe, el cual no solo causa muy poco traumatismo en el tejido, sino que se cura rápidamente y deja menos cicatriz”, dijo.

“Contribuye al mejor resultado cosmético”.

Explicó que, a nivel microscópico, los bisturíes de acero tienen un borde de corte desigual, el cual rasga el tejido, una función de los cristales que conforman el metal. Entretanto, la obsidiana, cuando se corta adecuadamente, se adhiere y forma un borde fino y continuo.

El Dr. Green dijo que una vez ayudó a los productores de documentales a realizar un programa sobre la tecnología quirúrgica del antiguo Egipto, en donde estableció una prueba ciega sobre el poder de corte de la obsidiana.

Usando piel cultivada para cubrir quemaduras, una sustancia compuesta de células epiteliales, hizo una incisión con un bisturí moderno y una incisión paralela con un bisturí de obsidiana.

A continuación se invitó al presentador del programa para que observara los cortes a través de un video microscopio y que explicara la diferencia.

Corte con una motosierra  

“No fue difícil notar la diferencia en absoluto… tan pronto como se dio la vuelta, todos en el estudio decían ‘Ohhh’”, dijo el Dr. Green. “Bajo el microscopio podías ver que el bisturí de obsidiana había dividido las células individuales por la mitad, y junto a esa incisión, la del bisturí de acero parecía que había sido hecha con una motosierra”.

Los bisturíes modernos de obsidiana no se parecen en nada a los decorativos cuchillos tallados como pedernales del hombre neolítico, los que a menudo se parecen a sus homólogos modernos en todo, excepto en el filo de la cuchilla, aunque el Dr. Green dijo que son animales muy distintos.

“La sensación es muy diferente porque la obsidiana no presenta ‘mordida’”, dijo. “Si observas bajo el microscopio el borde de un bisturí de acero, este se ve casi como una sierra, tiene dientes, mientras que el de obsidiana es liso, incluso microscópicamente”.

“Se siente muy diferente cuando trabajas con él y es necesario que practiques antes de que empieces a utilizarlo para cirugías”.

“También tienes que tener cuidado de no pincharte con él porque ¡ni siquiera lo sientes!”  

Y el Dr. Green cree que las incisiones hechas con estas cuchillas cicatrizan más rápido. Dijo que un colega que necesitaba que le quitaran un lunar estuvo de acuerdo en someterse a un experimento en el que la mitad del procedimiento se llevó a cabo con un bisturí de obsidiana y la otra mitad se quitó con uno de acero.

“Lo que es realmente divertido es ver cómo cicatriza”, dijo. “Cuatro semanas más tarde, la diferencia era bastante notable –la diferencia en la cicatrización era sumamente evidente”.

Uso de expertos  

En Alemania, el fabricante Fine Science Tools produce bisturíes de obsidiana que pueden utilizarse en situaciones en las que el paciente puede tener alergia al acero o al metal.

“Para los estudios en los que las trazas metálicas de las cuchillas ordinarias de bisturí no se pueden tolerar, estos bisturíes de obsidiana tan especiales pueden proporcionar la solución”, dice la compañía.

A un precio de 99 euros por bisturí (107,40 dólares), estos representan un ahorro considerable frente a sus primos hechos de diamante, los que la compañía cotiza a 712,50 euros (772,60 dólares).

Pero ha sido poca la investigación académica respecto a la eficacia de las cuchillas de obsidiana en comparación con los bisturíes de acero y, efectivamente, tienen desventajas: los bisturíes de obsidiana no están aprobados por la Agencia de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés), y son extremadamente frágiles y propensos a quebrarse si se aplican fuerzas laterales… lo que significa que es improbable que alguna vez su uso sea generalizado.

El Dr. Green, cuyos bisturíes fueron fabricados para él, por un experto tallador de pedernales y arqueólogo, Errett Callahan, reconoce que los bisturíes de la Edad de Piedra no son para todos.

“Si se sacaran al mercado habría demasiadas heridas”, dijo. “Es muy frágil y es muy fácil que se desprendan fragmentos”.