Campo fumigado con glifosfato en Colombia. Varios gobernadores de departamentos del sur en Colombia denunciaron los daños severos en la tierra por el uso de esa sustancia.

(CNN Español) — El Ministerio de Salud de Colombia envió una carta al Consejo Dirección Nacional de Estupefacientes recomendándole suspender la fumigación con glifosato por ser altamente cancerígeno.

El ministro de Salud, Alejandro Gaviria, se basó en un estudio publicado por la revista The Lancet donde la Agencia Internacional para la Investigación en Cáncer IARC (por sus siglas en Inglés) clasificó esa sustancia dentro del grupo 2A como “probablemente cancerígeno para los humanos”.

El gobierno colombiano inició las fumigaciones con glifosato a comienzos de la década de 1980, cuando comenzó el auge de los cultivos ilícitos de marihuana y hoja de coca. Desde entonces, ambientalistas y defensores de los derechos humanos han denunciado supuestos efectos nocivos para la salud de las personas que viven en zonas donde se realizan fumigaciones aéreas y terrestres para combatir el narcotráfico.

Esta estrategia, que ha sido la columna vertebral en la lucha contra las drogas, podría tener un revés en el corto plazo.

En su carta, Gaviria advierte que “en lo que concierne directamente al glifosato, el informe de la IARC revela que la exposición a esta sustancia puede estar relacionada con la generación de linfoma no Hodgkin”.

Así mismo, el informe plantea que la exposición experimental en animales está relacionada con la probabilidad de generar carcinoma tubular renal, hemangiosarcoma, tumores en la piel y adenoma pancreático. El glifosato no había sido clasificado con anterioridad por la IARC. Su inclusión en el grupo 2 A constituye, por lo tanto, un hecho científico nuevo de suma importancia”.

Desde Washington, en declaraciones a la emisora local Caracol Radio, el exembajador en Colombia y actual subsecretario de asuntos antinarcóticos de Estados Unidos William Brownfield  dijo que “de todo el glifosato usado en Colombia, menos del 10%, entre el 5% y 9% se aplica en la erradicación de la coca y la droga ilícita en Colombia”.

Añadió que “el gobierno colombiano es soberano y puede tomar cualquier decisión que crea que refleje el interés nacional. Pero debe aceptar como un dato científico que en los últimos 20 o 21 años de aplicación de glifosato en Colombia no hay ni un ejemplo de una persona que ha sufrido daños por el uso de glifosato”.

El presidente Juan Manuel Santos podría definir en los próximos días si acoge o no la solicitud del ministro de Salud sobre la suspensión inmediata de las fumigaciones con glifosato. Una decisión que podría generar mucho malestar en Washington y que sería aplaudida por los ambientalistas en Colombia.

Según cifras de la Policía Antinarcóticos, en 1981 Colombia tenía 25.000 hectáreas plantadas de coca y marihuana. En el año 2001, había 144.807 hectáreas, y en el año 2012 el área cultivada se redujo a 47.790 hectáreas.

Estadísticas que para muchos de los críticos de las fumigaciones aéreas con glifosato indicarían que esa estrategia no ha funcionado y ha sido un fracaso.

Del otro lado están las autoridades que sostienen que, de no haber sido por la utilización del químico, el número de hectáreas sembradas podría ser de millones, porque, argumentan, no es suficiente con la erradicación manual de cultivos ilícitos.

El tema de la erradicación de cultivos ilícitos forma parte de los seis puntos de la agenda del proceso de paz entre el gobierno colombiano y la guerrilla de las FARC que ya fue acordado y cuyos términos incluyen la suspensión de las fumigaciones en zonas como el departamento del Putumayo y Nariño, en el sur del país.