(CNN) – La mayoría de nosotros queremos hacer lo correcto. No queremos robar cosas de la oficina o mentir en un informe de gastos. Pero todos enfrentamos tentaciones y a veces, cedemos frente a ellas. Un nuevo estudio sugiere que estar consciente de estas tentaciones y pensar en sus consecuencias a largo plazo podría ayudarnos a resistir el deseo de actuar de manera poco ética.
Los investigadores pusieron a grupos de personas y su fortaleza moral a prueba en una serie de situaciones en las que actuar de manera deshonesta podría beneficiarlos a corto plazo. En un escenario, los participantes se enfrentaron a la opción de mentir en una negociación para comprar una casa a fin de conseguir una mejor oferta. Ellos fueron menos propensos a optar por hacer trampa si se les recordaba de antemano sobre otro momento en el que quebrantaron las reglas a su favor.
“Existe esta pregunta general y amplia de por qué las personas buenas en ocasiones hacen cosas malas”, dijo Oliver Sheldon, profesor adjunto de gerencia y negocios globales en la Escuela de Negocios Rutgers y coautor del estudio, el cual fue publicado el viernes en la revista Society for Personality and Social Psychology.
“Creemos que parte de la explicación respecto a por qué las personas de vez en cuando no se comportan de manera ética es su incapacidad para enfrentar y darse cuenta de que hay una tentación”, dijo Sheldon. Además de reconocer la tentación, el estudio sugiere que la gente tiene que verla como una con la que tendrían que luchar repetidamente y que posiblemente podría poner en peligro su reputación e integridad.
En la primera prueba, los investigadores hicieron que 98 estudiantes de una maestría en negocios representaran un escenario en el que hacían el papel de un agente de bienes raíces que trataba de comprar una casa de piedra rojiza histórica en Nueva York para un cliente. El dilema: el vendedor de la propiedad quería que se conservara, mientras el cliente quería convertirla en un hotel de alta gama.
Previo a la negociación, se les pidió a la mitad de los participantes que escribieran sobre un momento en el que hicieron trampa en el sistema, como aceptar un soborno o tomar un atajo en el trabajo. La otra mitad escribió sobre una experiencia en sus vidas donde había menos carga ética, como tener un plan de respaldo por si no conseguían el trabajo que querían.
Los investigadores encontraron que el 67% de los compradores que relataron una experiencia neutral terminaron mintiendo en la negociación (al decir que su cliente iba a mantener la propiedad tal como estaba), mientras solo el 45% de los compradores que habían recordado un dilema ético sucumbió a la mentira.
“Solo pensar en la tentación generalmente de antemano en esencia los ayuda a contrarrestar la tentación cuando se encuentran con ella”, dijo Sheldon. Aunque puede parecer contradictorio, existen muchos casos en los que estar expuestos a una tentación nos motiva a tomar acción para resistirla, dijo.
Otra investigación sugiere que los recordatorios acerca de la tentación pueden reafirmar nuestro autocontrol en otras áreas. Un estudio anterior realizado por el autor del estudio actual, Ayelet Fishbach, un profesor de ciencias del comportamiento y mercadeo en la Universidad de Chicago, encontró que las personas dijeron que optaban por alimentos más saludables luego de que los instaban a pensar en alimentos grasosos, como papas fritas y galletas.
Sin embargo, los anuncios para las papas fritas y galletas aún podrían convencer a las personas de comprar alimentos poco saludables, por ejemplo, si las personas no las reconocen como tentaciones y si tampoco las reconocen como algo que está en conflicto con sus metas a largo plazo, dijo Sheldon.
En pruebas adicionales, Sheldon y Fishbach preguntaron si la gente tenía que ver la tentación como un problema a largo plazo que podría comprometer su reputación a fin de resistirla. Para un escenario, ellos trabajaron con un grupo diverso de 135 personas (en términos de edad y estatus laboral) que reclutaron por medio de Amazon’s Mechanical Turk, un sitio que los empleadores pueden usar para encontrar trabajadores y que los investigadores pueden usar para encontrar participantes para estudios.
Los participantes llenaron una encuesta respecto a cuán probable sería que tuvieran un comportamiento cuestionable desde el punto de vista ético en el trabajo, como llamar para avisar que se encuentran enfermos cuando están cansados o robar suministros de oficina. Al igual que el escenario de la negociación, los participantes escribieron sobre un momento en el que actuaron de manera poco ética o una experiencia neutral antes de responder a la encuesta.
Los investigadores encontraron que los participantes eran más propensos a tomar decisiones éticas en el trabajo si antes escribían sobre una ocasión en la que actuaron de manera poco ética. Sin embargo, este solo fue el caso entre los participantes que respondieron a una versión de la encuesta que les pedía que pensaran en todos los dilemas del lugar de trabajo de una sola vez, en lugar de uno por uno.
Este hallazgo sugiere que las personas solo se resistirán a la tentación si “piensan en ésta como un patrón posible de tentaciones que es más probable que enfrenten”, dijo Sheldon, y añadió que las personas podrían ver este patrón de tentaciones como algo más probable a oponerse a sus metas a largo plazo acerca de su reputación y autoimagen.
Probablemente hay varias formas en las que las personas pueden actuar con base en estos hallazgos en sus propias vidas para resistir a las tentaciones, como solo pensar en las tentaciones que es probable que enfrenten antes de entrar a una situación, dijo Sheldon. En el lugar de trabajo, las compañías puede que sean capaces de ayudar a empujar a los empleados de una manera sutil a ser más honestos al enviarles correos electrónicos recordándoles sobre las tentaciones de tomar suministros de oficina, por ejemplo.