(CNN) – Un delincuente podría estar cobrando prestaciones por desempleo a tu nombre ahora mismo, y ni siquiera lo sabrías. Es un delito tan descarado que incluso policías han sido víctimas del plan.
Y está tan generalizado que los fiscales se vieron sorprendidos por el “tsunami de fraudes que hemos visto en todo el país”, según Wifredo Ferrer, fiscal federal del distrito sur de Florida.
Las prestaciones por desempleo se emiten como parte de una colaboración federal y estatal para darles dinero a las personas que no tienen trabajo. Los pagos del estado se emiten en tarjetas de débito o en una cuenta bancaria.
Sin embargo, los delincuentes se están aprovechando de ese sistema al comprar información personal que fue robada de lugares como hospitales, consultorios médicos, escuelas y programas de jubilación. Luego, se registran en sitios web estatales e ingresan la solicitud de prestaciones por desempleo. Debido a que la prioridad para los estados es que el dinero salga rápidamente, no esperan a que un empleador verifique la identidad de la persona que solicita los beneficios. Las víctimas no suelen saber lo que ha pasado hasta que su empleador es notificado respecto a que están recibiendo pagos por desempleo.
Los investigadores federales calculan que el fraude de las prestaciones por desempleo asciende aproximadamente a 5.600 millones dólares, lo que incluye complots en los que se roban identidades.
“El hecho de que esto sea tan fácil de cometer es algo que ha sido un verdadero desafío para la policía, porque los defraudadores siguen evolucionando, y siempre encuentran una nueva manera de robar nuestras identidades”, dijo Ferrer a CNN. “Y todo lo que a veces se necesita es un nombre, una fecha de nacimiento y número de Seguridad Social. Y a veces, ni siquiera se necesita eso para cometer este delito”.
Solo pregúntale a Coral Mann, quien se sorprendió al enterarse de que alguien había solicitado alrededor de 3.000 dólares de prestaciones por desempleo a su nombre. Pero hubo un problema; ella es detective en el Departamento de Policía de North Miami Beach, Florida.
“Me enoja mucho porque me esfuerzo demasiado para trabajar por todo lo que tengo y lo que gano para mí y mi familia”, dijo Mann. “Simplemente me enoja que puedas sentarte detrás de tu computadora, esconderte como un cobarde y simplemente robarme sin que pueda hacer nada al respecto”.
Mann le llevó su caso a uno de sus colegas, el detective Craig Catlin, quien resulta ser uno de los principales expertos en fraude del país.
“El fraude es mejor que las drogas en la calle”, dijo Catlin.
Catlin dijo que empezó a darse cuenta de que los delincuentes estaban robando prestaciones por desempleo porque los estados generalmente no confirman la identidad de la persona que presenta una solicitud sino hasta después de enviar el dinero.
“Es tan nuevo y tan abrumador que ahora los estados están haciendo un proceso para ponerse al día a fin de establecer controles y contrapesos para que haya menos fondos fraudulentos”, dijo. “Tenemos casos que van desde solo unos cuantos estudiantes de la escuela secundaria que obtienen 20.000 o 30.000 dólares en unos cuantos meses hasta casos en los que sabemos que se trata de un rango de dos, tres, cuatro millones de dólares para solo un grupo de personas en el sur de Florida”.
El caso de Mann dio lugar a una orden de registro en una casa en Miami Gardens, donde la policía encontró más de 1.000 sospechas de robo de identidad. Tres hermanos, entre ellos un menor, fueron arrestados. Los dos hermanos adultos se han negado a discutir el hecho de su culpabilidad frente a los cargos de robo y serán sentenciados en julio.
“Te sientes tan vulnerable”, dijo Mann. “Sientes como si alguien te hubiera agredido, como si te hubiera agredido físicamente, cuando hacen cosas como esta”.
Nadie conoce el alcance del fraude a partir del robo de identidad solamente. En un período de 15 meses, el estado de Florida le puso fin a 97.000 solicitudes fraudulentas cuyo valor ascendía a 400 millones de dólares, según Jesse Panuccio, director ejecutivo del Departamento de Florida de Oportunidad Económica, el cual supervisa los beneficios de desempleo. Esos casos fueron trasladados a la oficina del inspector general del Departamento de Trabajo de Estados Unidos.
Él reconoció que el estado no podía especificar la cantidad de fraudes que se debían a ladrones de identidad.
“Constantemente ajustamos el sistema para ver qué es eficiente, qué no lo es y qué protecciones existen contra el fraude”, dijo. “Pero al final, no podemos regresar a 1982, donde todo se hacía con papel y lápiz. Tenemos que tener un sistema que utiliza tecnología moderna y es eficiente para las personas buenas, para quienes en realidad necesitan obtener dinero del sistema”.
Dijo que Florida, al igual que otros estados, se encuentra bajo un mandato federal para cubrir las solicitudes “en un lapso de un par de semanas, incluso si un empleador no ha respondido” para confirmar que la persona esté desempleada.
El fraude es tan serio que Panuccio escribió una carta en marzo a Tom Perez, el secretario del Departamento de Trabajo de Estados Unidos, en la que advertía que “empresas criminales organizadas están atacando los sistemas de beneficios públicos todos los días. Desafortunadamente, el sur de Florida se ha convertido en un centro nacional para este tipo de actividad”.
Aunque Florida utiliza un sistema de vanguardia para detectar el fraude, Panuccio escribió que “pocos estados han implementado análisis back-end para combatir el fraude de manera activa. Sospechamos que si un programa fuera desplegado a nivel nacional, la cantidad de fraude por desempleo que se detectaría sería impresionante”.
El Departamento de Trabajo accedió a que Perez se sentara con CNN para llevar a cabo una entrevista sobre el tema, pero fue cancelada abruptamente por Carl Fillichio, asesor senior en la oficina de asuntos públicos, y no se dio razón para ello.
En cambio, el departamento emitió una declaración.
“Sin embargo, es importante señalar que —en un 3,19%— el índice aproximado de pagos fraudulentos sigue siendo extremadamente bajo”, dijo.
El departamento dijo que ha tomado varias medidas en los últimos cuatro años para combatir el fraude. Eso incluye el gasto de 625 millones de dólares para ayudar a los estados a modernizar sus sistemas informáticos y crear un “centro de excelencia para la integridad del fraude por desempleo” a fin de explorar nuevas tecnologías.
“No hay espacio para el fraude y el abuso en el programa de seguro por desempleo”, indicó la declaración. “El departamento seguirá estando alerta y seguirá trabajando con nuestros socios estatales para prevenir, detectar y recuperar los pagos deshonestos… e iniciar procedimientos en contra de los individuos que se sospecha, cometieron fraude”.
El inspector general del Departamento de Trabajo concluyó en un informe de 2014 que el programa de seguro por desempleo se encuentra “particularmente en riesgo de ser sujeto a pagos deshonestos y la capacidad del departamento para identificar y reducir los pagos deshonestos de seguro por desempleo sigue siendo un desafío”.
El inspector general ha recomendado que se dé una supervisión más alerta del programa de seguro por desempleo “al aumentar la frecuencia de las revisiones in situ” en las agencias estatales y a seguir trabajando por una legislación que le permite a los estados utilizar parte de los pagos fraudulentos recuperados para detectar e impedir el fraude.