Peter Bergen es analista nacional de seguridad de CNN, vicepresidente en New America y profesor de prácticas en la Universidad Estatal de Arizona. Es el autor de “Manhunt: The Ten-Year Search for bin Laden – From 9/11 to Abbottabad”. David Sterman es socio del programa en New América.
(CNN) – El horrible ataque a una histórica iglesia en Charleston, Carolina del Sur, supuestamente fue llevado a cabo por un joven blanco que parece que eligió deliberadamente la iglesia como blanco simplemente porque atendía a los afroamericanos. Los testigos dicen que el sospechoso dijo que él estaba allí “para matar a las personas negras”, dijo un oficial de policía. Bajo cualquier criterio razonable, esto es terrorismo, el cual generalmente se define como un acto de violencia contra civiles por parte de individuos u organizaciones con propósitos políticos.
Pero hay que hacer el mapa mental: si este ataque contra la iglesia en Charleston hubiese sido perpetrado por un hombre musulmán que gritaba “Allahu Akbar”, entonces la que ya es una gran historia en las noticias se hubiera convertido en una historia más grande todavía, puesto que hubiera parecido encajar muy bien en la narrativa política y de los medios de comunicación respecto a que los militantes musulmanes son el mayor problema de terrorismo en Estados Unidos.
Tal como sucede, esa es una narrativa falsa. De hecho, los funestos actos de terrorismo perpetrados por racistas despiadados y extremistas antigubernamentales han sido más comunes en Estados Unidos que los funestos actos del terrorismo yihadista desde el 11-S.
Existe algo particularmente impactante dentro de una sociedad multirracial, multiétnica y multirreligiosa en cuanto a asesinar personas simplemente por ser quienes son. Eso es cierto ya sea que se trate de afroamericanos en Charleston que asisten a un grupo de estudio bíblico o espectadores en el maratón de Boston. Estos ataques son actos planificados para aterrorizar y así es como debemos referirnos a ellos.
Según un conteo de New America, desde el 11-S, 26 personas han muerto en ataques terroristas yihadistas en Estados Unidos, mientras que los racistas de extrema derecha y los militantes antigubernamentales han matado a 48, si incluimos a las nueve personas que murieron en el ataque perpetrado en Charleston, el cual está siendo investigado como un delito de odio.
Solamente el año pasado vimos cuatro ataques de extrema derecha sumamente funestos que dejaron un saldo de ocho personas muertas.
- El 13 de abril de 2014, Frazier Glenn Cross disparó y mató a un niño de 14 años de edad y a su abuelo en el centro comunitario judío en Kansas City y luego condujo hasta una comunidad de retiro judía, en donde mató a una tercera persona, informan las autoridades. Los informes dicen que Cross gritó “Heil Hitler” después de que fue puesto bajo custodia. Él se ha declarado inocente.
- El 8 de junio de 2014, Jerad y Amanda Miller –una pareja casada– mataron a dos policías en una emboscada en una pizzería en Las Vegas; también mataron a otra persona en un Walmart cuando dejaban la escena, antes de suicidarse. Los asesinos poseían parafernalia de supremacistas blancos y, según sus vecinos, antes habían hablado de buscar agentes de la policía como blancos además de expresar puntos de vista agresivos.
- El 12 de septiembre de 2014, un oficial de policía fue asesinado en un tiroteo en el cuartel de policía de Blooming Grove en Pensilvania. Frank Noonan, el comisionado de la Policía Estatal, identificó a Eric Frein como sospechoso. Noonan dijo que Frein “ha hecho declaraciones sobre su deseo de matar agentes de la policía y también de perpetrar asesinatos masivos” y “en el pasado ha expresado tendencias antigubernamentales, sobre todo en contra de la policía”. Frein fue puesto bajo custodia después de permanecer siete semanas como fugitivo. Los fiscales agregaron cargos de terrorismo contra Frein, citando una carta en la que supuestamente convocó a una revolución. Él se ha declarado inocente.
- El 22 de noviembre de 2014, Curtis Wade Holley emboscó y mató a un oficial de policía en Tallahassee, Florida. Según la policía local, Holley había planificado la emboscada, mantuvo creencias políticas antigubernamentales y previamente había proferido amenazas contra la policía que lo había agregado a una lista de vigilancia. Holley fue asesinado por agentes de la policía en un tiroteo.
Además, desde el11-S, ninguna de las aproximadamente 290 personas acusadas o condenadas en Estados Unidos por algún acto de terrorismo yihadista ha adquirido o utilizado armas químicas o biológicas, mientras que 13 personas motivadas por la ideología de extrema derecha, una persona motivada por la ideología de extrema izquierda y dos con creencias idiosincrásicas, o sus precursores, utilizaron o adquirieron tales armas.
Según un estudio de New America, aun cuando, desde el 11-S, una variedad de militantes izquierdistas y extremistas ambientales han llevado a cabo ataques violentos por motivos políticos contra la propiedad y las personas, ninguno de ellos ha sido vinculado con un ataque mortal.
La violencia yihadista sigue dominando las noticias y la atención de los legisladores. Algo de esto es bastante comprensible. Después de todo, en el 11-S, al Qaeda mató casi a 3.000 personas.
Sin embargo, como asunto de seguridad pública, realmente no existe diferencia entre el terrorismo que supuestamente se ha cometido en nombre de Alá y la matanza que se ha cometido por otros fines políticos, tales como las creencias racistas acerca de los afroamericanos que parecen ser las que motivaron el ataque del jueves en Charleston.