Charles Manson, tras su detención, en 1969.

(CNN)– Ted Bundy, Richard el acechador nocturno Ramírez, Kenneth Bianchi y Angelo Buono, mejor conocidos como los estranguladores de Hillside. Todos son asesinos famosos y tienen algo en común: los cuatro se casaron mientras estaban presos, mucho tiempo después de que los encarcelaran por sus notorios crímenes.

Pero, ¿quién se casaría con un asesino en serie y por qué?

Sheila Isenberg, autora del libro Women Who Love Men Who Kill (Mujeres que aman a hombres que matan), habló con docenas de mujeres que tenían relaciones con asesinos. Descubrió que hay dos grupos principales de personas que acaban relacionándose con asesinos: las que se enamoran de “asesinos ordinarios”, que creen que ven el “verdadero” lado bueno del asesino, y las que entablan relaciones con asesinos famosos porque les atrae la fama.

“También quieren fama. Cuando encarcelaron a Scott Peterson, recibió propuestas de matrimonio por montones incluso antes de que llegara a prisión. Sabían que si se involucraban con estos hombres, su nombre o tal vez su foto saldría en los diarios”, dijo Isenberg.

Charles Manson se comprometió recientemente y los dos hermanos Menéndez se casaron en prisión, al igual que los estranguladores de Hillside.

No solo las mujeres lo hacen. Susan Atkins, miembro de la familia Manson que recibió cadena perpetua por su participación en los asesinatos Sharon Tate-LaBianca, se casó con dos hombres distintos mientras estaba en prisión.

Cegados por el amor

En su investigación, Isenberg descubrió que muchas de las personas de ambos grupos se aferraban a la idea de que sus novios y esposos convictos eran inocentes.

“Estaban engañadas respecto a que el hombre no había cometido los delitos”, explica Isenberg.

Isenberg menciona a mujeres como Carol Ann Boone, quien entabló una relación con Ted Bundy mientras lo enjuiciaban por dos asesinatos y tres agresiones en la Universidad Estatal de Florida; se casó con él y tuvo un hijo suyo. Bundy confesó más tarde que había cometido 30 asesinatos.

Boone, quien había trabajado con Bundy en el Departamento de Servicios de Emergencia del estado de Washington, dijo que “le gustó Ted de inmediato” y testificó a su favor porque sentía que lo habían “condenado injustamente”.

Muchos años después de que lo encarcelaran, ella finalmente se dio cuenta de que era culpable y puso fin a su relación.

Doreen Lioy se casó con Richard Ramirez, el acechador nocturno, quien mató a más de una docena de personas. En 1997, Lioy dijo a CNN que no le importa que la gente crea que está loca. “Simplemente creo en él absolutamente”, dijo. “Yo opino que había muchas más pruebas para encarcelar a O. J. Simpson”.

Isenberg dijo que en los casos en los que el acusado fue hallado culpable de solo un asesinato, las mujeres a menudo recurren a las circunstancias atenuantes: que la persona había consumido drogas, por ejemplo, o que había sido un accidente que no representa la verdadera personalidad de la persona.

La cruda realidad

Como en muchos estados no se permiten las visitas conyugales, algunas de estas parejas nunca tienen la oportunidad de entablar contacto físico. A la mayoría de las mujeres no les importa y están más interesadas en el romance, de acuerdo con Isenberg.

Salir con alguien que está purgando una cadena perpetua requiere un cortejo de alto nivel. La mayoría de estos prisioneros no tiene más que tiempo libre, así que bañan a sus novias con afecto.

“Te pinta cuadros, te escribe poemas, escribe cartas de 30, 40, 50 páginas. Es una relación enormemente romántica”, dijo Isenberg. Para muchas personas, “es como vivir en tu propia novela romántica”.

Gracias a sus investigaciones, Isenberg llegó a la conclusión de que para muchas de estas mujeres, una relación de esta clase es una maniobra de poder.

“Muchas de estas mujeres sufrieron abusos en la infancia o las golpeaban. Algunas habían sufrido abuso físico, psicológico o verbal, pero todas eran víctimas. Se me ocurrió la teoría de que si estás en una relación con un hombre que está en la cárcel de por vida o condenado a muerte, no puede lastimarte. Tienes el control probablemente por primera vez en tu vida”, dijo.

A pesar de tanta intensidad, muchas de estas relaciones no duran.

Como la mayoría de estos prisioneros nunca saldrá, no hay posibilidades de que la relación progrese y de vivir juntos en la vida cotidiana. Para las mujeres que se enamoran de asesinos, esta podría parecer una situación de “el novio perfecto”. Como escribió Katherine Ramsland, profesora de Psicología Forense en la Universidad DeSales, en Pennsylvania, “no hay que lavar su ropa, ni cocinar, ni rendirle cuentas”.

Sin los muros de la prisión, la fantasía se derrumbaría.

Ve el Episodio 4 de la serie original de CNN, The Seventies, el jueves 9 de julio a las 9 p. m. E.T., en el que se analizará a fondo a los asesinos, los crímenes y las sectas que sacudieron esa década.