El alcalde quiere trabajar en mejoras a la infraestructura que permitirían que los sistemas de electricidad, agua y alcantarillado puedan soportar los daños del terremoto.

(CNN)– Hace 10 años, el huracán Katrina nos recordó que cuando se trata de desastres naturales, te puedes preparar para lo peor, pero también es esencial que hagas planes para el caos que ocurre después.

El alcalde de Los Ángeles, Eric Garcetti, aprendió muy bien esa lección. A él lo persigue el recuerdo de volar sobre Nueva Orleans en un helicóptero durante un año completo después de la tormenta y ver que algunas secciones enteras no se habían recuperado… y que probablemente nunca lo harían.

En Los Ángeles, el desastre que se avecina no es un huracán, sino una erupción que desde hace mucho tiempo se ha demorado en la enorme falla de San Andrés, la cual según dicen los sismólogos es la fuente más probable de un gran terremoto en el densamente poblado sur de California.

Garcetti se postuló para alcalde en el 2013 con la promesa de hacerle frente a estos desafíos rutinarios de infraestructura que los alcaldes anteriores habían descuidado: baches, tuberías de agua en mal estado y modernizaciones del gran repertorio de edificios de concreto construidos antes de la década de 1980 en Los Ángeles, los cuales a menudo son más vulnerables a los terremotos.

Ahora que está en el cargo, Garcetti está presionando aún más, con el argumento de que Los Ángeles y otras ciudades de la región no solo deben prepararse para el próximo gran terremoto, sino también para las secuelas. En un estado plagado por la sequía, él está trabajando para aumentar la capacidad de agua de Los Ángeles a fin de asegurarse que sea capaz de luchar contra los miles de incendios que podrían arrasar toda la ciudad y el condado. También quiere evitar que las líneas de petróleo y gas natural, las cuales pasan a lo largo de la falla, se rompan; además, también quiere evitar que las líneas de comunicación de fibra óptica se vean interrumpidas —posiblemente durante meses— después de un gran terremoto.

El año pasado, el alcalde llevó a Lucy Jones, una reconocida sismóloga del Servicio Geológico de los Estados Unidos, para que identificara las vulnerabilidades de la ciudad y para que dirigiera un estudio detallado para el Mayoral Seismic Task Force. Jones espera persuadir a los funcionarios electos para que inviertan en un sistema de alerta temprana, así como en mejoras a la infraestructura que permitirían que los sistemas de electricidad, agua y alcantarillado puedan soportar los daños del terremoto.

“La infraestructura de la ciudad —las tuberías de aguas residuales, el sistema eléctrico que hace que la vida en una ciudad moderna sea posible— y todas esas líneas por lo general ya están muy viejas, lo cual hace que sean muy vulnerables a los daños de los terremotos”, dijo Jones. El daño del terremoto puede ser mitigado, dijo, con dinero y voluntad política.

“El terremoto es inevitable, pero el desastre no lo es”, dijo Jones en una entrevista en su oficina de Pasadena. “El desastre es lo que el terremoto causa a las estructuras humanas. Si cambiamos esas estructuras humanas, podemos eliminar el desastre”.

Garcetti dijo que eso es exactamente lo que Los Ángeles y sus alrededores tienen que hacer. Porque el problema —y la solución— es tan grande y costoso que el grupo de trabajo del alcalde dijo que el costo tendría que ser compartido por los socios locales, regionales y estatales.

Sin embargo, Jones y Garcetti dijeron que el costo de no hacer nada podría ser mayor. “Evitemos que estas cosas se averíen, porque medía vez se dañan la economía colapsa por el tiempo que se necesita para reparar esos problemas”, dijo Jones.

El alcalde quiere asegurarse de que la ciudad no solo sobreviva a un terremoto, sino que también los pobladores de Los Ángeles se queden allí y reconstruyan.

“Existe un exceso de política, ‘¿cuál es la lucha en este momento? ¿Qué les va a permitir ganar puntos?’”, dijo. “Sé que el trabajo que estamos haciendo salvará vidas”.

Aunque los proyectos de infraestructura no son glamorosos, Garcetti dijo que quiere que su legado sea como “un constructor”.

“No debemos hacer cosas que nos llevan al siguiente trabajo”, dijo. “Debemos hacer cosas que, mucho después de que la gente recuerde nuestros nombres, le digan gracias a Dios que alguien dijo que este edificio necesitaba ser fortalecido. Sobrevivimos ese terremoto”.