La actividad manufacturera en las fábricas chinas ha caído a niveles que se vieron por última vez durante la crisis financiera del 2009.

(CNN) – Después de décadas de un crecimiento explosivo impulsado por las exportaciones baratas, la desaceleración de la economía de China les está cobran un precio a los trabajadores de fábricas, quienes han quedado relegados.

Tanto Ma Xinqin como Wang Dishan trabajaron 20 años en una fábrica de máquinas en Tengzhou, una ciudad industrial en la provincia norteña de Shandong.

La planta industrial cerró a principios de este año. Actualmente, ellos son los únicos empleados que continúan en el lugar, trabajando como guardias de seguridad. El resto fue despedido o transferido.

Pasan sus días caminando entre los silenciosos y vacíos edificios de la fábrica. Piezas sobrantes de maquinaria están amontonadas, acumulando polvo. La maleza poco a poco se está apoderando del lugar.

“Nosotros dos estamos cuidando el lugar. Vigilamos la fábrica”, dice Ma.

“El espacio ha sido desocupado y ahora están buscando a otras personas para que lo alquilen. El negocio no iba bien”.

De obreros de fábrica a agricultores

Hace varias décadas, antes de que las reformas económicas llevarán a la fuerte industrialización de China, Ma y Wang eran agricultores.

Se volvieron parte de la gran legión de trabajadores de China con salarios bajos… quienes han sido durante mucho tiempo la columna vertebral de la economía china.

“Sentimos como si las principales tropas nos hubieran dejado relegados, como si ya no pudiéramos alcanzar a las principales tropas”, dice Ma.

Ahora, una vez más, los hombres se encuentran cuidando los cultivos. Cultivan frutas y verduras en las instalaciones de la fábrica.

“Nos sentimos aburridos”, dice Ma. “Hacemos esto cuando no tenemos nada más que hacer”.

Estos trabajadores de la fábrica, de 65 años de edad, no saben dónde encajan en la “nueva normalidad” de China.

La actividad manufacturera en las fábricas chinas ha caído a niveles que se vieron por última vez durante la crisis financiera del 2009, según un indicador clave.

La segunda economía más grande del mundo todavía está creciendo, pero las fábricas tradicionales que bombeaban exportaciones baratas ya no son un modelo de negocio en auge.

Los años especulativos de crecimiento de dos dígitos se han terminado. A medida que la demanda de exportaciones de fabricación china disminuye, existen mayores demandas para una mayor innovación y eficiencia.

El aumento de la competencia internacional está presionando a muchas fábricas chinas a modernizarse y especializarse.

En junio, Beijing anunció el plan “Hecho en China 2025”, el cual tiene el fin de mejorar el sector manufacturero para mantenerse al ritmo de la competencia global.

Las fábricas vacías se han convertido en algo que se ve con frecuencia en muchas ciudades como Tengzhou, considerada como una “pequeña” ciudad industrial por los estándares chinos, a pesar de que tiene una población de 1,5 millones.

Cambio de su velocidad de crecimiento

La segunda economía más grande del mundo está creciendo a un ritmo de alrededor del 7%, el nivel más bajo en un cuarto de siglo, según la Oficina Nacional de Estadísticas. Algunos observadores se preguntan si ese número está inflado.

Sin embargo, en las ciudades de nivel inferior de China, muchos sienten fuertemente los efectos de una economía que se está desacelerando.

Muchos propietarios de negocios pequeños, en un mercado cercano a algunas de las fábricas cerradas de Tengzhou, se preguntan si podrán seguir abiertos.

Wang Changmei, quien dirige un pequeño puesto de fideos, dice que dos tercios de sus clientes se han ido.

“Por supuesto, estoy preocupada. Apenas estoy saliendo adelante”, dice ella.