(CNN) – El Instituto de Búsqueda de Inteligencia Extraterrestre tiene sus ojos —y pronto, posiblemente, uno de los telescopios principales de Estados Unidos— enfocados en una anomalía que algunos astrónomos no pueden explicar.
Los usuarios de la interfaz en línea para la astronomía basada en crowdsourcing (colaboración abierta), Planet Hunters, descubrieron un peculiar patrón de luz entre las constelaciones de Cygnus y Lyra hace unos años. El grupo utiliza datos públicamente disponibles recopilados por el Telescopio Kepler de la NASA, el cual ha estado a cargo de encontrar planetas similares a la Tierra por medio de la búsqueda del oscurecimiento periódico de estrellas que podrían sugerir que un planeta está pasando cerca de las mismas.
Después de que varios usuarios notaron la particularidad, la información fue enviada al equipo científico asesor del grupo, entre quienes se encuentra Tabetha Boyajian, estudiante de astronomía postdoctoral.
“Definitivamente provocó algunas animadas discusiones en los tableros de discusión. Nos desplazamos a través de los foros de discusión y superusuarios, y ellos nos hicieron saber que había algo a lo que deberíamos prestarle atención”, dice Boyajian.
“Lo que era inusual en relación a eso era la profundidad de los huecos de luz, una disminución en la luz de hasta un 20% y las escalas de tiempo (de variación de luz)… de una semana hasta un par de meses”.
Así que, ¿cuál es la explicación? ¿Podría tratarse de un enjambre de cometas? ¿Acaso se trata de alguna especie de fenómeno intergaláctico que los científicos de Earthbound no han descubierto aún? ¿O un efecto de las estructuras del tamaño de un planeta construidas por algún tipo de civilización extraterrestre?
Jason Wright, profesor de astronomía de la Universidad Estatal de Pensilvania, vio los datos de Boyajian y de cierto modo no puede explicarlos. Sin embargo, en una publicación del jueves en su sitio web, advirtió que no se deberían sacar conclusiones precipitadas —como algunos aparentemente lo han hecho— de que seres inteligentes distantes se encuentran detrás de esta rareza.
“Mi filosofía de SETI”, Wright escribió, al referirse a la búsqueda de inteligencia extraterrestre, “es que debe dejar su hipótesis de extraterrestre como último recurso”. También citó el “mandamiento de Cochran para los cazadores de planetas… no deberán avergonzarse a sí mismos ni a sus colegas al afirmar planetas falsos”.
“Sería un acontecimiento importante si fuera cierto, pero es sumamente importante que estén totalmente seguros antes de afirmar que han detectado algo, no sea que pierdan credibilidad”, añadió el astrónomo. “Mucho más en el caso de SETI”.
¿Enjambre de cometas o una señal de inteligencia extraterrestre?
La estrella, identificada por los investigadores como KIC 8462852 —aunque Wright la llama “la estrella de Tabby” y su equipo la llama la “estrella de la WTF”, por el subtítulo del documento de Boyajian “Where’s the flux?” (¿Dónde está el flujo?)— se encuentra aproximadamente a 1.465 años luz de la Tierra, o casi 13.840 billones de kilómetros.
Junto a un grupo de colegas, Boyajian publicó el mes pasado un artículo académico sobre la estrella y concluyó que las peculiaridades de la luz podrían haber sido el resultado de fragmentos de cometas.
Se trata de “una explicación natural verosímil, pero artificiosa”, según Wright.
“Yo consideraría que existen bajas probabilidades de que esa sea la respuesta correcta”, dijo el astrónomo de la Universidad Estatal de Pensilvania. “Pero es por mucho la mejor respuesta que he visto hasta ahora (y algo mucho más probable que alienígenas, diría)”.
La misma Boyajian destacó “la necesidad de futuras observaciones para ayudar a interpretar el sistema”, por lo que ella y sus cohortes le entregaron el documento a Andrew Siemion, el jefe de la Grupo SETI de la Universidad de California-Berkeley. Querían respuestas, y ellos dijeron que se necesitan telescopios de primera categoría para conseguirlas.
“Al principio pensé que se trataba de algo totalmente descabellado… pero no fue sino hasta que me dijeron que los datos habían sido investigados por el equipo de Kepler de la NASA”, dijo Siemion.
El astrónomo, quien reside en California y que ha estado trabajando en la búsqueda de inteligencia extraterrestre durante unos 10 años, dijo que los hallazgos eran “muy atípicos”.
“Esta es una de tal vez solo dos o tres veces que hemos sido contactados por un astrónomo que dice que hay algo que no entendemos”, dijo. “Se trata de un objeto muy extraño”.
Solicitud para utilizar radiotelescopio
Siemion presentó una serie de propuestas para utilizar telescopios —incluyendo el Telescopio de Green Bank, West Virginia, el cual el Observatorio Nacional de Radioastronomía llama el principal radiotelescopio de un solo plato— para observar más detenidamente la anomalía.
El telescopio de Green Bank sería una buena opción, ya que SETI involucra la búsqueda de inteligencia extraterrestre utilizando, de todas las cosas, ondas de radio. Según Siemion, “existen unos tipos particulares de ondas de radio que según sabemos solo pueden ser producidas por la tecnología”.
“La ventaja es que es muy fácil de distinguir”, dijo. “Muchas de las galaxias producen ondas de radio. Si vemos una gran cantidad de energía en un área, ese es un marcador inconfundible de la tecnología”.
El Instituto SETI, el cual se encuentra ubicado al norte de California, espera conocer los resultados de su solicitud en el próximo mes o dos.
“Vamos a estudiarlo muy de cerca, en la mayor medida posible. Estamos limitados en términos de cuánto tiempo podemos ver un objetivo, dada la curvatura de la tierra y de la instrumentación”, dijo Siemion. “Si nos permiten realizar la observación, tendremos entre 24 a 36 horas con una variedad de diferentes receptores de radio”.
Aunque los involucrados en este esfuerzo no se atreven a llegar a conclusiones sobre qué es exactamente lo que está pasando, ellos creen que vale la pena profundizar al respecto.
Según Boyajian de Yale, “la información nos permitirá confirmar o descartar algo. Nos entusiasma aprender todo sobre este sistema… queremos averiguarlo”.
Greg Botelho y David Gilbert contribuyeron con este reporte.