La Habana, Cuba (CNN) - Cuando el pequeño Elián González regresó a Cuba en el 2000 - luego de una perniciosa batalla por su custodia y una incursión federal en la casa de sus familiares en Miami -, se suponía que iba a reanudar su vida lejos de la atención de los medios de comunicación.
Al menos eso fue lo que los funcionarios cubanos y su padre dijeron en ese entonces.
Quince años más tarde, no ha resultado así.
González, de 21 años de edad, sigue siendo una de las figuras más identificables de la isla y uno de los francos partidarios de la Revolución Cubana de su generación.
El pequeño niño que fue encontrado aferrado a una cámara de neumático en el Estrecho de Florida y que se volvió famoso cuando jugaba en el jardín de la casa de sus familiares en Miami mientras dos países luchaban sobre su suerte, ahora es un cadete militar que estudia ingeniería industrial.
“No hago nada diferente a cualquier otro joven”, dijo González en junio en una entrevista con el diario Granma del Partido Comunista de Cuba. “Me divierto, practico deportes, pero también estoy involucrado en el trabajo de la revolución y me di cuenta que los jóvenes son esenciales para el desarrollo del país”.
Después de graduarse, González le dijo a Granma, que se uniría al ejército cubano.
“Vivir aquí es una deuda que le debo a los cubanos”, dijo González. “Por ellos trabajaré y pelearé siempre”.
Un viaje mortal en un bote destartalado
Su viaje hacia la fama comenzó con el incidente internacional que estalló luego de que Elián, de seis años, fuera encontrado en el agua en el día de Acción de Gracias de 1999.
Su madre, Elizabeth y otras nueves personas que era parte de ese viaje clandestino se ahogaron luego de que el bote volcara en alta mar, mientras intentaban abrirse paso de Cuba a Estados Unidos.
El padre de Elián, Juan Miguel, luchó para llevar al niño de regreso a Cuba. El líder cubano Fidel Castro encabezó las protestas masivas en la isla para exigir el regreso de Elián.
El caso se convirtió en un detonante de la contienda ya tensa entre partidarios y opositores de la revolución de Castro.
Los familiares de Elián en Miami argumentaron que si el niño regresaba a Cuba, se convertiría en un trofeo de lavado de cerebro para Castro en su larga contienda con Estados Unidos.
Mientras que las dos partes peleaban el caso de alto perfil en los tribunales, las autoridades de inmigración de Estados Unidos decidieron dejar a Elián bajo la custodia de su padre, quien había llegado a Estados Unidos para presionar por el regreso de su hijo.
Los familiares de Elián en Miami se negaron a entregarlo y luego, en una incursión nocturna, los agentes federales armados irrumpieron en la casa de su tío y se apoderaron del niño.
En una fotografía de Associated Press se ve al niño aterrorizado y encogido mientras el oficial con equipo antidisturbios apunta un rifle de asalto hacia él, agravando aún más las tensiones.
Los antimotines irrumpieron en Miami mientras que muchos en la comunidad cubano-estadounidense reaccionan airadamente por la toma del niño.
Elián se reunió con su padre y después de más procedimientos judiciales —en los que la Corte Suprema rechazó los esfuerzos de los familiares de Miami para recuperarlo— padre e hijo volaron de regreso a su casa en Cuba.
Una manifestación masiva de ‘bienvenida a casa’
Allí, el gobierno celebró el regreso de Elián con una manifestación masiva.
A partir de entonces, Elián González estuvo rodeado de guardaespaldas del gobierno. Él dijo posteriormente que ellos se convirtieron en algunos de sus mejores amigos durante su infancia.
El padre de González, un camarero que había recibido invitaciones para que desertara cuando estuvo en Estados Unidos, fue designado para la Asamblea Nacional de la isla.
A pesar de las promesas de que él recuperaría su antigua vida, Elián González nunca quedó fuera de la atención pública por mucho tiempo.
En la fiesta de su séptimo cumpleaños, el invitado de honor fue el líder cubano Fidel Castro. Las imágenes en las que Elián y Castro celebran fueron mostradas inicialmente en la televisión estatal de la isla y luego fueron transmitidas en todo el mundo, a un público que aún estaba fascinado por el caso del niño balsero.
“Fidel Castro es como un padre para mí”, dijo González en una entrevista con los medios de comunicación estatales de Cuba en el 2013. “No profeso ninguna religión, pero si fuera así mi Dios sería Fidel Castro. Él es como un barco que supo llevar a su tripulación por el camino correcto”.
‘Vi al monstruo desde adentro’
En otra entrevista en el 2013, González dijo que recuerda poco del desastroso viaje a Estados Unidos o los tensos meses que vivió con sus parientes en la Pequeña Habana de Miami, mientras que los abogados y los funcionarios del gobierno debatían sobre su futuro.
Su madre fue “manipulada” por su novio para salir de Cuba, dijo, y si se hubiera quedado en Miami, él habría sido obligado a convertirse en “un actor” para los medios de comunicación.
“Vi al monstruo desde adentro”, dijo, citando a José Martí, el poeta revolucionario de Cuba.
Ese mismo año, González hizo su primer viaje fuera de Cuba desde que regresó de Estados Unidos, ya que viajó a Ecuador para una conferencia de jóvenes.
Durante la conferencia, González criticó las políticas de Estados Unidos que, según dijo, motivaron a cubanos como su madre a hacer el peligroso viaje por mar a Florida.
“Al igual que ella, muchos otros han muerto al intentar viajar a Estados Unidos. Sin embargo, es culpa del gobierno de Estados Unidos”, le dijo a CNN en una entrevista. “Su injusto embargo provoca una situación económica interna y crítica en Cuba”.
‘El más joven de nuestros héroes’
En diciembre pasado, González fue uno de los invitados de honor en la celebración del gobierno para festejar el regreso de tres agentes de inteligencia cubanos, quienes fueron liberados como parte de la descongelación histórica de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba.
“Nos sentimos muy orgullosos de él, como el más joven de nuestros héroes”, dijo el presidente cubano, Raúl Castro, durante la ceremonia, señalando a González en la audiencia, mientras que relataba los logros del joven en la escuela, como lo haría un orgulloso padre.
Al hablar con ABC News en mayo, González dijo que le gustaría visitar nuevamente Estados Unidos para agradecerles a las personas que apoyaron su regreso a Cuba.
“Al pueblo estadounidense, primero le digo gracias por el amor que me mostró”, dijo González. “Quiero tener la oportunidad de expresarle mi amor al pueblo estadounidense”.
Sin embargo, González sigue siendo un revolucionario estridente.
En mayo, él fue elegido para formar parte del liderazgo de su Comité local de Defensa de la Revolución, los grupos de vigilancia vecinal que actúan como los ojos y oídos de primera línea del gobierno cubano. En los últimos años, la participación en los comités ha disminuido, especialmente entre los jóvenes, quienes parecen menos interesados en la revolución que se remonta a hace 59 años, en comparación a sus padres y abuelos.
“Es un error decir que los jóvenes están ‘perdidos’”, dijo González en la entrevista con Granma en junio. “Los jóvenes no somos el futuro, somos el presente”.