Integrantes del Ejército de Liberación Nacional Ta'ang o TNLA (por sus siglas en inglés) se reunieron recientemente con CNN para su primera entrevista cara a cara con una organización de noticias estadounidense.

PANGLAW, Myanmar (CNN) – Ellos montan guardia en un pueblo en la cima de una montaña que ofrece vistas impresionantes de los valles alpinos tapizados de espesa selva y escarpadas plantaciones de té. Combatientes vestidos con uniformes verde olivo y pañuelos rojos brillantes llevan rifles AK-47 semiautomáticos maltratados pero cuidadosamente mantenidos.

Robert Anyunt, un comandante rebelde, apunta hacia un pueblo muy abajo. Él dice que es el hogar de un destacamento de soldados del ejército de Myanmar, antiguamente conocido como Birmania.

“Si el ejército birmano envía sus tropas aquí, será difícil para ellos”, dice el comandante en una advertencia escasamente velada.

Él es parte de un movimiento rebelde armado conocido como el Ejército de Liberación Nacional Ta’ang o TNLA (por sus siglas en inglés). La facción se reunió con CNN recientemente para su primera entrevista cara a cara con una organización de noticias estadounidense. Sus miembros se niegan a aceptar la autoridad del gobierno central en Myanmar.

‘La guerra civil más larga del mundo’

Ellos son parte de un conflicto de larga duración que permanece, en gran parte, oculto al mundo exterior. Los combates han menguado y aumentado a través de esta antigua colonia británica durante más de 60 años, lo que llevó a algunos observadores a describirla como la guerra civil más larga del mundo.

Como mínimo, hay 15 diferentes grupos rebeldes armados activos en Myanmar. Algunos de ellos, como el Ejército para la Independencia Kachin y el Ejército Unido del Estado Wa, han controlado y administrado grandes franjas de territorio durante años.

Este conflicto étnico complicado es probable que presente uno de los desafíos más espinosos para el gobierno que finalmente emerge de las elecciones nacionales históricas del domingo pasado.

Los primeros resultados de las elecciones señalan hacia la victoria de la Liga Nacional para la Democracia de Aung San Suu Kyi.

La tensión antes de la elección

En las últimas semanas antes de las elecciones del 8 de noviembre, la lucha estalló entre los rebeldes del grupo étnico Shan y el ejército de Myanmar en el estado nororiental de Shan. Los enfrentamientos provocaron que la comisión electoral del país cancelara la votación en varios municipios apenas unos días antes de que las personas fueran a emitir su voto.

Según las Naciones Unidas, en octubre, más de 6.000 personas huyeron de los combates en esta zona. Algunos de ellos corrieron hacia la capital del estado, Taunggyi, a refugiarse con amigos y familiares.

Fue aquí donde un hombre de 26 años, gravemente herido, llamado Sai Wan, se recuperaba en una silla reclinable.

Él le dijo a CNN que quedó atrapado en el fuego cruzado en su pueblo, durante un enfrentamiento entre el ejército de Myanmar y los rebeldes del Ejército del estado de Shan, en la noche del 26 de octubre.

“Los soldados del ejército me dispararon”, dijo, señalando los vendajes en su estómago y su brazo izquierdo.

“Estuve sangrando toda la noche”, agregó. Sai Wan dijo que su esposa embarazada se las arregló para vendar sus heridas hasta que él pudo ver a un médico ocho horas más tarde.

Cerca de allí, en la oficina de un partido político de etnia Shan, el cual compitió en las elecciones, un funcionario local del partido culpó de frente al ejército de Myanmar por las hostilidades.

“Durante 60 años, hemos sufrido”, dijo Sao Yoon Paing, del Partido de Desarrollo de las Nacionalidades Shan.

“La mayoría de los del ejército son birmanos”, dijo, al nombrar al grupo étnico más grande del país.

“Ellos intimidan al pueblo Shan”, añadió. “Si salen de esta zona, la guerra se detendrá”.

En una entrevista telefónica con CNN, el portavoz presidencial, Zaw Htay, insistió en que el gobierno favoreció el diálogo político con las milicias. Él acusó a los rebeldes en el estado de Shan de volver a encender el conflicto.

“Hasta donde yo sé, los grupos Shan están atacando las bases del ejército y luchando entre sí”, dijo Zaw Htay.

Él se refirió a un cese al fuego que el gobierno negoció en octubre.

Pero tan solo ocho de los 15 grupos armados firmaron el acuerdo. Las facciones como el Ejército de Arakan, el Ejercito de la Alianza Democrática Nacional de Myanmar Kokang y el Ejército de Liberación Nacional Ta’ang ni siquiera fueron invitados a las conversaciones de paz.

Los soldados se esconden en las montañas remotas

Para llegar a la fortaleza de la montaña del TNLA, CNN tuvo que viajar en duros caminos de tierra durante horas a través las montañas del estado de Shan.

La traicionera ruta era claramente vulnerable a deslizamientos de tierra, algunos de los cuales habían sido recientemente despejados por equipos del camino. A lo largo del camino, CNN pasó a una patrulla de aproximadamente una docena de soldados de infantería ligera del ejército de Myanmar, quienes descansaban en la sombra. Un soldado estaba armado con el rifle de un francotirador.

El TNLA dice defender los intereses de la minoría étnica Ta’an de Myanmar, los que ellos dicen que tienen una población de alrededor de un millón de habitantes.

“Estamos luchando por la liberación del pueblo Ta’an y para liberarlos de la opresión”, dijo Robert Anyunt, el rebelde uniformado que se presentó como un comandante de brigada del TNLA.

Él dijo que el pueblo Ta’an merecen un estado propio dentro de una propuesta de un “sistema federal” en Myanmar.

La lucha por la libertad… y en contra de las drogas

Los rebeldes habían colocado letreros impresos alrededor del pueblo de Panglaw, así como en una vecina aldea de la etnia Ta’an, y declararon el área como una “zona libre de drogas”, basada en la autoridad del TNLA.

Anyunt dijo que la adicción a las drogas ha asolado la comunidad Ta’an. El TNLA estaba luchando contra ella, dijo, mediante el arresto y el encarcelamiento de los traficantes de drogas, los cultivadores de la adormidera y los usuarios de drogas.

El TNLA compartió videos de propaganda con CNN que mostraban a los rebeldes enfrentándose con soldados del gobierno en las montañas.

En una emboscada, parecía que los combatientes habían matado a un soldado y dejaron su cuerpo uniformado extendido en un camino de tierra. En otra, ellos esposaron y humillaron a dos hombres en uniformes del gobierno, a quienes acusaron de contrabando de estupefacientes.

Según la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, Myanmar es ahora el segundo productor mundial más grande de opio después de Afganistán. Las organizaciones no gubernamentales informan que el abuso de drogas se ha disparado hacia las nubes durante la última década, en especial en las regiones pobladas por minorías étnicas del país.

En el pasado, algunos de los grupos rebeldes armados han sido implicados en la producción y venta ilegal de estupefacientes.

“No hay ángeles en esta pelea”, le dijo un alto funcionario del gobierno estadounidense a CNN, quien habló bajo condición de anonimato debido al protocolo oficial.

¿Identidad nacional versus identidad étnica?

El funcionario describió el conflicto étnico como parte de una cuestión existencial con la que Myanmar ha luchado desde que se convirtió en un país independiente en 1948.

“Desde la independencia, ellos en realidad nunca han determinado la definición de la identidad nacional, así como la distribución de recursos”, dijo el funcionario estadounidense.

La identidad étnica parece ser un importante factor de motivación para los grupos armados como el TNLA.

“Sentimos que estábamos siendo lentamente descartados y que estábamos en peligro de ver desaparecer a nuestra etnia”, dijo Anyunt, el comandante de 31 años de edad del TNLA.

Él pasó los últimos 11 años –casi toda su vida adulta– como un combatiente del TNLA. La organización le paga a cada rebelde un sueldo de alrededor de 9 dólares al mes, dijo.

“No somos el único grupo étnico que lucha contra el gobierno birmano”, añadió Anyunt.

“La única manera de proteger a tu comunidad es tener tu propio ejército”.

Al ponerse el sol, gruesas nubes volaron a través de la cima de la montaña, envolviendo al pueblo de Panglaw. Al anochecer, docenas de rebeldes uniformados regresaron al pueblo después de completar un día de patrullas en la selva circundante.

El pueblo no tiene carreteras pavimentadas ni electricidad. La única señal de cualquier presencia del gobierno fue una escuela con pisos de tierra y sin libros de texto.

Por el momento, la insurgencia de la etnia Ta’ang representa la única ley en esta tierra montañosa.