Nota del editor: El columnista John D. Sutter, de CNN, está informando sobre un minúsculo número —2 grados— que podría tener un enorme efecto en el futuro.
(CNN) – No hay duda que ISIS quiere causarnos miedo.
Fui testigo de cómo el grupo terrorista intentó intimidar a Nueva York esta semana. El alcalde de la ciudad dice que no existe una amenaza creíble contra la ciudad, pero que el hecho que se insinúe una es suficiente para causarle escalofríos a cualquiera.
Actualmente me estoy preparando gradualmente para dirigirme a París para la muy anticipada cumbre sobre el clima de la ONU, la cual inicia el 30 de noviembre y, en mi opinión, representa las negociaciones del cambio climático más importantes que el mundo haya presenciado. Las conversaciones, las cuales a menudo son llamadas “COP21”, una referencia a la reunión no. 21 de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, sigue en pie y contará con muchos jefes de estado, incluyendo a Barack Obama, quienes ya están listos para participar.
“Por supuesto, #COP21 sigue en pie según lo programado”, a pesar de los ataques terroristas en París del viernes pasado, en el cual murieron al menos 129 personas, Tuiteó el domingo Christiana Figueres, directora de UNFCCC. “Incluso aún más ahora” que ha ocurrido terrorismo.
Sin embargo, esa capacidad de recuperación solo llega hasta un cierto punto. El miércoles, el grupo medioambiental 350.org anunció que se vio obligado a cancelar dos manifestaciones públicas masivas que se habían programado en París, para que coincidieran con la sumamente importante cumbre sobre el clima. Un evento, el People’s Climate March, había sido programada para el 29 de noviembre, y los organizadores esperaban atraer aproximadamente a 200.000 personas, la cual habría sido una de las mayores manifestaciones de la historia para que se le ponga fin a los combustibles fósiles.
Es un hecho lamentable, aunque comprensible.
Una pequeña señal de que estamos dejando que ISIS nos asuste.
Esto plantea una importante interrogante: ¿Acaso ISIS —y el miedo y el terror que ha forjado tras los ataques en Francia, el Líbano y en Egipto— es una amenaza inesperada y potencialmente creíble para las acciones del cambio climático?
Sin duda es posible. Las conversaciones de París estaban poniendo un poco nerviosas a algunas personas antes de los ataques, porque estas se producen luego de una serie de fracasos para el proceso internacional de negociaciones sobre el clima. En países desde Dinamarca, donde estoy por el momento para estudiar las políticas climáticas progresivas del país, hasta Perú, las cumbres sobre el clima de la ONU han fracasado en obtener un verdadero apoyo mundial para que se haga una rápida transición de los dañinos combustibles que causan el calentamiento global.
El hecho de que esas manifestaciones públicas hayan sido canceladas afecta en gran medida las conversaciones.
Pero, ¿realmente obstruirán sus posibilidades de éxito?
En todo caso, mi esperanza es que la amenaza de ISIS envalentonará a los líderes mundiales y engendrará un espíritu de cooperación. Como otros han argumentado de forma persuasiva, continuar estas conversaciones y lograr que sean exitosas frente a la tragedia, es la “mejor respuesta” posible.
“El gobierno puede prohibir estas manifestaciones, pero no puede detener la movilización y no podrá impedir que fortalezcamos el movimiento climático”, dijo en un correo electrónico, Nicolas Haeringer, de 350.org. “Nuestras voces no serán silenciadas”.
De hecho no lo harán. Personas de todo el mundo —desde aldeanos que luchan contra la deforestación en Perú hasta personas de los distantes atolones de coral en el Pacífico que podrían desaparecer si las conversaciones no son altamente exitosas—aún tienen programado dirigirse a París para insistir que se tomen acciones. Me entristece el hecho de que las masas de personas no podrán reunirse en las calles de París para mostrar cuántas personas están exigiendo el fin de la era de los dañinos combustibles. Sin embargo, eso no quiere decir que las negociaciones en sí estén destinadas al fracaso.
Tal vez necesitamos buscar nuevas formas —tanto en otras ciudades como en línea—que ayuden a movilizar un verdadero espectáculo mundial de apoyo a la acción climática.
Eso sería aprovechar el ya impresionante impulso para estas negociaciones. Estados Unidos y China, los dos mayores contaminantes del mundo, están presionando para que se reduzca significativamente la contaminación por carbono. Al parecer, India también está formando parte del juego. El Reino Unido acaba de anunciar esta semana sus planes para eliminar gradualmente las plantas eléctricas de carbono para el 2025, y la secretaria de Energía, Amber Rudd, se refirió a su continuo uso como algo “perverso”. Existe un creciente consenso —en el mundo de los negocios, así como en los círculos gubernamentales geek— en relación a que los costos de la quema de combustibles dañinos, como el carbón y el petróleo, son demasiado altos.
Es totalmente inverosímil que ISIS esperara desbaratar las negociaciones climáticas de la ONU al atacar a París. Sin embargo, permitir que las conversaciones continúen, y asegurar que sean exitosas, aún enviaría un mensaje al grupo terrorista: el mundo está unido para combatir muchas amenazas contra un futuro pacífico y sano, y el cambio climático es uno de ellos.
Es parte de la naturaleza humana tener miedo.
Sin embargo, no podemos dejar que nuestros temores se interpongan en el camino del progreso.