(CNN) – “Nasir” es uno de los afortunados. Él logró escapar de las garras de ISIS, una organización que lo estaba entrenando para ser un terrorista suicida. Apenas tiene 12 años de edad.
El niño ahora está reunido con su madre en el campo de refugiados Esyan en el Kurdistán, hogar de casi 15.000 yazidíes que huyen de ISIS. Le ha pedido a CNN que no transmitan su rostro o su voz, ni que revelen su verdadero nombre.
“Éramos 60”, dice Nasir. “Los momentos más aterradores para nosotros eran cuando había ataques aéreos. Nos conducían bajo tierra, hacia los túneles para que nos escondiéramos. Nos decían que los estadounidenses, los infieles, estaban tratando de matarnos pero ellos, los guerreros, nos amaban. Cuidarían de nosotros mejor que nuestros padres”.
“Cuando nos estaban entrenando nos decían que nuestros padres eran infieles y que nuestro primer trabajo era volver para matarlos”.
El uso que ISIS hace de niños soldados ha sido bien documentado. La semana pasada, por ejemplo, publicaron un nuevo video de propaganda en el que aparecía un niño que hablaba inglés. Sin embargo, la realidad detrás de los titulares es incluso más aterradora.
‘Lloraba en silencio’
El adoctrinamiento que recibió Nasir fue similar al que tuvieron que sufrir todos los niños cautivos como él. Sus cuidadores de ISIS les decían que ellos ahora eran su única familia.
Nasir dice que el menor de los niños tenía solo cinco años… y ninguno de ellos quedaba exento del terrible entrenamiento llevado a cabo por los llamados “cachorros del califato”.
“No nos permitían llorar, pero yo pensaba en mi madre, pensaba en que se preocupaba por mí y lloraba en silencio. Cuando escapamos y vi a mi madre de nuevo, fue como volver a la vida”.
Nasir, quien está de regreso en la escuela, escapó después de que apareciera en un video de propaganda grabado en Al Farouq Institute en Raqa, Siria, el cual ISIS afirma, es su principal centro de entrenamiento de niños soldados.
En el video, a cada lado de un entrenador de ISIS aparecen niños sentados en fila, cuyos rostros no se distinguen.
Un niño tiembla visiblemente. Otros son incapaces de levantar la mirada. “Por el yihad, por el yihad”, gritan.
Y “por la gracia de dios”, dice el instructor, “en los próximos días estarán en las líneas de frente de la lucha en contra de los infieles”.
‘Decisión increíblemente difícil’
Azis Abdullah Hadur, un comandante Peshmerga, dice que quienes alcanzan la relativa seguridad del frente de Gwery, en el norte de Iraq, se encuentran en un estado desesperado.
“Cuando llegan hasta nosotros están tan delgados que apenas parecen humanos”, dice. “Nos cuentan que han estado viviendo en un infierno”.
Hadur dice que él y sus combatientes kurdos tienen que abrir fuego a veces contra niños que han sido enviados por ISIS para atacar la línea, uno de los campos de batalla de más intensas disputas en el norte de Iraq. Las posiciones de los yihadistas se encuentran a metros de distancia al otro lado de un puente roto sobre un río.
“Muchas veces cuando nos enfrentamos a ISIS, vemos niños en el frente, y llevan chalecos explosivos. Les han lavado el cerebro”, dice Hadur a CNN.
Los Peshmerga tienen poco tiempo para pensar. “No sabemos cuando se aproximan a nuestras posiciones si están realmente escapando o si los han enviado para matarnos”.
“Cuando logran atravesar nuestras líneas matan a nuestros combatientes. Es una decisión increíblemente difícil. No sabes qué hacer porque si no los matas, ellos te matarán a ti”.
El dilema de Hadur es un dilema creciente para los combatientes kurdos, a medida que ISIS envía a más niños soldados a la batalla. Fuentes militares de EE.UU. le dicen a CNN que esto es en parte porque el grupo yihaidista está sufriendo más presión militar, pero ISIS también se deleita en presentarle sus tácticas brutales al mundo exterior, y estarán conscientes de la repugnancia que muchos sienten acerca del uso de niños en la guerra.
Palizas constantes
Otro niño que escapó de sus garras es Nouri, de 11 años de edad, quien fue secuestrado con su familia y llevado al campo de ISIS en Tel Aafar, al norte de Iraq. Cuándo se negó a unirse a los otros niños para el entrenamiento, un combatiente de ISIS se quebró la pierna en tres puntos.
Sin embargo, él es uno de los afortunados: cuando su pierna sanó, solo podía cojear. ISIS lo consideró “inútil”, pero en lugar de dispararle, permitieron que su abuela viniera y se lo llevara a casa.
Su hermano Saman de 5 años de edad también fue liberado. Las palizas constantes a manos de combatientes de ISIS lo han traumatizado por completo.
Se levanta gritando por la noche y sufre ataques. Cuando CNN habla con sus abuelos, él salta y pregunta primero a uno, luego al otro: “¿Vas a golpearme?”
Sus padres y su hermano bebé siguen en cautiverio.
“Nos pidieron que fuéramos con ellos para el entrenamiento. Al principio nos rehusamos a ir porque teníamos miedo. Me pidieron que fuera a la montaña y me negué de nuevo, entonces me quebraron la pierna. Eso me salvó. Los otros niños fueron llevados a la fuerza”.
Su abuela, Gowra Khalaf, nos dice que Nouri permanece en casa. “En realidad no va a ningún lugar. Solo se sienta en la tienda cerca de mí”.
Nouri habla en voz baja, deteniéndose a respirar hondo entre frases cortas. Él mira al suelo. Esto es difícil de recordar para todos ellos.
La ausencia de sus padres es otra carga. Afuera, la lluvia golpea fuertemente sobre el techo de la tienda de lona. Incluso eso es demasiado para Saman, quien gatea, aterrorizado, sobre el regazo de su abuelo.
Ayuda psicológica
Khalid Nermo Zedo, un activista yazidí que ayudó a fundar el campo de refugiados Esyan, dice que estos niños necesitan desesperadamente ayuda psicológica.
“Ellos han sufrido demasiado. ¿Puedes imaginar a un niño de 12 años o 10 años, o uno de 8 años que es separado de su madre por la fuerza, llevado a campos de entrenamiento militar, obligado a portar armas, obligado a convertirse al Islam, que escuche que todas las creencias con las que crecieron son apostasía, que sus padres son ‘infieles’ impuros? “
Un niño en el campamento se negó a dejar que nadie le cortara el pelo incluso después de escapar de ISIS porque se le había dicho que no podía hacer eso. “Algunos niños se sobresaltan incluso si oyen la palabra ISIS. Tienen ataques al solo escuchar esa palabra. Todas estas son catástrofes”.
Ahora hay una necesidad urgente de apoyo psicológico para los niños, dijo Zedo. “Aquí simplemente no tenemos la capacidad”, dijo. “Estos niños han sido obligados a portar armas, obligados a matar personas inocentes. ¿Qué le hace eso a un niño? ¿Qué le hace eso a su familia? ¿A su comunidad?
“Necesitamos que el mundo nos ayude. No podemos hacerlo solos”.