Las técnicas de laboratorio Dorte Jensen, a la izquierda, y Marianne B. Rohde trabajan en Cryos International, un banco de esperma en Aarhus, Dinamarca, en septiembre.

(CNN) – Cyros International está ubicado en el quinto piso de un pequeño edificio en Aarhus, Dinamarca. Se parece a cualquier otra oficina, pero en su interior se encuentra uno de los bancos de esperma más grandes del mundo.

Antes de que le asignaran la tarea de fotografiar el sitio durante dos días, la fotógrafa Laerke Posselt nunca había estado en un banco de esperma. Ella no había pensado demasiado en ello, dijo.

“Ese es uno de los aspectos increíbles de nuestro trabajo”, dijo Posselt. “De repente, estamos en un banco de esperma, un lugar al que no había imaginado que iría”.

Cyros International ha enviado viales de esperma a más de 80 países, y más de 27.000 bebés han nacido gracias a sus donantes. A los donantes se les paga entre 15 y 76 dólares por “donación”, y los viales pueden venderse a un precio desde 45 hasta 1.137 dólares, dependiendo de la potencia y los perfiles de los donantes, informó CNNMoney en octubre.

Es un gran negocio, pero todavía da la impresión de ser un poco reservado, dijo Posselt. Si las personas en Aarhus saben que está ahí, no parecen hablar al respecto.

Pero en la oficina de Cryos Internacional, no había rastro de incomodidad entre los trabajadores y los donantes. Es una oficina llena de profesionales que hacen su trabajo, dijo Posselt.

El fundador del banco de esperma, Ole Schou, incluso llevaba puesta en la solapa una insignia de plata de un espermatozoide mientras posaba para un retrato.

“Para ellos, es algo tan cotidiano, y sencillamente se dedican a manejar espermas”, dijo Posselt. “Es algo muy íntimo con lo que nos conectamos, pero esta era toda su vida laboral”.

El banco de esperma es limpio y moderno. Hay imágenes en las paredes de bebés con la mirada alegre. En el interior de las salas de donación, el arte de la pared en cambio se centra en los traseros de mujeres de piernas largas y las curvas de los escotes.

Para la mayoría de oficinas, esta parecería ser una cruda yuxtaposición. Sin embargo, cuando el negocio es la creación de vidas humanas, dijo Posselt, parece ser un recordatorio oportuno el hecho de que el sexo puede producir bebés.

“Son dos mundos diferentes, pero es casi lo mismo”, dijo Posselt. “El entorno es diferente”.

Posselt dijo que sigue interesada en fotografiar a las familias con estructuras distintas, entre ellas retratos de los padres que concibieron a sus hijos con la ayuda de los bancos de esperma. Ella ha visto la ciencia detrás de esto, dijo. Ahora, le gustaría conocer a las madres, los padres y los niños, y escuchar sus historias.

“Fue interesante pensar en todas esas vidas que posiblemente están ahí, y a las que están enviando a distintas partes del mundo”, dijo Posselt. “Solo imaginar que posiblemente esto se convertirá en niños pequeños que corren por ahí…”