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(CNN) – ¿Qué quieres ser cuando seas mayor? Esa es una pregunta que les hacen todo el tiempo a los niños y niñas del mundo occidental. Pero imagina que nunca te hayan hecho esa pregunta.

Esa es la realidad de muchas niñas sirias, dice Meredith Hutchison, la fotógrafa detrás de un extraordinario proyecto que les pide a estas jóvenes refugiadas que proyecten su futuro.

Está Haja de 12 años, la astronauta, vestida de blanco con un casco tipo pecera; Amani, de 10 años, la piloto parada orgullosamente frente a la pista de aterrizaje del aeropuerto; y no solo una, sino 3 doctoras, entre ellas Hiba, de 9 años, quien se visualiza como una pediatra.

“Estas niñas son increíbles”, dice Hutchison. “Han experimentado todo este trauma y violencia y, aun así, no se limitan”.

Todas las fotografías fueron tomadas en Jordania en el campamento de refugiados de Zaatari cerca de la ciudad de Mafraq… hogar de aproximadamente 160.000 refugiados registrados, muchos de los cuales viven por debajo de la línea de pobreza, de acuerdo con la agencia de refugiados de las Naciones Unidas.

Hutchison, un gerente de programa con el Comité de Rescate Internacional, una organización no gubernamental internacional de ayuda humanitaria, tomó fotos como parte de un proyecto llamado “Visión, no víctima”, el cual motiva a las niñas a visualizar sus futuros y las ayuda a elaborar un plan para lograrlo.

“En muchos de los lugares que trabajamos, incluyendo a Jordania, vemos que cuando llegan a la adolescencia, el mundo de los chicos se expande y el de las niñas se reduce”, dice Hutchison.

A eso añádale el trauma de la guerra — huir de tu hogar mientras está siendo bombardeado y perder a tus seres queridos— y la batalla por la supervivencia en un país extraño, a menudo enfrentando acoso en la calle, violencia doméstica o casamientos a una temprana edad.

“Muchos padres me dijeron: ‘por lo que experimentamos en Siria y por lo que estamos pasando ahora en Jordania, no puedo imaginar un futuro’”, dice Hutchison.

‘Se sobrecogió al ver lo qué podría ser su hija’

Pero cuando esos padres ven las fotos de sus hijas, sus reacciones por lo general son de asombro.

Hutchison recuerda a una chica que estaba comprometida para casarse a pesar que tenía menos de 13 años. (La fotógrafa solicitó no revelar el nombre de la niña para proteger su identidad).

“Recuerdo perfectamente el momento cuando le mostramos a sus padres las imágenes de la niña. Su madre simplemente estaba eufórica y su padre… se quedó absolutamente mudo —y sonreía— pero sin decir palabra, hojeando las imágenes”.

“Creo que él simplemente estaba sobrecogido de que su hija podría llegar a ser eso”.

Al final del programa, los padres cancelaron el compromiso de su hija y se comprometieron a ayudarla para que terminara su educación.

Ese es el poder de las fotografías… algo incalculable sucede con las chicas, dice Hutchison.

“Lo he llegado a llamar el índice de la barbilla contra el pecho. …Cuando las niñas inician el programa… están decaídas, con los hombros caídos, y simplemente son pequeñas”, dice ella.

“Cuando ves las imágenes (al final del programa): no hay nada pequeño sobre estas niñas. Ellas pueden destacar a lo grande. Están progresando con fuerza hacia su futuro”.