“Con que venga no se va acabar la injusticia y todo lo que pasa aquí en México”.
La sentencia es de Margarita Flores, una trabajadora mexicana que alberga pocas esperanzas con la llegada del papa Francisco este viernes al segundo país con más católicos en el mundo.
- Esta es la primera entrega del especial Francisco en el viacrucis de México, una mirada a los problemas y retos del país en el marco de la visita del papa
Pero ella no es la única que piensa así. Edwin Sánchez, casado a sus 20 años de edad y con una hija de 11 meses, considera que todo es “una pantalla” para que los mexicanos no despierten, algo que califica de crueldad. “Ese señor yo no sé a qué viene a nuestro país, no trae nada bueno… yo creo es para cegar más a la gente”.
El papa piensa otra cosa: “Deseo ir como misionero de la misericordia y de la paz. Encontrarme con ustedes para confesar juntos nuestra fe en Dios… quiero estar lo más cerca posible de ustedes, pero de modo especial de todos aquellos que sufren, para abrazarlos y decirles que Jesús los quiere mucho…” dijo antes de su viaje durante una entrevista con la agencia estatal de noticias Notimex.
Más aún, el pontífice argentino quiere contagiarse de la fe de los mexicanos. “Voy a buscar la riqueza de fe que tienen ustedes. Tengo ganas de ir a México para vivir esa fe con ustedes”.
Todos tienen razón. Hay una crisis de fe en México, un país azotado por muchos problemas como la violencia, el narcotráfico, la corrupción, entre otros. Pero también hay esperanza en que la venida del papa, en pleno tiempo de Cuaresma, renueve a los creyentes y transforme a los “infieles”.
La iglesia mexicana no es ajena a la situación. A mediados de 2015, la Arquidiócesis Primada de México lanzó una autocrítica al clero católico y a los feligreses, al advertir que su desinterés en vivir como verdaderos cristianos ha provocado una crisis de fe en el país.
Durante la misa del domingo 5 de julio del 2015, el canónigo y teólogo de la Catedral Metropolitana Julián López Amozurrutia manifestó que muchos católicos están adoptando “un estilo de vida pagano”, según reseñaron medios locales.
Con una población que sobrepasa los 120 millones de mexicanos, que en su gran mayoría se dicen católicos, el canónigo puso en duda que sean auténticos practicantes, y señaló que “las estadísticas no son un referente adecuado… En México decimos que más de 80% de la población se reconoce católica, pero ¿corresponde ese número con quienes en la práctica viven como discípulos de Cristo?”, expresó.
Según la Encuesta Nacional de Opinión Católica 2014 Católicas por el Derecho a Decidir, el 14% de los mexicanos encuestados se considera muy católico; el 51% contesta que se siente “algo católico”; el 31% se describe como “poco católico”.
Además, el 27% dice que va a misa una vez al mes, el 35% una o más veces a la semana, y el 38% sólo en ocasiones especiales, o nunca. A pesar de esto, la mayoría de mexicanos encuestados dice que reza frecuentemente (57%), el 32% dice que lo hace de vez en cuando, y el 11% casi o nunca.Para la encuesta se hicieron 2.669 entrevistas entre mexicanos mayores de 18 años de julio a septiembre de 2014, con un margen de error de 2,8%.
El porcentaje de católicos ha ido cayendo desde 1970, aunque los católicos siguen siendo el grupo predominante en el país. En 2010, representaban al 89,3% de la población, mientras en 1970 era el 97,7%, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Otra encuesta publicada en diciembre de 2013 por el Instituto Mexicano de la Doctrina Social Cristiano coincide con el Inegi al indicar que 8 de cada 10 mexicanos se consideran católicos; es decir, unos 89 millones, mientras que 23 millones profesarían otro credo o ninguno.
Una de las probables razones de la crisis de fe es la falta de una propuesta de la iglesia católica a sus fieles. Así lo explicó al diario El Universal Elio Masferrer, investigador de la Escuela Nacional de Antropología e Historia de México y presidente de la Sociedad Latinoamericana para Estudios de las Religiones. “La iglesia católica fracasa por no tener una propuesta para sus fieles, ha perdido la eficacia simbólica. Un feligrés tiene que tener la conciencia o la fe de que esta propuesta es susceptible de transformar la realidad; si no tiene esa convicción se va a su casa, a otra propuesta religiosa, o simplemente usa la institución como una agencia de servicios, es decir, nace un niño, lo bautiza o si la jovencita cumple 15 años le hace una misa”, dijo.
La crisis de fe es solo uno de los problemas del viacrucis que sufre el pueblo mexicano. Un camino difícil y doloroso.
El papa quiere vivirlo junto a ellos e intentará redimirlo a su paso por esta tierra. “Ustedes están viviendo su pedacito de ‘guerra’ entre comillas, su pedacito de sufrimiento, de violencia, de tráfico organizado. … Si yo voy ahí, es para recibir lo mejor de ustedes y para rezar con ustedes, para que los problemas… que ustedes saben que está sucediendo, se solucionen, porque el México de la violencia, el México de la corrupción, el México del tráfico de drogas, el México de los carteles, no es el México que quiere nuestra Madre” [la Virgen], subrayó el pontífice en la entrevista con Notimex.
Hay esperanza. Se prevé que cientos de miles de mexicanos se vuelquen desde este viernes a las calles para dar la bienvenida oficial al papa. “Hay una recepción increíble de los mexicanos; casi 900.000 boletos gratuitos fueron distribuidos a lo largo de las diócesis de las ciudades que visitará el papa: Ciudad de México, Ecatepec, San Cristóbal de las Casas, Tuxtla Gutiérrez, Morelia y Ciudad Juárez”, dijo José Juan Martínez Galicia, secretario adjunto de monseñor Eugenio Lira Rugarcía, encargado de la coordinación general de la visita del papa a México.
Todos los boletos se agotaron. “Los que primero se acabaron fueron los de la Basílica de Guadalupe, porque todos los mexicanos quieren estar juntos con el papa y la Guadalupana”, dijo Martínez Galicia. “Los mexicanos tenemos una devoción muy grande por la Virgen, por Dios y por el papa, y entonces es lo que todos queremos ver, ese encuentro en la Basílica”.
“La gente lo quiere, está bien que venga… está bien que [el papa] visite nuestros país, para que vea cómo está…”, dice Blanca Chávez, quien a pesar de ser creyente no se considera católica. “Yo creo que un mensaje de paz, de amor… nos hace falta”.
Sacristía y pederastia
Una acusación contra el sacerdote Eduardo Córdova Bautista, quien laboraba en ese momento en la Arquidiócesis de San Luis Potosí, puso de relieve el caso de la pederastia en México.
Humberto Abaroa y Gunnar Mebius, dos presuntas víctimas de agresiones sexuales denunciaron al sacerdote en una conferencia de prensa en mayo de 2014, en la que detallaron los presuntos abusos por parte de Córdova.
“Ser víctima no es ninguna vergüenza y es por eso que Gunar y yo estamos aquí… porque queremos que se haga justicia”. dijo Abaroa, mientras que Mebius se refirió a otros menores lastimados y expresó su solidaridad con ellos. “Lo mínimo que podemos hacer es apoyarlos y hacer lo que tengamos que hace para que esta persona quede tras las rejas”.
En declaraciones al diario La Jornada, ambos llamaron “pederasta peligroso” al prelado. “Eduardo Córdova Bautista es un pederasta, es peligroso, no debe estar alrededor de niños y debe estar en la cárcel, coinciden en señalar”, dijeron al diario mexicano en un artículo publicado el 18 de mayo de 2014.
Cordova estaba acusado desde hacía 30 años de cometer violaciones contra menores y los demandantes argumentaron que el sacerdote contaba con el respaldo de autoridades del gobierno de San Luis Potosí.
Según un artículo publicado por el diario El Universal, en junio de 2014, la iglesia católica se negó a proporcionar información al Ministerio Público sobre Córdova Bautista, “con el argumento de que el Código Canónico se lo impide”.
Córdova fue suspendido por el Vaticano tras las acusaciones de abuso sexual en su contra, informó Armando Martínez Gómez, presidente del Colegio de Abogados Católicos de México. El sacerdote no se ha pronunciado sobre las acusaciones y la investigación sigue en curso.
Citando a procurador de Justicia del Estado, Migue Ángel García Covarrubias, el diario indica que la arquidiócesis encabezada por el arzobispo Jesús Carlos Cabrero no aportó ni siquiera datos que había ofrecido en la denuncia que presentó en contra de Córdova Bautista en mayo de 2014.
En relación al encubrimiento de sacerdotes, la Conferencia Episcopal Mexicana (CEM) negó en 2006 que los obispos encubran casos de inconducta sexual, según un artículo publicado por la agencia católica de noticias ACIPRENSA, que cita un comunicado de la autoridad eclesiástica.
“El crimen de pederastia siempre deberá ser denunciado y condenado” y hay “disposición a colaborar con las autoridades encargadas de la procuración e impartición de justicia”, dice el comunicado que, según ACIPRENSA, fue publicado tras la demanda interpuesta por Joaquín Aguilar, y la llamada Red de Sobrevivientes de Abusos de Sacerdotes, SNAP (por sus siglas en inglés).
“La historia de la pederastia en México es una historia recurrente, con la que constantemente nos enfrentamos, porque estamos ante una institución que ha apostado por la pérdida de la memoria y por el descuido de la sabiduría arrastrándonos consigo irremediablemente”, dijo el investigador universitario David Coronado en un artículo publicado en la Universidad de Guadalajara en 2012.
Un informe de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos y personas mexicanas dirigido al Comité de los Derechos del Niño pide señalar a los responsables de abusos sexuales contra menores y considerar “crimen de estado” dicha práctica.
Francisco escribió a los presidentes de las conferencias episcopales a los Superiores de los Institutos de Vida Consagrada y a las Sociedades de Vida Apostólica, diciendo de manera tajante no hay absolutamente lugar en el ministerio para los que abusan de los menores, por lo que deben ser denunciados pese al escándalo que eso pueda ocasionar.
“Las familias deben saber que la Iglesia no escatima esfuerzo alguno para proteger a sus hijos, y tienen el derecho de dirigirse a ella con plena confianza, porque es una casa segura”, dijo el papa.
El escándalo de Marcial Maciel
Pero si hay un caso de pederastia que ha sacudido con especial fuerza a la Iglesia católica mexicana ha sido el protagonizado por el sacerdote mexicano Marcial Maciel, fundador de los Legionarios de Cristo. Como resultado de una investigación lanzada por su predecesor el papa Juan Pablo II, Benedicto XVI condenó a Maciel en 2006 por “gravísimos e inmorales” comportamientos y ordenó una inspección en 2010 tras la que se sugirió una profunda revisión de la congregación.
El fundador de los Legionarios murió en enero de 2008, a los 87 años, en medio del repudio generalizado de su Legión y del mundo católico en general que conoció mucho más que los abusos sexuales.
El 27 de octubre de 2015 el papa Francisco otorgó la “indulgencia plenaria” a la congregación en el marco del Jubileo y de su fundación hace 75 años.
La indulgencia plenaria fue comunicada a través de una nota de la Penitenciaría Apostólica de la Santa Sede con fecha 27 de julio del 2015. Según el documento, los legionarios y los miembros del Regnum Christi, brazo seglar, podrán alcanzar la indulgencia plenaria “si renuevan por devoción sus compromisos que los vinculan al Movimiento o a la Legión, y rezan por la fidelidad de su patria a su vocación cristiana, por las vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada, y por la defensa de la familia”.
La indulgencia llegó meses después de que el papa Francisco dijera que Marcial Maciel era un hombre “muy enfermo” y que es probable que durante sus años al frente de la congregación religiosa recibiera protección de la Iglesia católica para encubrir sus actos de pederastia.
“Cuando me enteré del escandalazo realmente me dolió mucho, me escandalicé. ¿Cómo esta persona pudo llegar hasta esto?”, aseguró el pontífice durante una entrevista con Televisa.
El perdón de Francisco generó diversas reacciones en México, muchas de rechazo debido a los antecedentes de Maciel.
Una de sus víctimas fue José Barba, quien estuvo tan desesperado y fue tal su depresión que un par de veces pidió a Dios que no lo dejara ver la luz de un nuevo amanecer.
“Me metió mano en mi cuerpo, me abrió el pantalón y me masturbó de manera horrenda, feroz…me hizo mucho daño”, recuerda Barba sobre el abuso sufrido por Maciel. El 24 de octubre de 1962 el seminarista dejó de ser un legionario de Cristo.
Barba escribió en 2012 el libro ‘La Voluntad de no saber’, donde hace un recuento de múltiples casos de abuso sexual a menores cometidos por el sacerdote católico mexicano de gran influencia en el Vaticano.
El historiador Fernando M. González, coautor, dice que el libro está basado en 212 documentos filtrados del Vaticano.
Alberto Athié, exsacerdote católico y denunciante de casos de abuso, también colaboró en el libro.
Según el texto, el Vaticano conocía múltiples casos de abuso sexual cometidos por Maciel décadas atrás, pero las autoridades eclesiásticas no hicieron nada.
Sobre Maciel, el papa dijo en 2015 que era posible “creer que hubo encubrimiento de sus actos por parte de la Iglesia católica. “Uno puede presumir que sí (hubo encubrimiento), aunque siempre en justicia hay que presumir la inocencia, pero sería raro que no tuviera algún padrinito por ahí, medio engañado, medio que, que sospechaba y no supiera”, afirmó en una entrevista con la periodista Valentina Alazraki.
El papa Francisco llega a México este viernes en medio de vivas, bienvenidas y alabanzas. Pero también vivirá un suerte de viacrucis a lo largo de sus seis días de visita.
Como él mismo dijo en un mensaje previo a la visita, no llega “como un rey mago cargado de cosas para llevar mensajes, ideas, soluciones a problemas… Voy como peregrino, a buscar en el pueblo mexicano que me den algo. No voy a pasar la canastita, quédense tranquilos, pero voy a buscar la riqueza de fe que tienen ustedes”.
Quizá por eso hay tanta esperanza en medio de la desilusión. Quizá por eso la expectativa ante esta visita pastoral es inmensa. Quizá por eso la ruta de viaje del papa son los indios, los campesinos, familias, jóvenes, presidiarios, trabajadores, enfermos, laicos de a pie, migrantes, y un largo etcétera. Quizá por eso necesita encontrarse con su madre y madre de todos los mexicanos: la Guadalupana.
Colaboraron en este informe: Álvaro Valderrama, Marysabel Huston-Crespo, Daniela Patiño, Iván Romero y Paula Bravo
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