(CNN) – La ONU envió fuerzas de paz a la República Centroafricana, desgarrada por la guerra, para proteger a la población civil.
Sin embargo, más de 100 mujeres, niños y niñas dicen que algunos de los soldados los violaron y abusaron de ellos, exactamente lo contrario de lo que las fuerzas de paz se propusieron hacer.
La ONU envió fuerzas al país en 2014, pero en lugar de servir como protectores, algunos de los soldados se han convertido en depredadores, según los informes.
“Cuando los más vulnerables en este mundo, las mujeres y los niños que han perdido todo, cuando buscan la protección de las Naciones Unidas, deben hacerlo con la creencia de que su sufrimiento ha terminado, no que acaba de empezar”, dijo Peter Wilson, representante adjunto de Reino Unido ante la ONU, en una reunión el martes.
Años de violencia
La participación de la ONU en la República centroafricana, uno de los países más pobres del mundo, se debe a la violencia política que comenzó hace tres años.
Francia y algunos países africanos enviaron fuerzas de paz después de que una coalición de rebeldes -en su mayoría musulmanes- depuso al presidente Francois Bozize en marzo de 2013. Cristianos y milicias musulmanas se enfrentaron por el control antes de que comenzara una transición política tentativa.
La violencia provocó una crisis humanitaria, con cientos de miles de desplazados.
Casi dos años después del envío de la misión de la ONU, los funcionarios se reúnen para discutir la última ronda de alegaciones a miles de kilómetros de distancia, en la sede de la ONU en Nueva York.
Más de 100 víctimas dijeron haber sufrido abusos sexuales por parte soldados de la ONU y de las fuerzas externas a la ONU, dijo el martes un funcionario de la ONU.
“Trágicamente, la gran mayoría de las víctimas son niños”, dijo Edmond Mulet, jefe de Gabinete de la ONU sobre Explotación y Abuso Sexual. Las autoridades dicen que las mujeres y los niños han informado de decenas de agresiones.
Añadió que estas acusaciones deben ser verificadas e investigadas de “manera rápida y profesionalmente”. Ninguna de las víctimas testificó en esta reunión.
Si las acusaciones son comprobadas en contra de las unidades particulares, entonces la ONU puede decidir repatriarlas, pero no procesarlas.
La rendición de cuentas, dijo, es una “responsabilidad compartida”.
“Es solo trabajando con los Estados miembros, especialmente los países que aportan contingentes, que vamos a ser capaces de garantizar la rendición de cuentas y la justicia para las víctimas”, dijo Mulet.
“Repugnante, despreciable”
Una niña de 14 años de edad, dijo a Human Rights Watch que estaba caminando por un sendero en la selva cuando un soldado se acercó a ella en diciembre.
“Me arrancó la ropa y la utilizó para atar mis manos en mi espalda”, dijo. Luego fue agredida.
La ONU publicó su propio informe sobre el asalto sexual por parte de sus fuerzas de paz en diciembre. Son más de 100 páginas, pero sus conclusiones se pueden resumir en dos palabras: “No pudimos”.
“En general, la respuesta de la ONU fue fragmentada y burocrática, y no cumplió el mandato fundamental de las Naciones Unidas para hacer frente a violaciones de los derechos humanos”, dijo.”En ausencia de medidas concretas para hacer frente a irregularidades por las mismas personas enviadas a proteger a las poblaciones vulnerables, la credibilidad de la ONU y el futuro de las operaciones de mantenimiento de la paz están en peligro”.