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Un prueba de vida y esperanza tras el secuestro de Boko Haram
04:05 - Fuente: CNN

(CNN) – Fueron robadas de sus camas en un dormitorio de la escuela: cientos de chicas adolescentes fueron secuestradas por hombres armados.

Unas pocas docenas escaparon para contar sobre la noche en que militantes de Boko Haram llevaron terror a la escuela de niñas nigerianas.

Del resto, silencio. No había señal en relación a dónde habían sido llevadas o qué podría haberles ocurrido durante casi dos años, aun cuando el mundo gritaba #BringBackOurGirls (Devuélvannos a nuestras hijas).

Cientos de padres se fueron, día tras día, noche tras noche, y luego meses sin información.

Hasta ahora.

CNN obtuvo un video de algunas de las “chicas de Chibok” que fue enviado a los negociadores por parte de sus captores como “prueba de vida”.

El video había sido visto por los negociadores y algunos miembros del gobierno.

Sin embargo, nadie se lo había mostrado a los padres. Hasta ahora.

Grabación de ‘prueba de vida’

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Rifkatu Ayuba alcanza a ver a su hija de 17 años que desapareció hace mucho tiempo. “¡Mi Saratu!”, grita, acercándose a una pantalla de una computadora portátil, lo más cerca que ha estado a su hija en dos años. Ella está desesperada por confortar a su pequeña hija, pero es inútil.

Saratu Ayuba es una de las 15 niñas que se ven en la grabación que ha sido mostrada a algunas de las familias por primera vez en un emotivo encuentro esta semana. Usando una abaya púrpura, con una bufanda marrón estampada que cubre su cabello, Saratu mira directamente a la cámara.

“Quería sacarla de la pantalla”, nos dice Ayuba, desesperada por sacar a Saratu del misterioso lugar donde se encuentra recluida y llevarla a casa. “Si hubiera podido, la habría sacado de la pantalla”.

Se cree que el video fue grabado en diciembre pasado como parte de las negociaciones entre el gobierno y Boko Haram.

Fue publicado por alguien dispuesto a dar a los padres de las chicas esperanza de que algunas de sus hijas aún están vivas y para motivar al gobierno para que ayude a liberarlas.

Las chicas, con su cabello cubierto y con túnicas largas que fluyen, se alinean contra una pared de color amarillo sucia. No muestran señales evidentes de maltrato.

Petición escrita con anticipación

A medida que la cámara enfoca a cada una de ellas, un hombre detrás de la cámara les hace preguntas: “¿cuál es tu nombre? ¿Ese era el nombre que tenías en la escuela? ¿De dónde te sacaron?”

Una a una, cada una de las chicas dice su nombre con calma y explica que ella fue tomada de la Escuela Secundaria Gubernamental de Chibok. Solo la vacilación ocasional traiciona un destello de miedo y emoción.

Cuando el videoclip de dos minutos llega a su fin, una de las chicas, Naomi Zakaria, hace una petición final —al parecer preparado con anticipación— a quienquiera que lo esté viendo, instando a las autoridades de Nigeria para que ayuden a reunir a las chicas con sus familias.

“Estoy hablando el 25 de diciembre de 2015, en nombre de todas las chicas de Chibok y todas estamos bien”, dice ella, haciendo hincapié en la palabra “todas”. Su entonación parece dar a entender que las 15 adolescentes que se ven en el video han sido elegidas para representar al grupo en su conjunto.

La fecha dada por Naomi coincide con la información incrustada en el video, lo que sugiere que fue filmada el día de Navidad, aunque se desconoce si eso es cierto o si el día fue escogido de forma deliberada.

La mayoría de las 276 chicas tomadas de Chibok el 14 de abril del 2014 eran cristianas. Se cree que han sido obligadas a convertirse al Islam por sus captores terroristas.

Su secuestro —y la falta de avances en la búsqueda y recuperación de las chicas— provocó protestas masivas en Nigeria y en todo el mundo, incluyendo a celebridades como a Michelle Obama y Malala Yousafzai que se unieron a la campaña de redes sociales #BringBackOurGirls.

Afortunado escape de compañera

El gobierno de Nigeria dice que tiene una copia del video “prueba de vida”, y que se encuentra en negociaciones con aquellos que lo suministraron para asegurar la liberación de las chicas, pero dice que aún no puede confirmar o rechazar la autenticidad de la grabación.

Lai Mohammed, el ministro de Información del país, dijo que existía preocupación porque las chicas no parecían haber cambiado lo suficiente, que no se ven tan diferentes como podríamos esperarlo, dado que han pasado dos años desde su desaparición.

CNN habló con una compañera de clase de las chicas que se ven en las imágenes, quien confirmó la identidad de varias de sus amigas.

La adolescente de voz suave, cuya identidad no se revelará por su seguridad, debía estar en la escuela la noche del domingo para hacerse exámenes junto con las otras chicas, pero tomó una decisión de último minuto para ir a casa, donde escuchó sobre el ataque a la escuela.

“Nos escondimos en los arbustos y nos quedamos allí durante un mes”, dice ella.

Al ver el video, se pone emotiva y exclama: ‘¡Oh, Dios mío!’, mientras reconoce a una amiga cercana, señala a otra que estaba en el mismo hostal que ella, e identifica a una de las prefectas de la escuela, a una líder de su clase.

Aunque ella se considera una de las “afortunadas”, la adolescente dice que todavía tiene pesadillas sobre la experiencia.

“Si me entero de algo en las noticias sobre ellas, me hace tener pesadillas y lloro”, confiesa.

Dos años de dolor

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Amontonadas alrededor de la computadora con sus ojos pegados a la pantalla, tres de las madres de las chicas lloran y se abrazan entre sí.

Rifkatu Ayuba, Yana Galang y Mary Ishaya hicieron el viaje de 125 kilómetros de Chibok a Maiduguri de mala gana, sin saber lo que había en la tienda; acostumbrada a las interminables solicitudes de los medios de comunicación e intrusiones en su dolor, llegaron desencantadas e impacientes.

Pero esta vez fue diferente: había una rara luz de esperanza.

Nosotros les dijimos que teníamos información importante para compartir con ellas sobre sus hijas. Luego les explicamos que teníamos un video de las chicas que creíamos eran sus hijas y queríamos su ayuda para verificarlo.

Vestidas con pañuelos estampados fuertemente y envoltorios, el trío se sentó en el patio de un hotel de Maiduguri y observó atentamente cuando dimos clic en “reproducir”.

En cuestión de segundos, sus rostros de preocupación se arrugaron, el dolor reprimido de los últimos dos años fluía libremente. Apenas podían hablar por las lágrimas y Ayuba Ishaya pudo señalar a sus hijas, Saratu y Hauwa, quienes estaban en la multitud de mujeres jóvenes en la pantalla.

Petición de negociación

Pero para Galang, no hubo tal recompensa por su viaje: miró y miró, pero su hija Rifqata no estaba entre las cautivas que se muestran en el video.

Entre sollozos desgarradores se dio cuenta de que esto era difícil de escuchar.

“Ya hemos visto suficiente”, dice finalmente. “Sabemos que las chicas están vivas y que están ocultas. No estamos preocupadas. Nuestras hijas se ven bien”.

“Hemos escuchado muchas historias antes, pero este video confirma que están vivas. El gobierno debe negociar con Boko Haram”.

Y por lo menos encuentran consuelo en esto… saber que, incluso después de dos años, todavía existe una oportunidad de que las niñas serán llevadas a casa con sus familias.

“Yo no vi a mi hija, pero ahora tengo más esperanza de que está viva”, nos dice ella y sus amigas. “Puedes ver lo que es tuyo en la pantalla pero no puedes tomarlo”.

“Todo lo que queremos es a nuestras hijas”.

Esta historia fue escrita por Bryony Jones en Londres, a partir de un informe en Nigeria por Stephanie Busari, Nima Elbagir y Sebastiaan Knoops.