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Nota del editor: Mel Robbins es comentarista de CNN, analista legal, autora de superventas y oradora principal. En el 2014, fue nombrada conductora sobresaliente de noticas por radio en los premios Gracie. Las opiniones expresadas en este comentario son exclusivamente las de la autora.  

(CNN)  – Acabo de leer una de las cosas más poderosas que he visto en mi vida.

Si ya lo has visto, es probable que se sienta de la misma manera:

Es impactante. Es cruda. Tuve que detenerme en cada palabra.

Es la declaración de impacto de 12 páginas escrita por una mujer que fue violada en enero de 2015 en el campus de la Universidad de Stanford después de una noche de beber en una fiesta.

El poder de sus palabras contratas con los del padre de su atacante. Él, también, escribió una carta al juez que decidió el destino de su hijo. Es profundamente preocupante en su banalidad franca y desorientada, y contiene todo lo que necesita saber acerca de por qué el delito de violación con tanta frecuencia queda sin castigo en América.

Este es un caso sin ambigüedad. Hubo testigos de su ataque: dos estudiantes de Stanford estaban montando bicicleta a través del campus cuando vieron Brock Allen Turner encima de una mujer que no se movía. Estos hombres se encuentran entre los héroes en su desgarradoramente triste historia.

Lo persiguieron, lo derribaron y lo retuvieron hasta que llegó la policía. La víctima no tenía ningún recuerdo de la violación. Estaba inconsciente detrás de un contenedor de basura cuando Turner la agredió. La defensa de Turner: ella consintió.

Fue declarado culpable de tres cargos de delito grave y será registrado como un delincuente sexual. Enfrentaba 14 años en prisión, y sólo pagará seis meses.

En la sentencia, la víctima leyó la carta en voz alta y se dirigió directamente Turner. En ella, dio una descripción desgarradora de su violación y sus secuelas. Leerla te expondrá al horror que cada víctima de violación enfrenta mientras es revictimizada una y otra vez mientras que la sociedad busca “justicia” contra su violador.

Soy una madre. Me conmovió tanto me imprimí una copia. Yo quería que mi familia la leyera. No sólo nuestras dos hijas, sino también mi marido y nuestro hijo.

Los hombres son los que realmente deben estar leyendo esta carta. Dásela a tus hijos, a tus hermanos y tus compañeros.

Si algo va a cambiar la cultura de la violación en nuestra sociedad, deberá ser un cambio dirigido por hombres como los dos chicos que se detuvieron esa noche y el fiscal del distrito de Condado de Santa Clara, Jeff Rosen, que calificó la sentencia de “injusta”.

Rosen agregó que “el hecho de que el acusado hubiera atacado a un extraño en estado de embriaguez en un campus universitario no debe ser visto como menos grave de que si hubiera agredido a un extraño en estado de embriaguez en el centro de Palo Alto … La violación en las universidades no es diferente a la violación fuera del campus. La violación es violación”.

Las mujeres saben muy bien acerca de culpar a la víctima, al alcohol como excusa para el asalto. No es el alcohol que está violando a las mujeres; son los hombres.

Nuestros hijos, todos los jóvenes en nuestras vidas necesitan que se les diga: El alcohol nunca es una excusa.

Como escribió la víctima escribió: “¿Es un factor? Sí, pero el alcohol no fue el que me desvistió, me tocó con sus dedos y arrastró mi cabeza por el suelo mientras estaba prácticamente desnuda”.

Es blanco y negro: Si una mujer está borracha, ella no puede dar su consentimiento.

Después de escuchar a la víctima, el juez también consideró la carta atroz del padre del violador, Dan Turner.

En ella, él le suplica al juez clemencia para su hijo, explicando que él no debería tener que ir a prisión por “20 minutos de acción.” El padre describe cómo “esto” ha afectado negativamente a su hijo que ha perdido el apetito y ya no le gusta comer chuletas.

El padre escribe que “el hecho de que tenga que registrarse como delincuente sexual por el resto de su vida alterará por siempre dónde pueda vivir, a quién pueda visitar, en qué pueda trabajar y cómo deba interactuar con las personas y la organización”.

Sostiene que la vida de su hijo “nunca volverá a ser la que soñó y trabajó tan duro para lograr”.

Al final, el juez condenó a Turner a seis meses de prisión diciendo que una pena más severa tendría un “grave impacto” en el aspirante a atleta. Su sentencia incluye la libertad condicional y su nombre en un registro de delincuentes sexuales.

Esa última parte no es para castigar a Turner - es para protegernos a todos de él. ¿Sabes por qué tiene que registrarse como un delincuente sexual? Es porque cometió un crimen sexual.

Incluso después del juicio. Incluso después de la condena, queda la negación - la carta del padre de Turner de que su hijo “nunca ha sido violento, ni siquiera en la noche del” crimen.

Doce miembros del jurado creyeron lo contrario.

Ahora los Turner van a apelar.

La polémica ha encendido los medios. El tweet más convincente que he visto es el del usuario Jez Kemp, que editó la carta del padre para resaltar el culpar a la víctima, el intercambio en pronombres femeninos para iluminar el tema. Mírala:

La violación no es una historia sobre el alcohol. Es una historia de opciones. Y cada uno tiene una elección. A violar o no. Para rescatar o ignorar. Para hacer justicia o dar a alguien un tirón de orejas.

Lo único que va a cambiar esto es que los hombres tomen conciencia. Los buenos. Es por eso que te pido que compartas esta carta con tus hijos, tus hermanos y tus amigos.