(CNN) – El atentado perpetrado por tres atacantes suicidas en el aeropuerto Ataturk de Estambul muestra una vez más la dificultad en la prevención de ataques terroristas.
Los terroristas atacaron el undécimo aeropuerto con más tráfico del mundo, en un país que limita con la fortaleza de ISIS en Siria, y no es difícil ver por qué Ataturk era un objetivo atractivo.
Pero lo que es particularmente inquietante sobre el último incidente es que este centro de aviación regional tiene un sistema de seguridad mucho más estricto que muchos otros aeropuertos.
Se requiere a los viajeros que utilizan el aeropuerto someterse a inspecciones de seguridad dobles. Una antes de entrar en el edificio de la terminal internacional, y una segunda después de pasar por el control de pasaportes.
También se colocó un puesto de control de vehículos a unos 500 metros de la entrada de la terminal internacional, aunque solo vehículos sospechosos son detenidos y revisados.
Entonces, ¿cómo consiguieron los atacantes pasar y matar a decenas de inocentes?
Débil seguridad en las llegadas
La sala de llegadas internacionales es una zona con puntos débiles en la que los atacantes podrían haber detonado sus explosivos, informó Clarissa, corresponsal internacional de CNN.
“Hay fuertes medidas de seguridad en la entrada a la sala de salidas internacionales”, dijo Ward.”Hay un proceso de detección completo. Hay una máquina de rayos X y tienes que pasar por un detector de metales. Pero en la terminal de llegadas, por supuesto, no hay el mismo nivel de seguridad, por lo que dos de los atacantes creemos que entraron en las salas de llegada”.
El tercer atacante detonó su chaleco en el aparcamiento, fuera del primer punto de control de seguridad de rayos X. No está claro si la intención original del atacante era provocar una explosión allí, pero plantea otra cuestión de la seguridad del aeropuerto.
Las autoridades pueden crear y reforzar los controles que impidan ataques como el del 11 de septiembre, en el que los terroristas subieron y tomaron el control de los aviones, pero los atacantes pueden ajustar sus objetivos a las áreas antes de que comiencen los controles de seguridad.
Bob Baer, un exoficial de inteligencia de la CIA que se especializa en temas de seguridad en Medio Oriente, dijo que no hay un método infalible para prevenir un ataque similar en un aeropuerto.
“No se puede proteger estos aeropuertos al 100%… especialmente en un lugar como Turquía, donde ISIS tiene células en todas partes”, dijo.
Respuesta del personal de seguridad
¿Qué pasa con la respuesta de la seguridad del aeropuerto turco cuándo se desarrolló la tragedia?
Desgarradoras imágenes de vigilancia muestran lo que parece ser un oficial de personal de seguridad disparando a uno de los atacantes. El atacante cae al suelo y deja caer una pistola que se desliza por el suelo. El oficial se acerca, pero parece darse cuenta del peligro inminente y se escapa segundos antes de que el atacante detonara su chaleco.
Los testigos dijeron que la respuesta a la amenaza les pareció rápida.
Cuando el ataque estaba en curso y no estaba claro cuántos atacantes había, el personal de seguridad escoltó a la gente a las puertas dentro del aeropuerto, más allá del segundo punto de análisis de rayos X, donde estarían más seguros.
Mina Iyidinc dijo que los agentes de seguridad la llevaron a ella y a otros a esconderse en una tienda en una zona segura.
Iyidinc permaneció allí durante unas cuatro horas, durante las cuales se escuchó una explosión procedente de otra sección del aeropuerto, dijo a CNN.
“Fue como un infierno. Había un pánico por todas partes … No vi ningún cadáver después de salir de la zona segura, pero había una gran cantidad de sangre por todas partes”, dijo Iyindinc.
“El personal de seguridad hizo su trabajo”, añadió.
El viajero Fatos Karahasan, que también fue testigo del derramamiento de sangre, dijo que estaba sorprendido de que tal ataque pudiera ocurrir en Ataturk.
“No creo que la policía no hiciera su trabajo. Sin embargo, fue una carnicería. Una escena dominada por el silencio de la muerte”.
Clarissa Ward, Ivan Watson y Bex Wright contribuyeron con este reporte.