(CNN) – John Chilcot, líder de la investigación británica sobre el papel del país en la guerra de Iraq, dijo en la presentación del informe que Reino Unido se unió a la invasión de Iraq “antes de agotar todas las opciones pacíficas”, y el resultado fue “totalmente inadecuado”.
El exprimer ministro de Reino Unido Tony Blair fue advertido de los riesgos de la inestabilidad regional y el aumento del terrorismo antes de Iraq, dice el reporte.
Sin embargo, Blair le dio más peso a los resultados del Comité Conjunto de Inteligencia cuando presentó las capacidades pasadas, presentes y futuras de Iraq como evidencia de la severidad de la potencial amenaza de las armas de destrucción masiva del país ante el Parlamento Británico en 2002.
“El análisis de las capacidades de Iraq en ese comunicado y el reporte publicado ese día fueron presentados con una certeza que no estaba justificada”, dice el informe.
La investigación no ha expresado un concepto sobre si la ación militar fue legal, pues eso será tarea de una corte internacional.
“Sin embargo hemos concluido que las circunstancias en las que se decidió que había una base legal para la acción militar de Reino Unido estaban lejos de ser satisfactorias”, dijo Chilcot.
Millones de iraquíes han quedado sin hogar por la guerra contra ISIS, y los muchos desplazados o expulsados al exilio durante el caos de los años de ocupación no tienen nada que celebrar en este “nuevo” Medio Oriente.
Cientos de miles de personas han muerto desde la invasión de 2003. La “liberación” no funcionó para ellos.
Los pretextos tan fuertemente impulsadas por Bush y Blair para la invasión de Iraq han demostrado ser completamente falsos. Si fueron mentiras o simplemente monumentales errores de juicio nunca sabremos, pero las consecuencias están a la vista de todos.
No había armas de destrucción masiva. No hay paz ni prosperidad en Iraq hoy en día. Lo que pasa por una democracia es fundamentalmente defectuosa y peligrosamente inestable.
La invasión de Iraq abrió la caja de Pandora, de la cual voló el sectarismo, el terrorismo y la violencia, y nadie ha logrado volver a encerrarlos. Las bombas suicidas y la muerte expanden el terror en todos lados.
Blair, por un lado dice que el mundo es mejor sin el entonces presidente iraquí Sadam Hussein, pero por otro confiesa que “expreso más pena, arrepentimiento y pesar de lo que se pueda nunca saber o creer”.