(CNN) – El etíope Feyisa Lilesa puede haberse convertido a sí mismo en un exiliado político debido a la forma en que ganó una medalla de plata en el maratón de los Juegos Olímpicos el domingo.
Cruzó la línea de meta con los brazos cruzados sobre su cabeza en señal de solidaridad con el grupo étnico Oromo, el más grande en Etiopía y al que pertenece. Repitió la señal en una conferencia de prensa.
En una entrevista después de la carrera, Lilesa dijo que quería llamar la atención sobre la actual persecución del gobierno a los Oromo.
Por hablar, dijo, se puso a sí mismo en tal peligro que no puede regresar a casa.
“Realmente creo que me matarían”, dijo - o encarcelarían. Algunos de los miembros de su familia ya están en prisión, contó, y está preocupado por la seguridad de su esposa y sus dos hijos.
El ministro de Comunicaciones de Etiopía Getachew Reda dijo que Feiysa Lilesa es “un héroe etíope” y dijo que el atleta no debería estar preocupado por regresar al país.
“Aparentemente estaba haciendo una declaración y tiene derecho a hacerlo”, le dijo a Getachew a CNN. “No se trata de tener un punto de vista político u otro. Así que hasta donde lo sabemos él es un héroe etíope”.
Getachew dijo que Lilesa “no debería estar preocupado para nada” por regresar al país.
“Es un poco exagerado asumir que tus seres queridos estarán en riesgo porque hiciste un gesto u otro”, dijo. “Puedo asegurar que nada le va a pasar ni a él ni a su familia”.
Lilesa dijo que podría quedarse en Brasil o ir a Kenya o Estados Unidos, dependiendo de si puede obtener un visado.
No está claro si su gesto afecte a su medalla. En el pasado, el Comité de los Juegos Olímpicos ha despojado de sus medallas a los atletas que realizan protestas políticas, como cuando los velocistas estadounidenses Tommie Smith y John Carlos hicieron el saludo del poder negro cuando recibieron la medalla en los Juegos de 1968.
Los Oromo constituyen representan al menos un tercio de la población de Etiopía, de 100 millones de habitantes. Sin embargo, han sido marginados durante décadas. Recientemente, las tensiones aumentaron ya que desarrollo promovido por el gobierno se lleva a cabo a costa de las tierras agrícolas de Oromo.
Y las enormes protestas de los Oromos han tomado las calles de Etiopía. Pero el gobierno sofocó brutalmente las manifestaciones, según informaron organizaciones como Amnistía Internacional y Human Rights Watch.
“En nueve meses, más de 1.000 personas han muerto”, dijo Lilesa el domingo.
Getachew no dio una cifra sobre el número de protestantes que han muerto pero dijo que la cifra entregada por Lilesa de unas 1.000 personas muertas en los últimos 9 meses “no tiene sentido”.
“Este juego de números no tiene mérito”, dijo el ministro de Comunicaciones.
CNN no pudo confirmar esta declaración. Human Rights Watch dijo que desde noviembre, más de 400 personas han muerto y decenas de miles fueron detenidos.
En respuesta a las protestas y al informe de Human Rights Watch, Getachew Reda, ministro de Comunicaciones de Etiopía, le dijo a CNN que la respuesta de las fuerzas de seguridad del país seguían el protocolo normal de la policía para dispersar “alborotadores”. También discutió el número de muertes.
Algunos de los manifestantes estaban armados con pistolas y granadas de mano, añadió.
En un informe sobre los Oromo, Amnistía Internacional dijo que al menos 5.000 miembros del grupo étnico fueron detenidos tras protestas pacíficas o por la oposición al gobierno entre 2011 y 2014.
Lilesa ganó la plata el domingo con un tiempo de 2:09:54, terminando detrás de Liud Kipchoge, de Kenya, que terminó con un tiempo de 2:08:44.