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Así es dar a luz después de ser víctima de una bomba en Alepo
01:52 - Fuente: CNN

(CNN) – Los doctores sostienen de los pies a un bebé boca abajo y golpean con fuerza sus nalgas, desesperados, intentando detectar señales de vida.

El nacimiento es, en el mejor de los casos, una experiencia intensa. Pero este nacimiento por cesárea de emergencia, después de que la madre quedara gravemente herida por una bomba en Aleppo, una ciudad destrozada por la guerra, es algo completamente distinto.

Mayissa acababa de ser víctima de un ataque aéreo en su camino al hospital en la ciudad de Siria bajo ataque, y solo había un puñado de médicos.

Ahora en una camilla, con un brazo y una pierna rotas, Mayissa está en estado de shock mientras los médicos —acostumbrados a este tipo de heridas— quitan pedazos de metralla de varios centímetros de largo de su cuerpo.

Cuando médicos sacan al bebé de su abdomen herido, el temor se toma la sala de operaciones. Su bebé está en silencio; blanco como la baldosa.

“¿Está latiendo su corazón?”, pregunta una persona en la habitación.

“No, lo siento,” responde un médico.

Una mujer embarazada llega herida al hospital. Su hijo nace por cesárea, pero no muestra señales de vida.

Este video extraordinario del nacimiento fue grabado en julio por Waad Al-Kateab y obtenido por ITN / Channel 4 News de Reino Unido. CNN obtuvo el material con permiso de Kateab y la cadena.

El bebé es puesto sobre una sábana verde. Su cordón umbilical lechoso, todavía conectado, es bloqueado con un par de pinzas. Los médicos bombean con cuidado el pecho, con la esperanza de poner a andar el corazón del pequeño.

Los doctores intentan todo para que respire y su corazón lata, desesperados

Ponen lo que parece una pequeña jeringa o cuentagotas en la nariz y la boca del niño, con la esperanza de succionar cualquier líquido que impida su respiración.

Un leve aleteo en su cordón umbilical es la primera señal de vida. Su corazón está trabajando.

Un médico le agarra por los pies y golpea su trasero. Para el espectador parece algo difícil de ver, incluso violento; pero está claro que saben lo que están haciendo.

Por fin, una señal de vida: su corazón late, toma color y abre los ojos

Color, color humano, fluye lentamente a través del cuerpo del bebé. A medida que es acostado de nuevo, la vida se hace oír: un llanto. Los médicos pueden sonreír.

Su madre, también, ha sobrevivido.

En medio de la calamidad inefable, una luz de esperanza.

Con información de Nima Elbagir