(CNN) – En las pequeñas ciudades italianas afectadas por el terremoto de magnitud 6.2, los equipos de rescate excavan febrilmente entre los escombros en busca de sobrevivientes. Es una lucha contra el reloj. Las continuas réplicas complican la tarea.
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En uno de esos rescates, un bombero en Amatrice arañó los escombros para llegar a una niña.
Retiraron los ladrillos y otros escombros, y de repente vieron un pie, una pierna, luego la otra pierna.
En el video, un hombre parece estar hablando con la niña, y alguien dice repetidamente el nombre de “Julia”.
Varias personas ayudan a los bomberos.
El bombero agarra la niña, de 8 años, y sale del enorme montón de escombros entre aplausos.
La chica se mantiene en silencio. El polvo gris que la cubre hace imposible decir de qué color es su ropa.
“¡Bella Ragazza!”, le dice un transeúnte mientras la llevan a un lugar seguro.
Lugares difíciles de alcanzar
En el pueblo de Saletta, de apenas 20 habitantes, algunos residentes usan sus propias manos para remover los escombros de una casa de dos pisos en una búsqueda desesperada.
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Los esfuerzos de rescate continuaron durante la noche, dijo Luigi D’Angelo, funcionario del Departamento de Protección Civil de Italia.
“Muchos casos han demostrado en el pasado que incluso después de dos días las personas pueden ser rescatadas con vida”, dijo. “Por eso queremos continuar”.
La gente utiliza tractores, maquinaria agrícola y herramientas simples para romper lo que queda de las antiguas casas de piedra.
Muchos pueblos son solo accesibles por carreteras pequeñas, lo que plantea un reto para los equipos que se mueven con maquinaria pesada a los lugares de desastre.
En una carretera, aturdidos residentes en pijamas cubiertos de polvo buscan consuelo después de cada réplica. Desde el terremoto principal se han registrado varias, incluida una de 4,7 en Norcia este jueves temprano. Las réplicas suponen una amenaza continua y complican también el trabajo de los equipos de rescate.
Más de 1.000 personas fueron desplazadas. Protección Civil dijo que no se les permitió a los residentes dormir en la devastada ciudad de Amatrice el miércoles por la noche.
“En tiempos difíciles, Italia sabe qué hacer”, dijo el primer ministro italiano, Matteo Renzi, después de recorrer algunas de las zonas afectadas.