CNNE 317195 - mexico-us-pena nieto-trump

(CNN Español) – La visita de Donald Trump de México podría ser vista como oportunismo o truco político. Pero quizá le pueda abrir una pequeña puerta para atraer a los votantes latinos y sirva para que se preste atención a sus ideas más allá de la inmigración.

La invitación del presidente Enrique Peña Nieto a ambos candidatos estadounidenses de visitar México podría servir como una suerte de cortina de humo que le daría una victoria moral después de los polémicos comentarios que Trump ha hecho en repetidas ocasiones sobre su país. ¿Quién habría pensado que Trump aceptaría?

Después de todo, Trump no ha hecho esfuerzo alguno para convencer a los latinos a través de los medios de comunicación, declinó invitaciones para hablar frente a la mayor asociación de funcionarios latinos elegidos y designados —Naleo— (Hillary Clinton también se negó) y para hablar frente a la Asociación Nacional de Periodistas Hispanos (Clinton sí participó).

Pero el aterrizaje de su avión con la marca Trump en la Ciudad de México podría llamar la atención entre los que han dado la espalda al candidato republicano. Algunos en México y así como mexicoestadounidenses en EE.UU. estarán encantados de oír que medios de comunicación hablen una y otra vez sobre la impopularidad de Peña Nieto y agradecerán Trump por llamar enfocar la atención en ese tema.

¿Cambiarán de opinion los críticos? Quizá no. Sin embargo, la visita de Trump le permitirá a él y a sus representantes decir que está dispuesto ir y hablar de los temas de interés binacional, de negociar al sur de la frontera, a diferencia de su oponente demócrata, argumentando que Hillary Clinton cree que los latinos no tienen otra opción más que votar por ella —sentimiento expresado por muchos líderes latinos cuando Clinton escogió a Tim Kaine como su compañero de fórmula en vez de un hispano—.

Con su visita a México, Trump podría encontrar una pequeña ranura para llegar a los latinos en temas más allá de la inmigración.

Podría fácilmente volar en su Air-Trump-one a Puerto Rico para hablar de la deuda que sufre la isla, una visita que resonaría con los puertorriqueños en Florida, que están cambiando el mapa electoral en ese estado; a Pensilvania, donde son el mayor grupo étnico latino; y a Ohio, donde la población puertorriqueña está creciendo.

Trump podría ampliar su discurso sobre inmigración para incluir los desafíos que enfrentan Brasil, que destituyó a su presidenta el miércoles, y Venezuela, que afronta una crisis económica histórica y un posible plebiscito contra el presidente Nicolás Maduro.

En otras palabras, Trump podría hablar de temas que preocupan a los latinos además de la inmigración y forzar a Clinton a hacer lo mismo. Y podría desafiar a los medios de comunicación a que pregunten a los candidatos sobre estas y otras cuestiones.

Durante años, los latinos se han quejado de que los medios de comunicación se enfocan en Europa, Medio Oriente u otras regiones pero que no dedican suficiente tiempo a sus vecinos del sur.

La visita de Donald Trump probablemente no cambiará mucho la opinion que los latinos tiene de él. Pero puede ayudar a cambiar la forma en que los políticos hablan de los temas latinos.