(CNN) – Pedimos disculpas a los amantes de las teorías de conspiración sobre la existencia de los extraterrestres, pero la misteriosa señal que emanó de una estrella en la constelación Hércules…. no, probablemente no era extraterrestre.
Si E.T. no llamó a casa, ¿qué pasó entonces? Al parecer, fueron los terrícolas los responsables, aunque los científicos no han explicados exactamente cómo.
La investigadora Yulia Sotnikova emitió un comunicado el miércoles a través del Observatorio Astrofísico de la Academia Rusa de Ciencia diciendo que su análisis ha “revelado el origen terrestre más probable (de la señal)”, y astrónomos en todo el mundo siguen buscando más señales.
“Puede decirse con seguridad que ninguna de las señales buscadas ha sido detectada aún”, dice el comunicado.
En una entrevista con la agencia estatal rusa TASS, Sotnikova no divulgó una fuente para la señal, diciendo que la señal “probablemente fue una perturbación terrestre”.
Una posibilidad es un satélite. Alexander Ipatov, director del Instituto de Astronomía Aplicada de la Academia Rusa de Ciencia, le dijo a TASS que durante “el periodo soviético” estuvo dentro de un grupo de astrónomos en el observatorio Zelenchukskaya al suroeste de Rusia que descubrió una “señal inusual”.
“No obstante, revisiones adicionales mostraron que emanaba de un satélite militar soviético, que no había entrado en ninguno de los catálogos de cuerpos celestes”, dijo Ipatov.
El origen del misterio
Astrónomos que se dedican a la búsqueda de inteligencia extraterrestre (SETI) dirigieron el martes sus telescopios hacia una estrella a unos 94 años luz de la Tierra desde la que se detectó una señal muy fuerte en un aparato ruso.
Un equipo internacional de investigadores está estudiando ahora la señal de radio, captada en mayo de 2015, y la estrella HD 164595, con la esperanza de determinar su origen.
“La señal de HD 164595 es intrigante, ya que proviene de la proximidad de una estrella similar al Sol, y si es artificial, su fuerza es lo suficientemente grande como para proceder de una civilización con capacidades superiores a las de la humanidad”, dijo el astrónomo Douglas Vakoch, presidente de METI Internacional, que busca vida fuera de la Tierra, a CNN.
¿Una civilización avanzada?
Paul Gilster, de la Fundación Tau Zero, que lleva a cabo investigación interestelar, dijo que si la señal es artificial, su fuerza sugiere que tendría que venir de una civilización más avanzada que la nuestra.
Tal civilización sería probablemente de tipo II en la escala de Kardashev, intento del astrónomo soviético del mismo nombre de categorizar las diferentes etapas tecnológicas de las civilizaciones.
En la actualidad, nuestra propia especie está en algún punto cerca del Tipo I en la escala, una civilización capaz de aprovechar toda la energía de la que dispone en su propio planeta, incluyendo la energía solar, la eólica y combustibles.
Una civilización de Tipo II sería capaz de aprovechar la totalidad de la energía emitida por su estrella, miles de millones de vatios.
Si lo hace, requeriría una tarea colosal, probablemente la construcción de una especie de superestructura, tal como una esfera gigante o un enjambre de paneles solares súper avanzados.
Entonces, ¿son extraterrestres?
Probablemente no, dice Vakoch, que apunta a la posible interferencia tecnológica o amplificación a través de lentes gravitacionales, donde una señal detrás de un planeta u otro objeto grande parece ser mucho más fuerte de lo que realmente es, como causas potenciales.
“La mayor limitación de la señal de mayo de 2015 es que no fue replicada. Antes de que podemos dar ningún crédito a una señal como procedente de extraterrestres, hay que verla varias veces para asegurarse de que no es más que un fenómeno transitorio”, añadió.
“Se merece al menos un par de horas de tiempo de observación de los investigadores del SETI en otros lugares para asegurarnos de que no perdemos la oportunidad de hacer el primer contacto, por remoto que sea.”
Si demuestra ser transitoria e inexplicable, la HD 164595 podría convertirse en otra “señal Wow!” de 1977, frustrante, tentadora y misteriosa a partes iguales.