Santa Cruz, Bolivia (CNN Español) – Un ambiente desolador es el que abre las puertas del Chaco oriental en el sur del departamento de Santa Cruz en Bolivia. Los implacables rayos del sol parecen haber paralizado la vida en esta región del país, donde la sequía no da tregua y castiga duramente al sector ganadero.
Este reportaje hace parte de una serie de entregas. Lee la anterior aquí.
Animales escuálidos que deambulan por la tierra resquebrajada. Esas son las imágenes que acompañan gran parte de la carretera que recorrimos hasta la localidad de Guanaco, en el Municipio de Cabezas a 150 kilómetros de la ciudad de Santa Cruz.
“Aquí en el Chaco solamente llovió una vez en 7 meses”, dice Carlos Montenegro, ganadero de la zona, que a diferencia de otros que viven más al sur, cuenta con un pozo de agua.
“No falta el agua pero ya no hay comida, los montes están rasos, secos palos no más”, afirma. “Los animales no tiene qué comer, están muy flacas, débiles, se caen y ya no pueden pararse … yo ha he perdido 50”.
La Federación de Ganaderos de Santa Cruz- FEGASECRUZ– estima que solo en la zona del Chaco cruceño hasta la fecha han muerto más de 3.800 cabezas de ganado en sus 7 municipios y 50.000 animales están en riesgo crítico de morir de los 486.000 registrados en esta zona.
Isidro Gutiérrez, director técnico veterinario de FEGASECRUZ, asegura que “la mortalidad de los animales en esta zona va aumentar porque la disponibilidad de forraje no existe, tampoco agua en muchos municipios, y la mortalidad podría llegar al 8, 9 ó hasta el 10% de la población que existe aquí en el Chaco”.
El gobierno boliviano ha garantizado un presupuesto de 6,9 millones de dólares para la emergencia y trabaja actualmente en el Chaco cruceño en la perforación de 18 pozos de agua en sus 7 municipios y plantea también enviar forraje para los animales en riesgo.
Al norte del departamento de Santa Cruz la situación no es mucho mejor, si bien llovió recientemente, a la prolongada sequía se sumaron los incendios forestales.
Nicomedes Rivero encargado de la Hacienda Bonanza, en el Municipio del Puente, a 250 kilómetros de la ciudad de Santa Cruz, cuanta angustiado cómo el incendio forestal llegó hasta la hacienda y arrasó con gran parte de los campos, afectando al ganado vacuno.
“No se pudo hacer nada porque el fuego venía con fuerza y la paja estaba seca…y no pudimos hacer nada, se quemaron hasta las wachas”, dice.
Las wachas son los becerros de las vacas lecheras que no solo sufrieron el embate del fuego, sino ahora también sufren como sus madres la falta de alimento
“Las vacas están sufriendo por darles leche a sus hijos y no comen y ellas también se van a morir … me da ganas de llorar de lo que nos está pasando”, dice conmovido Nicomedes Rivero.
Según datos oficiales, en los últimos 6 meses se registraron 85.000 focos de calor a nivel nacional, el máximo récord histórico de los últimos cinco años en Bolivia.
Un 55% de los focos de calor del país se concentraron en el departamento de Santa Cruz, el 36% en El Beni y el 3% en el norte de La Paz, según la Autoridad de Fiscalización y Control Social de Bosques y Tierras, ABT.
Un total de 1.500 hectáreas, de Luis Alberto Franco, productor pecuario del municipio de Ascensión de Guarayos — a aproximadamente a 350 kilómetros de la ciudad de Santa Cruz— ardieron producto de las quemas en la zona. Franco dice que este tema debe ser considerado con mucha responsabilidad y se deben tomar medias al respecto.
“Este asunto hay que considerarlo de la mejor forma porque afecta a nuestro medio ambiente, la irresponsabilidad de personas tiene que ser controlado muy pero muy restringida”, añade.
El gobierno es consciente del problema y considera de vital importancia el cumplimiento y respeto de la norma existente para desmontes y quemas controladas en el país.
Alexandra Moreira, ministra de Medio Ambiente y Agua, asegura que el tema de las quemas en el país debe ser asumida con mayor responsabilidad por todos los sectores involucrados.
“Yo creo que ya estas situaciones deben ser asumidas de manera más responsable también por parte de la Fiscalía, del poder judicial para poder generar también nosotros mayores controles. Pero definitivamente, nuestra normativa, nuestros controles en el marco del gobierno nacional como departamentales y municipales deben ser ajustados y estamos trabajando en ello”, afirma Moreira.
También al norte, en el municipio de San Ramón, a 200 kilómetros de la ciudad de Santa Cruz, la producción lechera se ha visto afectada.
En la Hacienda “El Trejito” diariamente se producían 1.000 litros de leche, hoy solamente procesan 250.
Ramón Oniaba, administrador del lugar, asegura que la falta de alimento para las vacas lecheras, producto de la prolongada sequía, diezmó en un 75% la producción.
“No tenemos ya pasto para alimentarlas, esto apenas da para mantenerlos vivas … y eso nos ha golpeado económicamente muy fuerte porque nuestro ganado es lechero de alta genética y habíamos hecho inversiones porque teníamos buena producción”, afirma Oniaba.
La sequía también ha afectado a las fuentes de trabajo, según la cámara agropecuaria del oriente, se estima que 133 mil empleos estarían en riesgo.
En la Hacienda el “Trejito” ya se ha reducido personal, como nos cuenta, Manuel Ramos, trabajador lechero.
“Nos ha afectado mucho la sequía aquí en esta zona, no ha llovido varios meses y por la baja producción de leche, se han retirado a varias del personal por el tema de la sequía”
Un escenario complejo para cientos de productores pecuarios en oriente boliviano que esperan ayuda gubernamental para poder reencaminar su trabajo y salvar a sus animales….
Pero la sequía, dice convencido Carlos Montenegro ganadero del Chaco cruceño, “es porque el hombre no respeta al planeta”.
“No hemos cuidado la madre tierra, están desapareciendo los montes, las montañas que traen la lluvia, estamos depredando, hay más viento y de ahí es la sequía…”, finaliza Montenegro como si diera una lección de vida que le ha dejado a su paso la sequía en Bolivia.