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(CNN) – Un atacante suicida en un coche bomba siembra el pánico, abriéndose camino implacablemente hacia posiciones Peshmerga. Un combatiente de ISIS tiende una emboscada a las tropas kurdas oculto en un túnel antes de inmolarse.

Estas fueron dos indicaciones viscerales de lo dedicados que pueden ser los combatientes de ISIS en Mosul, y de lo igualmente sangrienta que puede ser la batalla para recuperar el último bastión del grupo terrorista en Iraq.

Al amanecer del martes, el segundo día de la ofensiva para retomar Mosul, una coalición diversa de las tropas iraquíes, las aliadas fuerzas kurdas Peshmerga y miles de voluntarios iraquíes se preparaban para otro día de combates con los militantes en el polvoriento monte de las afueras de la ciudad.

Un soldado iraquí murió y otros dos resultaron heridos durante un ataque con coche bomba contra las tropas, unos 48 kilómetros al sur de la ciudad, según el mayor del ejército iraquí Amin Shekhani. Añadió que 10 combatientes de ISIS murieron en la operación.

El portavoz del Pentágono, Peter Cook, dijo el lunes que las fuerzas iraquíes han “cumplido sus objetivos” hasta el momento y están más “adelantados de lo previsto”, pero agregó que la ofensiva “será una campaña difícil que podría tomar bastante tiempo”.

Desde el ataque con la primera luz del lunes, las fuerzas iraquíes hicieron “avances sustanciales”, dijo el portavoz del Comando Central de Estados Unidos, el coronel John Dorrian, a Christiane Amanpour de CNN.

Más de 120 kilómetros cuadradas de territorio y hasta nueve aldeas fueron recuperados.

En un camino de acceso, las fuerzas Peshmerga que trataban de liberar un pueblo en las afueras de la ciudad intercambiaron fuego con los militantes. El equipo de CNN, el primer medio de comunicación occidental para viajar a lo largo de la carretera en Mosul durante la ofensiva, quedó atrapado en el intercambio, pero todos resultaron ilesos.