(CNN) – ¿Deberías pagar un impuesto agregado por una gaseosa? Votantes de cuatro diferentes ciudades de Estados Unidos deberán responder esa pregunta la próxima semana para decidir si las bebidas azucaradas que se venden en sus vecindarios deben ser gravadas con impuestos.
Las iniciativas para ponerles impuestos de venta a las sodas y otras bebidas azucaradas serán puestas en las balotas de elección en San Francisco, Oakland y Albany, California y en Boulder, Colorado.
Como las bebidas gaseosas han sido asociadas con un incremento en el riesgo de obesidad, diabetes tipo 2, enfermedades del corazón y posibles fallas cardiacas, la idea detrás de esas medidas es reducir el consumo de refrescos para el beneficio de la salud pública.
Un impuesto de cerca del 10% en las bebidas azucaradas fue introducido en México en enero de 2014. Ahora, se espera que esa política resulte en una increíble caída en los casos de diabetes tipo 2, derrame cerebral, ataques del corazón e incluso muerte, según un estudio publicado en el diario PLOS Medicine este martes.
“El impuesto ha sido criticado y atacado desde que se creó”, dijo el doctor Simón Barquera, director del área de investigación en Políticas y Programas de Nutrición del Instituto Nacional de Salud Pública de México y coautor del estudio.
“Varios críticos dijeron que el porcentaje del impuesto era básicamente insuficiente para aportar algún beneficio a la salud de la población”, dijo. “El estudio muestra qué tan importante son los beneficios potenciales, no solo para la reducción de problemas de la salud cardiovascular y la mortalidad por diabetes, sino también en el ahorro en gastos de salud si se mantiene el impuesto a las gaseosas o se incrementa en los próximos 10 años”.
México tiene uno de los índices más altos de diabetes en el continente con un 14% de los adultos que sufren esta enfermedad, según un nuevo estudio. En Estados Unidos cerca del 12% de los adultos tienen diabetes.
Adicionalmente México y Estados Unidos tienen los índices más altos del mundo en consumo de gaseosas. En 2010, 31,5 galones de bebidas no alcohólicas fueron consumidos por persona en México, mientras que los estadounidenses consumieron 31,2 galones en el mismo periodo, según un estudio publicado en 2013 en el American Journal of Public Health. Información más reciente muestra que los estadounidenses han reducido el consumo de gaseosas desde entonces.
Las nuevas proyecciones dadas a conocer esta semana revelan cómo los impuestos en las sodas pueden beneficiar la salud pública no solo en México sino en otros países que tienen altos índices de consumo de gaseosas y de diabetes, incluyendo Estados Unidos, dijo la doctora Kirsten Bibbins-Domingo, profesora de medicina, epidemiología y bioestadística de la Universidad de California, en San Francisco. Ella fue la autora principal del nuevo estudio.
Predicciones sorpresivas para el futuro
Los investigadores del estudio usaron el Modelo de Política de Enfermedades Cardiovasculares —que ha estado involucrado en la estimación de los beneficios para la salud en los Estados Unidos desde la década de 1980— para simular cómo el impuesto a bebidas azucaradas de México podría afectar a adultos entre los 35 y 94 años.
En el modelo se utilizó información de las encuestas nacionales de salud y de diversos sistemas de registros de salud para medir impactos proyectados entre 2013 y 2022.
Diferentes estudios han demostrado que el impuesto a las gaseosas de México ha reducido las compras de bebidas azucaradas, según los investigadores.
Después de que entrara en vigor, la compra de esas bebidas gravadas disminuyeron en promedio 6%, en comparación con lo que se esperaba que fuera comparado sin impuestos, de acuerdo con un estudio publicado en enero en el British Medical Journal.
Ese estudio también mostró que la caída en las compras se aceleró, disminuyendo un 12% en diciembre de 2014. “Fue el rango de 6 a 12% el que usamos como base del modelo”, dijo Bibbins-Domingo.
Así que, basados en el nuevo modelo, los investigadores proyectaron que un 10% de reducción en el consumo de bebidas azucaradas entre los mexicanos adultos podría dar como resultado la reducción de cerca de 189.300 casos menos de diabetes tipo 2.
La reducción en los casos está asociada con ahorros anticipados de casi 1.000 millones de dólares en gastos de atención médica, según la doctora Bibbins-Domingo. Los investigadores también proyectaron una reducción de 20.400 derrames cerebrales e infartos, así como 18.900 muertes menos.
“Probablemente lo que más nos sorprendió fue que mientras los beneficios que encontramos en el modelo fueron entre una población adulta, los beneficios fueron mayores en la población más joven”, dijo Bibbins-Domingo.
“En nuestro modelo, la población más joven está entre los 35 y los 44 años, y entre ellos hubo más casos de prevención de diabetes”, dice. “Lo que eso nos dice es que los beneficios para la salud tienden a ser mucho más grandes. Cuando previenes diabetes en una persona más joven, esa persona puede vivir más años sin una enfermedad crónica”.
‘Sólo el tiempo dirá’
Derek Brown, economista y profesor asistente de salud pública en la Universidad de Washington en Saint Louis, que no estuvo involucrado en el estudio, dijo que también quedó impresionado al ver el gran ahorro que hubo entre adultos jóvenes.
“Una limitación del estudio es que no cubre a nadie antes de los 35 años. Los índices de consumo de bebidas azucaradas son probablemente más altos entre este grupo. Tampoco se incluye ningún beneficio directo como una productividad más grande de una fuerza de trabajo más sana”, dijo Brown.
“El beneficio para la economía más directo de un impuesto a las gaseosas o a las bebidas azucaradas es la reducción en los gastos de cuidados de la salud… Incluso una pequeña reducción puede ser significativa”, añadió Brown.
Sobre todo, los nuevos hallazgos son importantes en términos de ahorro de costos en el cuidado de salud, en morbilidad y mortalidad y calidad de vida, dijo Dana Hunnes, nutricionista senior del Centro Médico Ronald Reagan de la Universidad de California en Los Ángeles y profesora asistente adjunta de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de California.
Sin embargo, “este estudio tiene sus limitaciones en parte porque cuanto más proyectes hacia el futuro, más inciertos son los resultados. Creo que únicamente el tiempo nos dirá si los modelos que usaron predicen adecuadamente lo que pasará”, dijo Hunnes quien no estuvo involucrada en el asunto.
La industria de las gaseosas da la pelea
El Consejo Internacional de Asociaciones de Bebidas (ICBA por sus siglas en inglés) dijo en un comunicado que el consumo de bebidas sin alcohol en México fue reducido solo 11,6 mililitros (casi dos cucharadas) por persona cada día, según el estudio del British Medical Journal.
“Los hechos muestran que este impuesto generó una reducción insignificante del consumo por persona en 2014, con ningún beneficio aparente para la salud”, dice el comunicado.
“Sabemos a través de estudios académicos y del mercado que el impuesto reduce 10.000 empleos, causando una baja en el Producto Interno Bruto (PIB) de México e incrementando la carga de impuestos en los pobres; todo esto sin ninguna mejoría evidente en la salud pública”, dice la ICBA.
“En México nuestras compañías están trabajando bien con el gobierno y la sociedad civil en soluciones significativas, y esperamos que los que abogan por la imposición de impuestos se unan a este enfoque más significativo “.
Dado que los impuestos en México aplican únicamente para bebidas azucaradas, Bibbins-Domingo argumenta que hay otras maneras en las que los pequeños comercios y las grandes industrias pueden continuar ganando dinero y no perdiendo empleos. Al ser gravadas con impuestos, muchos consumidores de sodas simplemente cambian a otras alternativas más saludables, como agua embotellada, que no está gravada, dice Bibbins-Domingo.
Adicionalmente, algunos opositores a los impuestos para las gaseosas argumentan que estos afectan injustamente a las comunidades con bajos ingresos, así que, en sus palabras, estos impuestos son regresivos. “Estas son comunidades que usualmente están desproporcionadamente cargadas con diabetes”, añadió Bibbins-Domingo.
OMS: los impuestos funcionan
Un reporte de la Organización Mundial de la Salud dado a conocer el mes pasado mostró que gravar con impuestos a las bebidas azucaradas puede estar vinculado con la reducción no solo de la diabetes tipo 2, sino también con la disminución en casos de obesidad y de caída de dientes.
La OMS instó a los gobiernos para que consideren aplicar políticas fiscales para limitar el consumo de bebidas azucaradas y sus impactos en la salud.
“Hay una aceptación creciente de impuestos como una herramienta importante de salud pública para ayudar a combatir el aumento de la diabetes y esa es en parte la razón por la cual la Organización Mundial de la Salud dio a conocer hace unas semanas su reporte”, explicó Bibbins-Domingo.
El reporte de la OMS subrayó que los índices de diabetes en el mundo se han cuadruplicado.
Más impuestos a las gaseosas en más ciudades
Para combatir la diabetes en Estados Unidos, dos ciudades han implementado impuestos para las bebidas azucaradas.
En junio, Filadelfia se volvió la segunda ciudad de Estados Unidos en aprobar el impuesto a las sodas, que entró entrará en vigor a partir del 1 de enero. La primera ciudad fue Berkeley, California, que implementó el impuesto en 2014.
Después de que Berkeley aprobó el impuesto ha habido una disminución del 21% en el consumo de bebidas azucaradas y un aumento del 63% en el consumo de agua en vecindarios de bajos ingresos de la ciudad, según un estudio publicado en internet en el American Journal of Public Health en septiembre.
El estudio involucró a 990 residentes en Berkeley, Oakland y San Francisco a quienes se les pidió completar un cuestionario sobre el consumo personal de bebidas azucaradas antes de que los impuestos fueran aprobados. Después de la aprobación de lis impuestos 1.689 residentes completaron el mismo cuestionario.
“Nuestro estudio se enfocó en las comunidades con bajos ingresos y vimos un efecto más grande de lo que los modelos predijeron, que desde un punto de vista para la salud pública es un resultado prometedor, pero nuestros números no fueron tan diferentes a los de México, entre los hogares de bajos ingresos”, dijo la doctora Kristine Madsen, profesora asociada del programa médico conjunto y de nutrición de la Universidad de California, y autora líder del estudio que apareció en el American Journal of Public Health.
Madsen agregó que el nuevo estudio de la revista PLOS Medicine, que incluye datos importantes sobre cambios en las compras de bebidas azucaradas en México, adopta un enfoque riguroso para predecir el impacto a largo plazo de los impactos de los impuestos a las gaseosas.
“El modelo sugiere que México verá una reducción dramática en los casos de diabetes como resultado del impuesto a las gaseosas”, dice ella. “Nosotros tenemos una epidemia de diabetes en Estados Unidos y las causas son similares a las de México. Entonces, espero que las implicaciones en lis impuestos en Estados Unidos tiendan a ser similares”.