Gogjali, Iraq (CNN) – Umm Al’aa ha hecho una promesa: nunca le dirá a su hijo quién es su padre.
Por el contrario, Mohammed crecerá rodeado del amor de su madre y sus medios hermanos.
Nunca nadie le dirá que su madre quedó embarazada de él cuando fue violada por un militante de ISIS mientras estaba secuestrada por el grupo terrorista.
“Es mi hijo, no el hijo de ISIS”, insiste Al’aa, quien agrega que su bebé es tan parte de la familia como lo son sus otros hijos.
Umm Al’aa es un seudónimo, pues CNN no la identifica para protegerla a ella y a su familia. La mujer de 40 años ya era madre y abuela cuando ISIS tomó el control de su ciudad natal en 2014.
Ella dice que mientras sus vecinos apoyaban a ISIS, ella y su familia se negaron a prometerle lealtad al grupo terrorista, por lo que se volvieron un blanco.
Los soldados de ISIS regularmente llegaban a su casa para amenazarlos con la sumisión. En una ocasión atacaron a su hija.
“Llegaron y la golpearon”, dice ella. “Le arrancaron el velo y le rasgaron su ropa. Dijeron ‘vamos a violarla’, pero el que mandaba, el que más grande, no se los permitió. En cambio dijo: ‘queremos a la mamá’”, cuenta la mujer.
Días después, acorralaron a Umm Al’aa en el mercado.
“Me dijeron que subiera en el carro, y cuando me subí creí que me iban a matar”, recuerda. Pero ellos tenían otros planes.
Sobreviviendo al secuestro
“Serás nuestra esclava”, le dijeron los hombres de ISIS.
Durante un año y medio vivió como prisionera, “como una persona muerta, pero ellos no me habían matado aún”.
Hacia el final de su tiempo en cautiverio uno de los militantes la golpeó y la violó.
“Intenté pelear, lloré mucho”, le dice a CNN. “Hubo mucho dolor, me golpearon mucho, pero no podía hacer nada”.
En el momento de su liberación estaba embarazada de un niño.
Determinada a seguir adelante y olvidarse de los horrores que había experimentado, nombró su hijo Mohammed, como su esposo.
Pero la felicidad de su familia luego de su reunión fue corta: su esposo murió recientemente en medio de las batallas a las afueras de Mosul, donde las tropas iraquíes y las fuerzas de coalición enfrentan a ISIS.
“Él me amaba. Mi mejor recuerdo de él es lo mucho que me amaba y me respetaba”. dice. “Sí, éramos gente pobre, pero éramos muy felices”.