Londres (CNN) – En una simple oficina en el centro de Londres, un grupo de jóvenes analistas psicológicos están trabajando arduamente para procesar miles de datos sobre cada adulto estadounidense.
Son el arma política secreta de Donald Trump.
Su campaña pagó más de US$5 millones, sólo en septiembre, a Cambridge Analytica, una empresa que afirma que puede convencer a los votantes a respaldar al candidato republicano adaptando los anuncios políticos de Trump a sus personalidades.
Su enfoque combina la micro-focalización, ya en uso en la campaña política, con el perfil psicológico.
La compañía reúne hasta 5.000 piezas de datos sobre un posible votante para crear un perfil psicológico, y luego adapta anuncios políticos a su personalidad y creencias.
Usando una encuesta, generalmente colocada en las redes sociales, la empresa invita a los usuarios a realizar una prueba de personalidad.
Los resultados de esa prueba ayudan a la compañía a agrupar a las personas bajo tipos de personalidad que miden la apertura, la conciencia, la extroversión, la conveniencia y el neuroticismo o inestabilidad emocional.
Los procesadores de información combinan las personalidades de los individuos con su historial electoral, dónde compran, qué compran, incluso lo que ven en la televisión.
La prueba de personalidad no advierte cuál es el propósito de la encuesta, por lo que es probable que aquellos que la llenan no son conscientes de cómo serán combinadas sus respuestas con otros datos públicos disponibles o comprados por compañías de tarjetas de crédito y televisión por cable.
Con eso, según el presidente ejecutivo de Cambridge Analytica, Alexander Nix, saben la mejor manera de dirigirse a la persona y qué mensaje utilizar.
“Podemos entonces combinar estos datos con las cookies (ficheros de texto que se almacenan en los equipos de los usuarios a través de las distintas webs que visitan) para entregar a la gente anuncios a través de medios sociales o digitales, o podemos sincronizar estos datos a la información que obtenemos de lo que ven en la televisión. De tal suerte que podamos entender dónde están las audiencias que nos interesan, qué programas están sintonizando y entonces podamos entregarles mensajes durante esos programas”, explicó Nix.
La campaña Trump no respondió a una solicitud de comentario sobre esta información.
Cambridge Analytica no ofrece ejemplos de anuncios producidos para una campaña que todavía está en curso, pero proporcionó a CNN ejemplos de su trabajo para el senador republicano por Texas, Ted Cruz, cuando disputó las primarias presidenciales del Partido Republicano.
Uno de sus anuncios fue creado para un perfil “tradicionalista estoico” que valora el tiempo en el aislamiento, es poco aventurero y tiende a ser modesto en su disposición. Muestra a Cruz solo con una frase escrita que pide: “Mantener la calma” y apoyar al senador por Texas.
El otro es para un “líder relajado” que es sociable, generalmente optimista y empático con las emociones de otros, en el que se ve a toda la familia de Cruz con la frase “Nuestros mejores días están por delante”.
A pesar de la considerable inversión de Trump en la empresa, tal y como se documenta ante la Comisión Federal de Elecciones (FEC, por sus siglas en inglés), la estrategia no siempre ha dado los resultados deseados.
Cruz pagó a Cambridge Analytica casi US$ 6 millones de dólares (US$ 5.805.548), según los documentos de la FEC.
No obstante, ese esfuerzo no le aseguró suficiente apoyo para convertirse en el candidato del partido a la presidencia, aunque la compañía sostiene que le ayudó a ser el centro de atención en las primarias republicanas.
Sasha Issenberg, autor de “El laboratorio de la victoria: La ciencia secreta de las campañas ganadoras”, tiene dudas sobre la eficacia del psicoanálisis y el perfil utilizado por Cambridge Analytica, como en el caso de Cruz.
Señaló que la campaña de Cruz pensó que necesitaban encontrar diferencias matizadas entre el senador por Texas y sus contrincantes como el senador por Florida Marco Rubio y el gobernador de Wisconsin, Scott Walker.