Hillary Clinton simplemente no se pudo sujetar a su unión con Obama. Y eso terminó siendo gran parte de su ruina.

Los votantes afroamericanos, latinos y los más jóvenes no acudieron a las urnas este martes en un número suficiente para impulsar a Clinton hacia la Casa Blanca.

Clinton concedió la carrera después de las 2 a.m. Antes de que cerraran las casillas, su campaña confiaba en la victoria. Al final, no obstante, perdió incluso algunos estados que tenía seguros, como Wisconsin. Se rezagó en otros, como Pensilvania y Michigan.

Aunque ganó en los grupos demográficos clave a los que se había enfocado, su rendimiento fue menor que el del presidente Barack Obama, incluso entre las mujeres, de acuerdo con encuestas de salida.

Una parte ligeramente mayor de electores negros y latinos votaron por Trump en comparación con los que apoyaron a Mitt Romney en 2012, pese a sus comentarios despectivos contra afroamericanos, mexicanos e inmigrantes indocumentados.

El presidente Obama, quien ganó la presidencia con la ayuda de las comunidades afroamericana y latina, hizo varios llamados personales a los votantes negros a favor de Clinton en las últimas semanas.

“Si dejamos que esto se nos escape, pasaré los últimos dos meses de mi gobierno preparando la transición para Donald Trump, cuyo equipo ha dicho que su agenda principal en los dos primeros meses en la oficina presidencial será deshacer cada cosa que hemos logrado”, dijo Obama la semana pasada durante una entrevista de radio.

Pero los afroamericanos y los latinos que escucharon el llamado no fueron suficientes.

Un 88% de los votantes afroamericanos respaldaron a Clinton, frente a 8% a favor de Donald Trump, hasta la mañana de este miércoles. Aunque es un margen amplio, no es tan grande como lo fue la victoria de Obama sobre Mitt Romney en 2012. Obama aseguró 93% del voto negro por 7% de Romney.

Cerca del 12% del electorado total era afroamericano este año, comparado con el 13% de hace cuatro años. Esa es una caída decisiva, especialmente si se le suma a una participación más baja de lo esperado del electorado latino.

Esta baja participación se dio incluso después de que Trump repitiera reiteradamente que las comunidades negras se encontraban en su peor momento. Refiriéndose constantemente a las “ciudades del interior”, Trump dijo que los negros vivían en pobreza, desempleo y que podrían ser tiroteados en la calle. “¿Qué tienen que perder?”, preguntó.

El apoyo de Clinton entre los latinos fue incluso más tenue, pese a que Trump amenazó con levantar un muro en la frontera con México, acusando de criminales a los inmigrantes indocumentados y prometiendo su deportación.

Solo 65% de los latinos la respaldaron, mientras que 29% votó por Trump. En 2012, Obama obtuvo el 71% del voto hispano, por 27% de Romney.

Los hispanos representan 11% del electorado total, en comparación con el 10% de 2012.

Más allá de la unión con Obama, Clinton tampoco fue tan popular con los votantes blancos, a diferencia de Obama. Ella ganó solo 37% del voto blanco, en comparación con el 39% de Obama. Sorprendentemente, Trump también obtuvo un porcentaje relativamente menor que el de Romney, 58% contra 59%.

Los votantes blancos representaban este año el 70% del total del electorado, por debajo del 72% de hace cuatro años.

Clinton también falló en conquistar a los votantes jóvenes, que sí apoyaron en las primarias a su rival, Bernie Sanders, y a Obama hace cuatro años.

Ella ganó el 55% entre los votantes de entre 18 y 29 años, comparado con el 37% que votó por Trump. Pero Obama había conseguido el 60% de estos votos, por 37% de Romney.

En cuanto al voto femenino, Clinton obtuvo el 54% por 42% de Trump. Pese a que 70% de las votantes dijeron que el trato de Trump hacia las mujeres les molestaba, no se pusieron del lado de la mujer que pudo cambiar las cosas.

Obama ganó 55% del voto femenino en 2012.