Nueva York (CNN) – La noticia de esta semana sobre la polémica en la que está metido el yerno de Donald Trump, Jared Kushner, por la configuración del equipo de transición del presidente electo, da muestras sobre el gran cartel que el mismo Kushner ha armado sobre sí mismo durante la campaña presidencial.
El operativo montado por este empresario de 35 años devenido en político fue crucial para la llegada de su suegro a la presidencia, y su influencia seguramente no parará de crecer. Una fuente con conocimiento de la situación le dijo a CNN este martes que Kushner podría llegar a tener un cargo clave en Seguridad Nacional como consejero de cabecera de su suegro.
Trump, quien ha compartido mucha de la atención mediática con sus hijos mayores (Donald Jr., Eric e Ivanka, la esposa de Kushner), también se ha tomado su tiempo para expresar públicamente el agradecimiento por el papel que su yerno ha desempeñado tras bambalinas.
Tan pronto se aseguró la nominación republicana tras una crucial victoria en las primarias de Indiana, Trump se deshizo en elogios hacia Kushner tras agradecerle a los miembros de su equipo, incluyendo a Paul Manafort, Corey Lewandowski y Hope Hicks, por entonces jefe de campaña, gerente y vocera, respectivamente.
“Honestamente, Jared es un muy exitoso empresario de finca raíz, pero creo que la política le gusta más que ese negocio. Es muy bueno en política”, aseguró Trump.
Antecedente de Kushner en los negocios
La reacción de Kushner ante este halago de su suegro (inclinando la cabeza hacia abajo, ruborizándose ante el cumplido), encarnó las marcadas diferencias entre ambos.
Aunque ambos expandieron el negocio de la finca raíz que sus padres construyeron, Kushner ha mantenido un relativo bajo perfil a pesar de ganar millones de dólares en propiedades durante una década en el muy difícil mercado neoyorquino.
Trump cultivó su imagen y reforzó su marca en los tabloides de Nueva York con historias de aventuras sexuales, citas con modelos y exageradas estimaciones de sus operaciones inmobiliarias. Su campaña fue marcada por sus polémicas y a la vez indignantes propuestas y tácticas sin límite aparente.
En contraste, Kushner raramente concede entrevistas o aparece en televisión. Y cuando lo hace, no abandona su timidez y su comportamiento moderado.
A los 25 años, Kushner dedicó sus esfuerzos a otra industria, la del periodismo, cuando compró en el 2006 el New York Observer, medio que anunció la semana pasada que pararía su edición impresa y se quedaría sólo como online.
Salto a la campaña
Tras unirse de forma esporádica a Trump en su campaña (permaneciendo callado junto a su esposa por breves momentos en el escenario ante miles de seguidores del magnate), Kushner cumplió su primera tarea al ayudar a su suegro al diseñar las estrategias políticas y comunicacionales para su discurso en marzo ante el Comité de Asuntos Estados Unidos-Israel (AIPAC, por sus siglas en inglés).
Este discurso no era un asunto menor para Trump, quien usó un teleprompter por primera vez para pronunciarse ante una audiencia escéptica de su compromiso acerca de la protección a Israel.
Kushner adquirió más responsabilidades con el correr de la campaña, con un Trump que lo quiso tener más tiempo a su lado. El yerno ayudó al suegro a adaptarse a la realidad de la recolección de fondos, asunto que había evitado Trump durante su campaña en primarias, le afirmó una fuente a CNN.
“Jared ha sido de mucha ayuda en este sentido”, aseveró la fuente.
Papel en el despido de Lewandowski
El abrupto despido en junio de Corey Lewandowski sacó a la luz la creciente influencia de Kushner.
Estaba “íntimamente involucrado” en la decisión, le dijo una fuente a CNN, poniendo notablemente a prueba su poder e influencia al sugerirle a Trump que debía deshacerse de Lewandowski.
Kushner y los hijos de Trump chocaron constantemente con Lewandowski, de quien sintieron que estaba menoscabando los esfuerzos para dirigir a Trump a una dirección más positiva, según afirmaron diversas fuentes. Los rumores también indicaron por esos días que Lewandowski estaba tratando de ensuciar el nombre de Kushner en la prensa para disminuir su influencia en la campaña.
Horas después de su despido, hasta el mismo Lewandowski no pudo negar los méritos de Kushner.
“Nos ayudó desde el comienzo”, le dijo a Dana Bush, de CNN, añadiendo que Kushner colaboró al crecimiento de la campaña hacia una “más fuerte presencia en las redes sociales”.
Polémica del 2004
La vida de Jared Kushner no ha estado ajena a la controversia o a la mirada de los medios de comunicación.
Su vida tuvo un giro dramático en el 2004 cuando su padre, Charles Kushner, un empresario de finca raíz y donante destacado a campañas del Partido Demócrata, fue arrestado y acusado de crímenes federales, entre ellos evasión de impuestos, manipulación de testigos y violaciones a la financiación de campañas.
Kushner padre llegó a un acuerdo y pagó dos años de cárcel, lo que catapultó a su hijo a las alturas en la firma familiar de bienes raíces.
Charles Kushner fue procesado por el aquel entonces fiscal federal Chris Christie, quien luego se convirtió en el gobernador del estado de Nueva Jersey, y luego en líder del equipo de transición de Trump hasta la semana pasada, cuando el vicepresidente entrante, Mike Pence, lo relevó.
Fuentes aseguran esta semana que Kushner ha estado irritando a algunos aliados en sus esfuerzos por purgar a la administración de los asociados a Christie, entre ellos el exrepresentante Mike Rogers, quien hasta el martes se desempeñó como asesor de Seguridad Nacional en el equipo de transición de Trump.