(CNNMoney) – Por segunda vez en una semana, el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, dejó al ‘pool’ de prensa, un pequeño grupo de periodistas asignados a cubrir todos sus movimientos.
Su sorpresiva salida, el martes en la noche, produjo aguas críticas entre algunos periodistas.
A eso de las 6:15 p.m., la secretaria de prensa de Trump, Hope Hicks, les dijo a los comunicadores que había un “lid” en la noche, un término que se usa para decir que no se esperan más noticias o viajes del presidente hasta el día siguiente. Trump había estado en la Torre Trump durante varios días y no había sido visto en público.
Sin embargo, más tarde en la noche, Trump llevó a su familia a cenar a un restaurante cercano, al 21 Club. El equipo de periodistas habría estado listo para acompañarlo, pero no fue notificado.
Una periodista de Bloomberg que estaba cenando en ese restaurante le tomó una foto al presidente electo y la publicó en Twitter, haciendo que los periodistas se apresuraran a cubrir la historia.
Mientras Trump y sus colaboradores pueden deleitarse irritando periodistas, ese comportamiento rompe con las normas sólidamente establecidas de las relaciones entre los presidentes y los equipos de prensa. Esas normas son igualmente aplicables al presidente electo.
Aunque los mandatarios usualmente piden más privacidad y libertad, y ocasionalmente logran escaparse de la prensa, el ‘pool’ de periodistas es un elemento que no falta en las caravanas del Servicio Secreto.
Los reporteros y equipos de cámaras se ven a sí mismos como un “conducto para que todos los estadounidenses sepan dónde está [el presidente]”, dijo Hallie Jackson, de MSNBC.
Jackson rápidamente hizo una reservación en el 21 Club, para verificar si Trump estaba allí. Luego dijo que el presidente electo estaba sentando en el comedor principal con su familia.
Es importante aclarar que los periodistas no buscan un asiento en el comedor con Trump. Normalmente esperan en un cuarto separado o en un vehículo.
Ari Fleischer, exsecretario de Prensa durante el gobierno de George W. Bush, escribió en Twitter que el equipo de Trump debió haberle dicho a los medios dónde iba a estar el presidente electo, siguiendo el protocolo habitual.
“Una camioneta de prensa hubiera sido incluida normalmente en la caravana”, escribió Ari Fleischer.
Pero, ¿que salió mal? Hicks les dijo a los periodistas que ella no sabía nada de los planes de salida de Trump.
Reiteró lo que dijo la semana pasada cuando Trump viajó a Washington sin el grupo de periodistas: que el funcionamiento normal llegará muy pronto.
En una emergencia, el equipo de prensa rápidamente transmite información, ayudando al presidente y a sus colaboradores a informar y tranquilizar a los estadounidenses.
En el día a día, los periodistas informan el paradero del presidente y cómo gasta su tiempo, información valiosa tanto para los votantes que lo eligieron como para los ciudadanos que no votaron por él.
Sara Murray, de CNN, le dijo a Anderson Cooper la noche del martes, que esto “parece ser otro malentendido sobre la gravedad que tiene su nuevo título como presidente electo. Si algo le pasara, Dios no quiera, es un asunto no sólo de interés general sino también un asunto de seguridad nacional, dado que es el siguiente en la fila para ocupar la Casa Blanca”.
La semana pasada la Asociación de Corresponsales de la Casa Blanca calificó el viaje del presidente electo, sin periodistas, como “inaceptable”.