La última tabla de muertes por sobredosis en Massachusetts muestra una línea azul en ascenso llamada fentanilo. Escoja un punto en esa línea a mediados de agosto e imagine a un hombre grande y amable, de 40 años, llamado Joe Salemi. Joe murió en la casa de su madre en un vecindario obrero de Everett, en ese estado, después de casi 25 años de estar consumiendo heroína.
Salemi ya había sufrido una sobredosis, pero su hermano Anthony dijo que estaba seguro de que algo más que la heroína había matado a Joe. El médico forense lo confirmó luego.
“Sabía, en lo profundo de mi mente, que iba a ser la sustancia de la que todos están hablando ahora, el fentanilo”, dijo Anthony. Porque nunca pensé que la heroína directamente lo mataría.
Anthony Salemi estaba familiarizado con el fentanilo (fentanyl, en inglés). Le habían recetado el potente analgésico después de una cirugía en el 2006. Y le había advertido a su hermano menor sobre informes de que los traficantes estaban agregando una versión ilícita de la droga a la heroína, con la promesa de una sensación más intensa. El fentanilo es 50 veces más potente que la heroína, según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC).
Pero gente como Joe rara vez sabe si hay fentanilo, o cuánto hay, en las minúsculas bolsas de plástico llenas de polvo que compran. Los médicos dicen que sólo unos pocos gramos de fentanilo puro son suficientes para matar a la mayoría de los consumidores. En Massachusetts, el 75% de las personas que sufrieron una sobredosis este año dieron positivo en el test de la droga.
“Parece que los traficantes y las drogas están devastando todo el país”, dijo Anthony Salemi. “El suministro sólo sigue llegando, no importa cuántos policías pones en la frontera, simplemente sigue llegando”.
El gobierno de Barack Obama coincidió en que la oferta creciente de fentanilo en las calles es un gran desafío, y dijo que las agencias gubernamentales están haciendo mucho, pero reducir la oferta es complicado.
El fentanilo es un opioide sintético, desarrollado con productos químicos de laboratorio, a diferencia de la heroína o la morfina, cuyos principales ingredientes se extraen de la savia de opio de una planta de amapola. Los agentes antidrogas dijeron que los laboratorios clandestinos en China son la principal fuente del fentanilo vendido ilegalmente.
Los productores luego envían la droga a México, donde los cárteles la mezclan con heroína o la presionan en tabletas azules, rosadas o blancas que parecen píldoras recetadas para la ansiedad o el dolor. El polvo o las píldoras se entregan a los distribuidores, o directamente a los consumidores, a través de internet o darknet, un área online utilizada para compras ilegales.
“Las drogas sintéticas son las verdaderas ganadoras porque son fáciles de fabricar y baratas para producir”, dijo Kara McDonald, directora de políticas, planificación y coordinación de la oficina internacional de narcóticos y leyes del Departamento de Estado de los Estados Unidos.
“No dependen de una estación o del clima como ocurre con una droga producida a partir de plantas”, dijo McDonald. “Y con el sistema de distribución -a través de pedidos por correo- pueden ser entregadas directamente en la puerta de una casa. Como una pizza”.
El margen de beneficio es enorme, dijo Russ Baer, portavoz de la Administración de Lucha contra las Drogas (DEA). Baer dijo que cuesta entre 3.000 y 4.000 dólares producir un kilo (unas 2,2 libras) de fentanilo. El fentanilo se mezcla con rellenos baratos para hacer píldoras, o se coloca en bolsas y se vende fraudulentamente como heroína pura.
“De ese kilogramo, los narcotraficantes que participan en la distribución mayorista de esos productos pueden obtener una ganancia cercana a 1,5 millones de dólares”, agregó Baer.
La DEA tiene seis agentes que operan fuera de Beijing y trabajan estrechamente con el Ministerio de Seguridad Pública de China, dijo Baer. Las autoridades chinas establecieron controles sobre 116 nuevos productos químicos el año pasado, incluyendo 19 que tienen la misma estructura molecular que el fentanilo. Baer contó que esto ayudó a reducir el suministro.
En septiembre, la DEA declaró ilegal otro análogo del fentanilo llamado U-47700.
Pero los productores siempre parecen estar un paso por delante, dijo Baer. “Una vez que controlamos una sustancia, ya sea en Estados Unidos o en China, los fabricantes simplemente cambian o modifican una molécula para eludir la ley”.
Es casi imposible hacerle seguimiento a estos cambios moleculares. “Estamos identificando de una a dos nuevas sustancias sintéticas cada semana”, dijo Baer.
El sistema de control internacional sólo es capaz de detectar, procesar y prohibir alrededor de 10 nuevas sustancias psicoactivas al año, explicó McDonald. “No se necesita un matemático para saber que enfrentamos un verdadero desafío”. Y agregó que el Departamento de Estado está trabajando a través de las Naciones Unidas, y con los países de manera individual, para asegurarse que la policía en todas partes pueda identificar nuevas drogas y procesar a los traficantes.
Para atacar la producción, el Departamento de Estado y un grupo de senadores estadounidenses pidieron a las Naciones Unidas en octubre que agregaran a la lista de sustancias controladas dos ingredientes clave utilizados para fabricar fentanilo. Se espera una decisión el próximo año.
McDonald y Baer dijeron en la DEA que reducir la demanda del fentanilo y otros opioides ilegales se ha convertido en una prioridad urgente. La oficina del Cirujano General de Estados Unidos también publicó recientemente un informe sobre el creciente problema del abuso de sustancias y la necesidad de una implementación más extendida de programas de tratamiento bien reconocidos y basados en la evidencia para abordar el problema.
En una entrevista con Steve Inskeep de la edición matutina de la National Public Radio, el cirujano general, el doctor Vivek Murthy, llamó a la adicción “una enfermedad crónica del cerebro”.
“Tenemos que tratarla con la misma urgencia y compasión con la que tratamos cualquier otra enfermedad”, dijo Murthy a Inskeep.
Pero algunos legisladores, médicos y familiares que han perdido seres queridos dicen que la administración Obama ha hecho demasiado poco, y demasiado tarde, por enfrentar la epidemia.
El senador estadounidense Ed Markey, demócrata de Massachusetts, dijo que es hora de que la producción ilegal y el tráfico de fentanilo sean la principal cuestión política en las relaciones con China y México.
“Mucha más gente va a morir por esto que [por] cualquier amenaza de armas nucleares o cualquier devastación causada por un desequilibrio en el comercio”, dijo Markey.
Baer dijo que tratar de detener el suministro de opiáceos es parte de la solución, pero también se está abordando la adicción como una enfermedad.
“La comunidad necesita hacerse cargo de estas personas, crear oportunidades de tratamiento”, dijo Baer. “Necesitamos educar al público. Es la prioridad número 1 y representa una crisis de salud pública que todos debemos trabajar juntos para tratar de resolver”.
Los CDC ofrecen una perspectiva preocupante. Mientras que alrededor de 78 estadounidenses morirán hoy después de sufrir una sobredosis, otros 580 probarán la heroína -o lo que piensan que es heroína- por primera vez.
Esta historia es parte de una alianza que incluye a WBUR, NPR y Kaiser Health News.