(CNN) – El presidente electo Donald Trump se enfrentó a su día más importante desde las elecciones.
El vicepresidente electo Mike Pence hizo una introducción a las palabras de Trump y no perdió oportunidad para atacar a la prensa:
Durante su intervención, Trump se refirió a las empresas que operan en otros países y reiteró una de sus promesas de campaña, que intentaría que muchas se quedaran en el país y no en otras naciones.
Su conferencia de prensa, la primera desde que ganó en las urnas, ya se estaba perfilando como un importante rito de paso para alguien que está pasando por una transformación de un candidato enojado a un presidente estadounidense. Pero las nuevas acusaciones que implican a Rusia seguramente inyectarán una tensión adicional.
Sobre las acusaciones Trump dijo que Rusia y el presidente Vladimir Putin lo habían negado y añadió: “No solo hemos sido atacados ciberneticamente por Rusia, sino también por otros países del mundo”.
“Pienso que Rusia estuvo detrás del hackeo de las elecciones”, agregó.
Trump reiteró que construirá el muro en la frontera con México, y que ese país pagará por ello. Añadió que espera que se agilice el proceso y que Pence está trabajando en eso.
“Yo no voy a esperar un año y medio para construir el muro, ni voy a ponerme de acuerdo con México”, dijo.
Trump también habló sobre sus negocios y una de sus abogadas tomó la palabra para explicar cómo evitarían conflictos de interés.
El tema de su declaración de impuestos también salió a flote y Trump dijo que definitivamente no la revelaría:
La conferencia de prensa, que comenzó a las 11 a.m. ET en el centro de Manhattan, llega después del reportaje exclusivo de CNN este martes según el cual el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y el presidente electo, Donald Trump, recibieron la semana pasada documentos clasificados con acusaciones de que agentes de Rusia aseguran tener información personal y financiera sobre Trump, según le revelaron a CNN múltiples funcionarios de Estados Unidos con conocimiento directo de las sesiones informativas que ambos recibieron.
Estas acusaciones figuran en una sinopsis de dos páginas anexada a un informe sobre la injerencia rusa en las elecciones presidenciales de 2016. Las denuncias surgen, en parte, de memos compilados por un exagente de inteligencia británico, cuyo trabajo anterior consideran creíble los funcionarios de inteligencia estadounidense. El FBI investiga la credibilidad y precisión de estas acusaciones, fundamentadas, principalmente, en datos de fuentes rusas, pero aún no ha confirmado muchos detalles esenciales en los memos sobre el presidente electo.
Los reportes clasificados de la semana pasada fueron presentados por los cuatro jefes principales de Inteligencia: el director nacional de Inteligencia, James Clapper; el director del FBI, James Comey; el director de la CIA, John Brennan, y el director de la Agencia Nacional de Seguridad, el almirante Mike Rogers.
Tras la publicación de esta información, el propio presidente electo tuiteó lo siguiente este martes: “Noticias falsas. ¡Una cacería de brujas política total!”. Pero inicialmente, su equipo de transición declinó repetidas solicitudes de comentar al respecto.
Trump realizará su esperada conferencia de prensa 169 días después de su última intervención pública y más de dos meses después de su elección.
Antes de Trump, cada presidente electo había hecho una conferencia de prensa pocos días después de su victoria. Trump originalmente programó lo que describió como una “importante conferencia de prensa” el mes pasado, donde debía discutir planes para evitar conflictos de intereses relacionados con sus negocios, pero su equipo de transición lo pospuso sólo días antes de la fecha programada.
Cualquier otro retraso representaría otro golpe a un ya tambaleante cuerpo de prensa. Los ataques de Trump a los medios de comunicación, un sello distintivo de su campaña, no han disminuido desde su elección. Y además del retraso de la conferencia de prensa, el equipo de Trump ha señalado que quiere cambiar otras tradiciones.
Reince Priebus, elegido por Trump como el jefe de personal, dijo el mes pasado que el gobierno entrante podría hacer retoques a los informes de prensa diarios de la Casa Blanca, que datan de la presidencia de William McKinley.
Para los reporteros, la conferencia de prensa de este miércoles será una rara oportunidad para cuestionar a Trump, que en gran medida ha mantenido a los periodistas a distancia desde su impresionante victoria en noviembre. Ha habido tensiones entre los medios de comunicación y su equipo entrante, impulsada en parte por las declaraciones de los ayudantes de Trump de hacer cambios en la forma en que la Casa Blanca interactúa con la prensa. Trump quizás reciba preguntas sobre este tema.
Con información de Stephen Collinson y Tom Kludt