(CNN) – El presidente Donald Trump ha comenzado a llevar a cabo sus promesas de campaña de deshacer los lazos comerciales de Estados Unidos.
El lunes firmó el decreto para sacar al país del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP, por sus siglas en inglés).
“Algo grande para el trabajador estadounidense, lo que acabamos de hacer”, dijo Trump en comentarios a la prensa, el lunes en la Casa Blanca, tras firmar el decreto.
En la campaña electoral, el presidente afirmó que el acuerdo era dañino para los trabajadores estadounidenses y para la industria manufacturera.
Esto es lo que necesitas saber sobre las implicaciones de la salida de EE.UU. del Acuerdo:
¿Qué hizo exactamente Trump?
Trump retiró formalmente a Estados Unidos del Acuerdo Transpacífico, un tratado entre 12 naciones que había sido negociado durante el gobierno de Barack Obama.
Nada cambia debido a la decisión de Trump, ya que el Congreso aún no había aprobado el TPP -su destino era sombrío en el Congreso, sin importar lo que la Casa Blanca hizo- y el acuerdo aún no había entrado en vigor.
Sin embargo, al retirar a Estados Unidos, Trump ha cumplido una promesa de campaña.
Y al hacerlo, termina con todas las esperanzas de un acuerdo que Obama quería como una parte importante de su legado.
El TPP, que también incluye a Canadá, México, Japón, Australia, Nueva Zelandia, Chile, Perú, Malasia, Singapur, Vietnam y Brunei, habría reducido los aranceles para las importaciones y exportaciones estadounidenses con esos países. A cambio, Estados Unidos había negociado las protecciones laborales, de propiedad intelectual y ambientales que las grandes empresas buscan. Los críticos del acuerdo se quejaron de que no abordaba directamente la cuestión de la manipulación de la moneda.
Ahora la presión está sobre Trump
Trump anunció el domingo que empezaría a renegociar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN, con México y Canadá). El lunes, sacó a Estados Unidos del Acuerdo Transpacífico.
Ahora está en posición de revertir los esfuerzos de anteriores presidentes que impulsaron una reducción de las barreras comerciales y una economía global interconectada.
La apuesta de Trump es que, a través de su habilidad de negociación, y su voluntad de alejarse de la mesa, pueda convencer a otros países de aceptar términos que presidentes anteriores, desde George H.W. Bush y Bill Clinton, en el TLCAN, a Barack Obama, en el TPP, no fueron capaces de lograr.
La tarea es difícil, a pesar de que el movimiento de Trump de retirarse del TPP es probable que sea políticamente popular. Incluso el senador por Vermont, Bernie Sanders, acérrimo crítico Trump, lo alabó, diciendo que está “contento de que la Asociación Transpacífico esté muerta”.
“Ahora es el momento de desarrollar una nueva política comercial que ayude a las familias trabajadoras, no sólo a las corporaciones multinacionales”, dijo Sanders en un comunicado. “Si el presidente Trump es serio acerca de una nueva política para ayudar a los trabajadores estadounidenses, entonces yo estaré encantado de trabajar con él”.
¿Qué significa esto para la globalización?
Hasta que Trump negocie sus propios convenios, su jugada es revertir la tendencia de décadas de globalización.
Se enfrenta a una gran cantidad de escépticos. Las grandes empresas se están quejando porque Trump está socavando su capacidad de vender a la gran mayoría de los consumidores del mundo.
Los republicanos han apoyado durante mucho tiempo el libre comercio, y ahora mismo se encuentran desgarrados entre un presidente proteccionista y una comunidad de negocios que ve la posición de Trump como separada de la realidad, donde la nueva tecnología, el aumento de los salarios y un mundo cada vez más interconectado significa que muchos empleos de manufactura y de baja calificación no van a volver a Estados Unidos, que las mercancías se venden más barato en Estados Unidos, ya que se hacen en el extranjero, y que las compañías estadounidenses también se benefician de los acuerdos comerciales.
Estos principios republicanos estaban en exhibición en la reacción al movimiento de Trump.
“No veo ningún beneficio en tratar de meternos de nuevo en nuestro caparazón como país”, dijo el senador John Cornyn a CNN.
¿Cómo afectará a los estadounidenses?
Debido a que el TPP no había entrado en vigor, no habrá ningún impacto inmediato.
Cuantificar qué significa para Estados Unidos rechazar un acuerdo con los países que conforman el 40% de la economía mundial, tanto en términos de puestos de trabajo retenidos como negocios perdidos, es difícil, y los números ofrecidos tanto por críticos como por defensores del acuerdo están en disputa.
Pero los grupos de trabajadores celebran el movimiento. Han sostenido durante mucho tiempo que seguiría una tendencia de pérdida de trabajos de fabricación estadounidenses, que irían a parar a países con salarios más bajos y menos protección laboral.
Sin embargo, las empresas también perderán el acceso a nuevos mercados potenciales.
Los fabricantes de automóviles estadounidenses esperaban ver tarifas reducidas en Asia. Los agricultores esperaban la eliminación de los impuestos al comercio que les impiden la venta de productos de aves de corral, en particular, en el extranjero. Las farmacéuticas habían recibido años de protección de patentes que habrían disminuido la competencia de los genéricos en Asia. Y las empresas de tecnología, desde Google a los proveedores de telefonía celular, trataron de disminuir las regulaciones y entrar en algunos de los países que participan en el acuerdo.
“Esta decisión hará perder la oportunidad de promover las exportaciones estadounidenses, de reducir las barreras de comercio, de abrir nuevos mercados y de proteger la invención e innovación de Estados Unidos”, dijo el senador republicano por Arizona, John McCain, en un comunicado en el que criticó la decisión de Trump.
¿Qué tiene China que ver con esto?
En el mejor de los casos para Estados Unidos: nada en absoluto, ya que China no estuvo involucrado en el TPP.
Sin embargo, los líderes chinos están buscando ocupar el lugar de Estados Unidos y expandir la influencia del país en la región.
“Debemos permanecer comprometidos con promover el libre comercio y la inversión a través de la apertura y decir no al proteccionismo”, dijo el presidente de China, Xi Jinping, en un discurso en el Foro Económico Mundial de Davos, la semana pasada.
Obama había lanzado el TPP como una forma de contrarrestar la creciente influencia de China, imponiendo protecciones laborales, ambientales y de patentes. Es poco probable que China solicite o apoye este tipo de protecciones en sus propias negociaciones comerciales, permitiendo a los países producir bienes más baratos, pero con menos protecciones para los trabajadores.
Las 11 restantes naciones del TPP están listas ahora para reagruparse. Los ministros de comercio de esas naciones dicen que tienen la intención de seguir adelante con el acuerdo, pero la retirada de Estados Unidos podría significar una reescritura importante, o una grieta para que la otra superpotencia global persiga un acuerdo alternativo.