(CNN) – El presidente Donald Trump firmó el viernes un decreto que prohíbe la entrada a Estados Unidos a los viajeros de siete países de mayoría musulmana. La medida ha enfrentado protestas y recursos legales en el país. Esto es lo que sabemos:
Decreto presidencial
El viernes, Trump firmó la orden que prohíbe la entrada a los viajeros de siete países de mayoría musulmana durante un periodo de 90 días y además suspende la admisión de refugiados durante 120 días.
Los países afectados son Irán, Iraq, Siria, Sudán, Libia, Yemen y Somalia, de acuerdo con un funcionario de la Casa Blanca. Además, limita el número de refugiados que podrán llegar a Estados Unidos durante el año fiscal 2017 en 50.000, menos de la mitad del nivel actual que está en 110.000.
“Estoy estableciendo nuevas medidas de revisión para mantener a los terroristas radicales islamistas fuera de Estados Unidos”, dijo Trump durante la firma del decreto en el Pentágono. “No los queremos aquí”.
La orden generó confusión en los aeropuertos estadounidenses el sábado cuando personas de esos países fueron detenidas al llegar a Estados Unidos. También originó protestas en varios aeropuertos en apoyo a los inmigrantes y contra el decreto.
Hasta el sábado por la noche, 109 personas no habían podido entrar a Estados Unidos con base en el decreto, de acuerdo con el Departamento de Seguridad Nacional. No está claro cuántas de esas personas continúan detenidas y cuántas fueron sacadas del país.
¿Es legal?
Esa es la pregunta del millón de dólares. Los presidentes tienen un amplio poder en la configuración de la política de inmigración, pero muchos críticos sienten que partes del decreto de Trump son inconstitucionales y discriminatorias. Ya ha habido reacción en los tribunales.
Un juez federal de Nueva York concedió una suspensión de emergencia para los ciudadanos de los países incluidos en la prohibición para que no puedan ser sacadas de Estados Unidos. Un tribunal federal en el estado de Washington emitió una suspensión que prohíbe que los viajeros detenidos allí sean enviados a sus países de origen. Jueces federales en Boston ordenaron el domingo por la mañana que agentes no puede detener a una persona con base en el decreto de Trump.
El Departamento de Seguridad Nacional dijo el domingo que cumpliría con las órdenes judiciales de no deportar a los viajeros detenidos.
¿Por qué esos siete países?
La administración Trump señaló con el dedo al expresidente Obama. Funcionarios de la Casa Blanca dijeron que los siete países incluidos en la orden ejecutiva ya habían sido considerados por el gobierno de Obama “países de interés” por terrorismo. En diciembre de 2015, Obama convirtió en ley una medida que establecía algunas restricciones para ciertos viajeros procedentes de Irán, Iraq, Sudán o Siria. Un par de meses más tarde, se añadieron Libia, Somalia y Yemen.
El decreto de Trump es más amplio que la medida de Obama, ya que prohíbe a todos los ciudadanos de esas siete naciones entrar en el país durante tres meses. Muchos se apresuraron a señalar que, aunque Trump se refirió al 11-S como parte de su justificación para mantener fuera a los ciudadanos de ciertos países, ninguna de las naciones de las que procedieron los secuestradores del 11-S - Arabia Saudita, Egipto, Estados Árabes Unidos y Líbano- están en la lista.
¿Qué tan grande es la reacción?
Es global. Cientos se presentaron en los aeropuertos de todo el país, desde Nueva York a Atlanta, Dallas y Seattle, para protestar. Multitudes se reunieron frente a la Casa Blanca.
Líderes extranjeros criticaron la prohibición. La primera ministra británica, Theresa May, dijo que “no estamos de acuerdo con este tipo de enfoque”. La canciller alemana, Angela Merkel, llamó a Trump y le recordó las obligaciones de Estados Unidos con respecto a los refugiados en virtud de los Convenios de Ginebra. El alcalde de Londres, Sadiq Khan, calificó la prohibición de “vergonzosa y cruel”.
El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, tuiteó que los refugiados eran bienvenidos en Canadá. Incluso algunos miembros del propio partido del presidente lo criticaron. Los senadores John McCain y Lindsey Graham dijeron que la prohibición sólo ayudaría a ISIS y otros grupos militantes a reclutar más terroristas.
¿Qué viene después?
Que lleguen más demandas contra el decreto es casi una certeza.
Sin embargo, la Casa Blanca también está considerando pedir a los visitantes extranjeros revelar todas las redes sociales y sitios web que visitan, así como compartir todos los contactos en sus teléfonos celulares. Si los visitantes extranjeros se niegan a compartir dicha información, se les podría prohibir la entrada.
El jefe de gabinete, Reince Priebus, dijo que más países podrían ser añadidos al decreto más tarde.